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la rioja
Miércoles, 26 de junio 2019, 20:24
Los comercios son parte importante de cualquier ciudad. Además de como punto de compra de productos, los establecimientos comerciales sirven como lugares de encuentro y como rincones de socialización.
Algunos de esos comercios sobreviven al paso del tiempo y aunque desaparezcan se mantienen en el imaginario colectivo del municipio donde se situaban. Así sucede en Logroño y así lo demuestra Olegario Gurrea en la decimotercera entrega de su viaje en el tiempo por la capital riojana.
En 1897, Pablo Dulín, de procedencia francesa, decidió hacerse con el negocio del que había sido dependiente. En un principio se instaló en Portales, pero en un local anexo al actual y del que, por culpa de un incendio, tuvieron que trasladarse al actual. En 1910 encargó al arquitecto Quintín Bello la construcción de estilo modernista del edificio tal y como ahora lo conocemos. Toda la saga familiar, tanto su hijo David como su nieto Armando y sus biznietas María Ángeles y Maribel han mantenido con exquisito cuidado el mismo aspecto de su inauguración. Y como todo tiene su final, en febrero del 2017, traspasaron el negocio y afortunadamente siguen manteniendo el mismo estilo. Siempre fue muy popular la propaganda en verso que se hacía del negocio. De hecho en el Diario LA RIOJA del 9 de julio de 1900, es decir, en las fiestas de San Bernabé, se publicó el siguiente anuncio:
Cuando retumbe el cañón
el lunes por la mañana,
y los ecos de la diana
se oigan en la población
ha de llamar la atención
a todos los forasteros
una lluvia de sombreros
que preparado a ese fin
la tiene Pablo Dulín
en la región de los cielos
Este es el taller de sombreros y boinas de Dulín en el que Perfecto Mateo y Miguel Ángel Chávarri han trabajado desde casi niños hasta su jubilación. La del último de ellos ha coincidido con la de las propietarias.
La Villa de Madrid, comercio de ropa en el mismo centro de Logroño, cerrado actualmente por el fallecimiento en accidente de tráfico del dueño. Está en una situación totalmente vergonzosa y no me explico cómo el Ayuntamiento puede permitir tal dejación en un punto tan céntrico y clave de la ciudad.
'El 95', juguetería donde los niños nos quedábamos sin respiración viendo los numerosos juguetes que en ella se exhibían y que nunca podíamos tener.
Otra tienda muy antigua era la cristalería Redón, situada en la calle Marqués de Vallejo y que estuvo abierta con el mismo aspecto de vieja de siempre hasta su cierre definitivo
De la tienda de pastillas de café con leche de la Viuda de Celestino Solano, situada en la calle Bretón de los Herreros, tengo el recuerdo muy claro de cuando yo estudiaba de pequeño en el colegio de Valvanera y su director me mandaba allí para recoger caramelos. Ya los tenía encargados y, cuando iba, me pasaban al obrador donde recuerdo perfectamente una mesa larguísima llena de mujeres envolviendo las pastillas en los papeles exteriores.
Curiosa fotografía del Garaje Elías en la esquina entre avenida de la Paz y avenida de Colón, donde además de expender gasolina, se situaba un taller de reparación.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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