Pedro Sánchez. EFE

Sánchez forma un Gobierno de combate con mucho rodaje para una legislatura de «alto perfil político»

Asciende a María Jesús Montero a vicepresidenta cuarta, suma a las competencias del 'superministro' Bolaños la de Justicia, mantiene a todo el núcleo duro de su anterior Ejecutivo y da un ministerio al beligerante Óscar Puente

Lunes, 20 de noviembre 2023, 11:06

Será una legislatura de alto voltaje. Todo apunta en esa dirección, a tenor de las reacciones adversas que han despertado en buena parte de la sociedad, pero también de las estructuras del Estado, los pactos sellados con el independentismo para la investidura y, singularmente, la ... concesión de una amnistía a los encausados del 'procés' . Pero Pedro Sánchez la ha definido hoy, al anunciar desde el Palacio de la Moncloa la composición de su nuevo Gobierno, con otras palabras. «Es una legislatura de alto perfil político y debemos contar con un equipo a la altura -ha dicho-. Un Gobierno solvente, sólido para ofrecer seguridad en un momento en el que el país y el mundo se ven agitados por grandes desafíos».

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El suyo será, efectivamente, un Gobierno con perfiles muy políticos y, sobre todo, con muchas horas de vuelo. El combate con la oposición de PP y Vox se presenta férreo pero no es ese su único reto. Para hacer prosperar sus iniciativas Sánchez está obligado a poner de acuerdo a ocho formaciones con distintas sensibilidades (PSOE, Sumar, Junts, ERC, Bildu, PNV y BNG) a las que solo une su rechazo a Vox, y parte de las cuales tienen, además, como principal objetivo la secesión de España. El presidente se ha referido a los componentes del nuevo Ejecutivo de esta manera: «Son personas con trayectorias forjadas en muchos casos en política local y autonómica. Un factor decisivo que va a ser determinante en esta legislatura marcada por el diálogo como método y condición necesaria para forja acuerdos».

La intención inicial del líder de los socialistas era reducir su equipo. Finalmente no lo ha hecho. Seguirá habiendo 22 ministros, doce de ellos mujeres, que en su mayoría son rostros conocidos. Se mantiene todo el núcleo duro del Ejecutivo anterior con dos figuras que salen reforzadas. La ministra de Hacienda y número dos del PSOE, María Jesús Montero, asciende en el escalafón y queda, como vicepresidenta cuarta, en una posición determinante, en caso de que Nadia Calviño acabe dejando el cargo en enero, como se espera, para ocupar la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Félix Bolaños, ya hombre fuerte, no solo seguirá al frente del Ministerio de la Presidencia sino que asume además el ministerio de Justicia.

Bolaños ejerció en la práctica labores propias del titular de Justicia en la pasada legislatura, en detrimento de Pilar Llop, que, como estaba previsto, no continuará. Es, de hecho, la única responsable de un departamento de los considerados de Estado que no repite en el cargo. Sánchez ha ratificado en Interior a Fernando Grande-Marlaska, a pesar de que en el PSOE consideraban que había quedado quemado con asuntos como la tragedia de la valla de Melilla en junio de 2022; a Margarita Robles, en Defensa y a José Manuel Albares en Exteriores.

La polémica ley de amnistía, que ha sido clave para lograr el apoyo de Junts a la investidura; la reforma el Código Penal que derogó la sedición y modificó la malversación; el intento de reescribir la ley del Tribunal Constitucional vía enmienda, las negociaciones fallidas con el PP para la renovación del Consejo General del Poder Judicial... Todas esas materias han sido gestionadas por el 'súperministro' Bolaños, que ahora se desprenderá tan solo de una de sus antiguas competencias; la Memoria Democrática será absorbida por el Ministerio de Política Territorial, en manos del expresidente canario Ángel Víctor Torres, uno de los pocos fichajes nuevos, pero Relaciones con las Cortes seguirá siendo suya.

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En sus puestos renuevan también Calviño como vicepresidenta primera y ministra de Economía, con la incógnita ya mencionada de si será nombrada o no presidenta del BEI en la reunión que el próximo 8 de diciembre mantendrá el Consejo de Ministros de Economía de la UE (Ecofin). Compite por el puesto con la danesa Margrethe Vestager. Continúan, igualmente, la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera y el ministro de Agricultura, Luis Planas, otro de los que sonaba como posible relevo en el área económica.

Sánchez reestructura algunas carteras. Como ya se daba por sentado, recupera para el PSOE el Ministerio de Igualdad, que en 2020 cedió a sus socios de Unidas Podemos para gran malestar del sector feminista de su partido y que ocupó la beligerante Irene Montero. Desempeñará el cargo Ana Redondo, hasta el pasado mayo teniente de alcalde de Valladolid. El que era su jefe, Óscar Puente -el hombre elegido por el presidente del Gobierno para darle la réplica a Alberto Núñez Feijóo en su intento de investidura, el pasado septiembre-, estará al frente del Ministerio de Transportes, del que se desgaja Vivienda. Esta materia será para la hasta ahora portavoz y ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez.

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La portavocía del Consejo de Ministros estará desempeñada ahora por Pilar Alegría, que a las competencias del Ministerio de Educación suma también las de Deportes. Alegría, de perfil amable pero acerado en sus choques con la oposición, ya desempeñaba hasta ahora labores de portavoz en el PSOE. Ahora, tendrá responsabilidades además sobre el área de Deportes, que en la legislatura pasada estaba comprendida en el Ministerio de Cultura, la frente del que se encontraba uno de los pocos ministros salientes, el exprimer secretario del PSC, Miquel Iceta.

A pesar de que Sánchez es presidente, en buena medida, gracias al resultado logrado en Cataluña y de que la reconciliación en ese territorio es una de las razones esgrimidas para conceder la amnistía que hasta el 23 de julio consideraba inconstitucional a los encausados del 'procés', los socialistas catalanes pierden en esta ocasión cuota de poder y pasan de ocupar dos ministerios (el de Iceta y el de Raquel Sánchez en Transportes) a solo uno, el de Industria, que ha recaído en manos del exalcalde de Barcelona y luego presidente de Hispasat, Jordi Hereu.

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La valenciana Diana Morant, que llegó al Gobierno desde la alcaldía de Gandía en julio 2021 para ocupar el cargo de ministra de Ciencia e Innovación en sustitución del astronauta Pedro Duque, incorpora a su departamento las responsabilidades en materia de Universidades, que en el anterior Gobierno recayeron en la esfera de Unidas Podemos. También sigue el ministro José Luis Escrivá, pero no en Seguridad Social, sino en una nueva cartera que se desgaja de Economía, Transición Digital. Escrivá era muy reticente al traspaso de la gestión de la Seguridad Social al País Vasco, como reclama el PNV para culminar los traspasos pendientes del Estatuto de Gernika. Su sustituta es la exdelegada del Gobierno en Navarra y hasta ahora consejera de Economía en el Ejecutivo de María Chivite, Elma Sáiz.

Sumar, con Yolanda Díaz al frente, mantendrá cinco ministerios cuyos responsables no han sido ninguna sorpresa. Después de días de enorme tensión con Podemos -que advirtió de que si se dejaba a Irene Montero fuera no se considerarían formalmente vinculados a las posiciones pactadas en el seno del Ejecutivo y permitiría a sus cinco diputados mantener un criterio alternativo- se han confirmado que los nombres de los elegidos: Sira Rego, posible sustituta de Alberto Garzón al frente de IU, será ministra de Infancia y Juventud; Ernest Urtasun, de Cultura, Pablo Bustinduy de Derechos Sociales y Consumo; Mónica García, de Sanidad. Tanto Sanidad como Cultura estaban hasta ahora bajo paraguas socialista.

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