Secciones
Servicios
Destacamos
El jurado popular ha declarado a Francisco Javier Almeida culpable por unanimidad de agredir sexualmente, primero, y asesinar, después, al pequeño Álex, de 9 años, que no tuvo ninguna posibilidad de defenderse. Así lo ha manifestado este jueves, a las 19.30 horas, el portavoz ... del tribunal ciudadano durante la lectura del veredicto en la sala número 13 del Palacio de Justicia, la misma en la que se ha desarrollado el juicio a lo largo de siete sesiones.
En una larga lectura, de alrededor de 40 minutos, el portavoz ha ido desgranando los hechos probados que justifican su veredicto: que Almeida cometió la agresión sexual «de extrema gravedad» de la que se la acusaba. Y que dio muerte «intencionadamente» a Álex, «quien no tuvo ninguna posibilidad de defenderse ni evitar su muerte». Un matiz importante porque esa imposibilidad de defensa califica los hechos directamente como asesinato. Mató al pequeño, dice el veredicto, con el propósito de «ocultar» la agresión sexual que había cometido.
A partir de ahí, el jurado desgranaba un retrato de los hechos que coincidía punto por punto con lo que durante el juicio mantuvieron las acusaciones, tanto la del Ministerio Fiscal como la particular. Considera probado, así, que Álex estaba vivo cuando Almeida le agredió introduciéndole el pene en la boca; algo que el acusado hizo utilizando una gran fuerza física para forzar al menor, como atestiguan las marcas que quedaron en el cuerpo del pequeño y la rotura del pantalón de Álex.
Y después, seguía el relato, las pruebas demuestran que Almeida estranguló al pequeño desde atrás de un modo «extremadamente violento». También prueban esos hechos que la versión de Almeida (que su intención no era matar al pequeño) es mentira, por el tiempo necesario para que la muerte se produjera, que exigía seguir presionando el cuello del pequeño incluso después de que éste se desvaneciera por la falta de oxígeno.
Como es obligatorio en este caso, el jurado se pronuncia sobre si cree que la condena debe suspenderse, y sobre si procede una petición de indulto en la sentencia. En ambos casos, un rotundo «no» por unanimidad.
El caso queda ahora a la espera de la sentencia, que deberá redactar el juez con la pena. Las acusaciones, tanto pública como particular y popular reclaman la pena de prisión permanente revisable por el asesinato y quince años más por la agresión sexual. La defensa, por su parte, se ha mostrado conforme con el veredicto y conforme con las peticiones de pena tras los hechos que consideraba probados el veredicto.
El juicio contra contra Francisco Javier Almeida comenzó el pasado día 20 y se ha prolongado durante siete jornadas en las que se ha podido escuchar el testimonio de decenas de testigos y peritos que han ratificado que el acusado no padece alteración psicopatológica alguna y sabía en todo lo momento lo que hacía. Es más «quería hacerlo», declararon los psiquiatras que le atendieron en Segovia. Allí fue trasladado a primeros de noviembre de 2021 desde el centro penitenciario de Logroño por motivos de seguridad, dada la escalada de tensión que desencadenó el suceso y ante el riesgo de que pudiera ser atacado por otros reclusos.
A lo largo de la vista oral, que ha despertado un enorme interés mediático, no solo de medios regionales, sino también nacionales, se pudo escuchar la declaración de dos menores efectuada en la cámara Gesell en junio del pasado año. En aquella comparecencia reconocieron a Almeida como el hombre que merodeaba habitualmente por el parque Entre Ríos. Una de las niñas afirmó que días antes del crimen ese mismo hombre que se había llevado a Álex, había intentado llevársela a ella.
También durante el juicio, el teniente de la Guardia Civil responsable del Grupo de Delitos contra las Personas que dirigió la investigación declaró que la muerte del pequeño Álex «fue extremadamente violenta y la agresión sexual, todavía más».
La última jornada de juicio, una vez que las partes expusieron sus conclusiones definitivas, el acusado no dejó pasar su último turno de palabra para arremeter contra los medios de comunicación «que han tergiversado e inventado» lo ocurrido y para exponer su versión de los hechos. Entonces y en apenas tres minutos, explicó que convenció a Álex para que subiera a su casa con el pretexto de que arriba tenía un pájaro, en concreto un agapornis, «muy bonito». Una vez arriba, empezó, dijo, «a tener una cierta fantasía».
Una versión de los hechos que los padres escuchaban con palpable indignación y rabia a apenas tres metros del asesino de su pequeño. Y es que la madre, salvo el momento de la declaración de los forenses que practicaron la autopsia al niño, ha estado presente en todas las jornadas de juicio, lo mismo que el padre, una vez que declaró como testigo el pasado miércoles. En ese momento, el progenitor transmitió el horror vivido y declaró que tanto él como su mujer están «muertos en vida». «Nos han quitado toda la alegría», señaló.
Francisco Javier Almeida, antes del crimen de Lardero, ya contaba con una amplísima carrera criminal. Con 22 años cometió su primer crimen. Abusó de una vecina, de trece años, y fue condenado a siete de prisión. A finales de agosto de 1998 fue detenido y metido entre rejas por violar y asesinar a Carmen López.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.