Logroño antiguo (II): Del Revellín a Portalillos

Llega la segunda entrega del viaje que realizamos con Olegario Gurrea Corres a través de su maravillosa recopilación de fotos del Logroño antiguo que nos transporta en un viaje en el tiempo por los lugares más destacados de la capital riojana.

En esta segunda parte de esta memoria de seis décadas, las primeras del siglo XX, por Logroño, Olegario recorre la calle Portales, la que, según explica, «ha sido siempre la calle más emblemática» de la capital riojana. Cuenta que a lo largo de su historia ha tenido varios nombres, «como rúa de las Tuendas, Herventia, República, Constitución, general Mola y, otra vez, Portales». En estas imágenes se pueden ver «edificios emblemáticos como el convento de San Agustín, Correos y el palacio del Espartero».

El edificio de Correos fue edificado en 1932. Es del estilo neobarroco y su arquitecto fue Agapito del Valle, que luego fue presidente de la Diputación. En el centro se aprecia la fuente subterránea que hubo durante no mucho tiempo. Es una de las pocas fotos en las que se aprecia. Cuenta Olegario que tenía «unos laterales en pendiente y muy resbaladizos» por los que los alumnos del Colegio de Valvanera se lanzaban a la salida del cole.

La casa del Espartero, donde vivió y murió el general, en una fotografía de Laurent de 1865.

Antiquísima foto de Portales -«que parece hecha desde el convento de San Agustín»-, según se aprecia en las ropas que aparecen en ella. Según Olegario, puede ser de «1.900 o incluso de antes», pero conserva una calidad extraordinaria.

La Plaza del Mercado ha sufrido tantos cambios que afirma Olegario que no pone más porque «no se acabarían». En esta, además de la fuente con jardines, se ve a la gente bailando, por lo que se supone que era un lugar en donde se ponía música y los «jóvenes aprovechaban para darse un bailecito».

Fotografía de la parte de la Plaza del Mercado donde se ponían a diario los tenderetes de cosas variadas, alfarería, mercería, objetos antiguos («más bien viejos», cuenta Olegario) y artículos de todo tipo. A diario se montaban a primera hora y se desmontaban un poco antes de desaparecer el sol.

Para Olegario, esta es «una de las fotografías más bellas de la colección». «Es de Víctor Lorza, y las dos señoritas que se ven, con esos ropajes, el jarro y la niña, componen una fotografía preciosa».

Concluye aquí la segunda entrega. Recordad que todos los miércoles habrá un nuevo viaje con las imágenes de Olegario en este precioso paseo por el Logroño antiguo.

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