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Hace veinte años Sidonie participó en el Festival Actual de Logroñosiendo un grupo emergente y actuando en una carpa situada en el aparcamiento situado junto al IES Cosme García, porque ni siquiera se había construido el Palacio de los Deportes de La Rioja. Desde ... entonces hasta ahora Logroño, el festival y Sidonie han cambiado mucho. El trío catalán ha abandonado los timbales y la psicodelia que les dio a conocer para adentrarse en una línea de pop-rock más comercial y es un grupo mucho más hecho, aunque quizá un poco menos loco y original, pero, sobre todo, con una enorme compostura sobre el escenario. Junto a Marc Ros, Jesús Senra y Álex Pi actuaron Eduardo Martínez a los teclados y Víctor Valiente a la guitarra, dando más volumen a la música de Sidonie.
Comenzó el concierto con tres canciones muy bien elegidas para imprimir ritmo a la velada: 'Nuestro baile del viernes', 'Fascinado' y 'Me llamo ABBA'. En general, el repertorio fue acertadísimo, tocando los mejores temas de la banda, los más reconocibles para el público, que alcanzó su pico en el Escenario UNIR con más de 3.000 espectadores que disfrutaron del enérgico y festivo concierto. Después de tocar 'El peor grupo de mundo' y antes de empezar con 'El bosque' Marc Ros advirtió: «Hasta ahora hemos hecho pop, ahora un poco de rock and roll». Y lo cierto es que dejaron a un lado el crudo sonido inicial para decantarse por una mayor rapidez, fuerza y distorsión con los que hasta ellos mismos parecieron sentirse más cómodos y libres.
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Es Sidonie un grupo de glam rock, sobre todo, en su presentación, porque sus miembros actúan siempre con aspecto de ser, precisamente, estrellas del rock. Y se comportan como tales. Para la canción 'Un día de mierda' Marc se subió a hombros de un compañero y recorrió el público cantando, como años atrás hizo Methodman, surfeando entre la gente. Después, tras un amago de final, Sidonie tocó tres temas más en el bis: 'El infierno', 'Carreteras infinitas' y el apoteosis, 'Estáis ahí', con el que hicieron botar a todo el Palacio, demostrando ser un auténtico cabeza de cartel en el festival, el grupo que más espectadores ha congregado en esta edición, pese a que su nombre aparezca en la tercera línea del cartel.
Tanxugueiras abrió el escenario con una de las mejores entradas que se recuerdan para un primer concierto en el Palacio. Y es que para ver a las gallegas hubo prácticamente el mismo público que con Viva Suecia. El directo, de menos de una hora, fue menos espectacular y gótico, con menos producción, montaje y artificio que el mostrado en el Benidorm Fest, pero la propuesta fue seria, sobria y notable. De inicio portaron una bandera arcoíris y ese fue el motivo central de la actuación, la reivindicación. El suyo es un discurso lleno de sentido, desde la recuperación y relanzamiento del folclore gallego por medio de su mezcla con nuevos sonidos, sobre todo de percusión y electrónica, hasta el protagonismo y valía de la mujer como actriz principal del arte. Ellas mismas se definieron como «mujeres bravas, líderes de nuestro proyecto», y vaya si lo son. Demostraron un dominio del escenario sobresaliente y ofrecieron ritmos folk y hasta reggae. Fue un concierto divertido que, eso sí, en la única canción en castellano, 'Muerdo', perdieron bastante gracia, convirtiéndose en un grupo anodino.
Finalizaron, cómo no, con la que debería haber sido la canción representante de España en Eurovisión 2022 para los que aún guardan una gota de buen gusto, 'Terra'. Resulta maravillosamente insólito que un trío de 'pandereteiras' que fusionan la canción tradicional gallega con la electrónica actúe en un festival como Actual y no en uno especializado de folk, pero el 'indie' lo puede todo. Y un mensaje de advertencia final por parte de Tanxugueiras: «¡Venimos para quedarnos!». Bienvenidas.
A continuación actuaron Michael Head &The Red Elastic Band ante un considerablemente reducido público. El inglés ofreció un concierto correcto, de calidad, con aires a Oasis, The Beatles y, sobre todo, The Smiths, con una propuesta de rock clásico británico. Tuvieron que superar algún problema técnico con uno de los guitarristas, que provocó que llegara a haber tres técnicos sobre el escenario durante unos instantes, pero sonaron bien, muy limpios, elegantes, interpretando, sobre todo, las canciones del disco 'Dear Scott'. Mediado el repertorio salió al escenario Joanne Head, hermana de Michael Head, y cantó el tema 'Daniella'. Fue un buen concierto, pero pasará desapercibido sumergido en la programación de Actual, tal vez por estar desubicado, al ser una propuesta para público más maduro, con mayor bagaje musical, dentro de una velada mucho más enfocada a los jóvenes y la fiesta.
La guinda, tras Sidonie, la pusieron Elyella, dúo de DJs a los que puede que solo les quedara Actual, después de haber actuado en prácticamente todos los festivales importantes de España. Otra vez con el público menguado, Mono y la arnedana María Eguizábal brindaron una juerga a base de remezclas de las canciones más célebres del 'indie' actual y otros clásicos del rock. Mucho baile, confeti y animación con una puesta en escena habitual en Elyella, Mono, con la máscara de simio que le hace anónimo y María con la franja negra sobre los ojos a lo Pris (Daryl Hannah), la replicante Nexus-6 de 'Blade runner'. Y es que eso hace Elyella, replicar la música más destacada del momento.
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