Camisas hawaianas y adhesivos brillantes

El MUWI Fest ya es un festival de verano. Ya lo era, por supuesto, pero le faltaba un alma, un sentido de propiedad por parte del público. Muchos espectadores acuden ya con camisas hawaianas, muchas espectadoras se maquillan con adhesivos brillantes en las mejillas... Es la tónica predominante en los grandes carteles estivales y con ello el MUWI ya puede decir que lo es. En la jornada del sábado el público no fue tan temprano como el viernes, se produjo cierta resaca con respecto a la noche vivida el día anterior.

Con Jordana B el directo fue difícil, con poca asistencia, y es que la sombra se cotizaba cara. La juventud y el desparpajo de la banda propiciaron cierta frescura a pesar de la alta temperatura. Eso sí, Jordana B fue solo el inicio de una programación repleta de pop y en la que solo León Benavente imprimió algo de crudeza y rudeza. Paradójicamente, el público fue mayoritariamente adulto. Mientras que el viernes los espectadores fueron más mixtos, tanto adolescentes como familias enteras con hijos, ayer hubo más adultos quizá no por Jordana B o La La Love You sino por Los Fresones Rebeldes y León Benavente. Pero hasta pasadas las 21 horas no acudió el grueso de la asistencia, haciendo más viable la zona de gastronomía, que el día anterior, por momentos, estuvo abarrotada.

La La Love You ofreció primero un concierto acústico en la Nave Los Tinos Bordón. Fueron cuatro canciones, las más célebres, tocadas a ritmo de ukelele y recibidas como una misa, con el público sentado y alienado, grabándolo todo con el móvil. A continuación, Los Fresones Rebeldes ofrecieron un directo rápido, de canciones breves de aquel 'ñoñi-pop' que pasó de moda pero que resucitó el interés de sus seguidores. Hubo mucho baile, sobre todo, en las últimas canciones, '¿Por qué me tengo yo que enamorar?' y 'Al amanecer', esta cantada junto a María Solá (Jordana B).

Después actuaron The Prussians, un grupo de transición antes de los platos fuertes de la jornada, la alegría de La La Love You y la contundencia de León Benavente en la última y redonda noche de MUWI. Velada que fue evolucionando en sonido, intensidad y respuesta del público.

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