Calviño, de caballo de Troya de Bruselas a profeta del sanchismo
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Seguirá siendo la vicepresidenta primera hasta que se incorpore a la presidencia del Banco Europeo de InversionesLa duda era saber hasta cuándo. Pero tal y como ha ocurrido este viernes Nadia Calviño se ha hecho con la presidencia del Banco Europeo de Inversiones (BEI), por lo que se verá obligada a abandonar el Consejo de Ministros en las próximas semanas. Dejará ... de ser así la mano derecha de Pedro Sánchez en su tercer y, sin ninguna duda, más difícil mandato desde llegó a La Moncloa en 2018.
La trayectoria de ambos está ligada desde entonces. Calviño (A Coruña, 1968) llegó de Bruselas para ocupar la cartera de Economía siendo una auténtica desconocida. Corría junio de 2018 y, por aquel entonces, era directora general de Presupuestos en la Comisión Europea. Un puesto técnico de enorme relevancia por el que ganaba más del doble de lo que iba a hacerlo como ministra, lo que evidencia su enorme ambición, cualidad que destacan tanto sus colaboradores más estrechos como sus detractores (que los hay, incluso en el propio Consejo de Ministros. Ahí tienen, por ejemplo, a Yolanda Díaz).
Ofreció el «sí, quiero» a Pedro Sánchez, que buscaba con este fichaje entrar con buen pie en ese mundo llamado Bruselas y que desde el rescate financiero de 2012 se convirtió (y sigue siendo) el kilómetro cero de la política española (el país, conviene no olvidarlo, aún debe 26.000 millones de los 41.300 prestados).
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Calviño, a ojos de la izquierda radical siempre ha sido considerada una suerte de caballo de Troya de la ortodoxia comunitaria, de unos hombres de negro que ahora visten de color. Era la red de seguridad para los empresarios y la derecha moderada, la garantía de que no se iban a hacer 'locuras' económicas mal digeridas por los mercados.
Para Sánchez, por su parte, siempre ha sido su gran baluarte. Basta con ver su trayectoria desde que el presidente llegó por primera vez a La Moncloa. Primero fue nombrada ministra de Economía, luego ascendió a vicepresidenta segunda y, finalmente, desde julio de 2021, escaló hasta la Vicepresidencia primera para gestionar uno de los grandes retos de la economía española de las últimas décadas: la gestión de los fondos europeos. Ella habla de «éxito» en la gestión. La mayoría de las comunidades autónomas y muchas empresas piensan lo contrario.
Hay varias Calviños a lo largo de estos cinco años. Primero se vio a una tecnócrata bruselense que también era ministra y luego, para fervor del PSOE y decepción de muchos empresarios, se desplegó la política que en su día estuvo en Bruselas. De hecho, en los momentos más bajos de Sánchez, siempre ha sonado como un 'plan B' del PSOE para liderar al partido en unas elecciones.
Pese a todo, sigue sin afiliarse, como admitió en su última entrevista con este periódico. «No soy de partidos, pero después de llevar cinco años en España, estoy cada vez más convencida de que el PSOE es el único partido capaz de hacer progresar a este país».
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