Fiestas de San Bernabé
Quinientos años ya de flores de lis logroñesasFiestas de San Bernabé
Quinientos años ya de flores de lis logroñesasQuinientos años y unos días cumplen las flores de lis francesas en el escudo de Logroño. Este lunes, la ciudad recreó la llegada de Carlos V al municipio y la entrega de las flores por parte del monarca en un acto que se celebró ... en estas fiestas de San Bernabé en la plaza de San Bartolomé con la participación de entidades recreacionistas, voluntarios de Logroño, actores de Sapo Producciones... y la asistencia destacada de miembros de la Cofradía del Vino.
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El evento estuvo precedido por un desfile triunfal por el centro histórico de la capital, que se inició en El Revellín y que incluyó también una calle Portales atestada, a esas horas, por la degustación del toro guisado que forma parte del Voto de San Bernabé. Mientras, en la plaza de San Bernabé el público fue buscando la sombra, usando los bancos y dejando la parte central de la plaza libre. El retumbar de los tambores que acompañaba a la comitiva fue avisando de la llegada, unos minutos más tarde de lo previsto.
La amplia procesión que se desplazó por el Casco Antiguo fue colocándose en la explanada vacía, primero voluntarios vestidos de época, luego cofrades del Vino, después más voluntarios y los de los tambores, los de las picas... Solo cuando el conductor del acto, que simulaba ser Francisco de los Cobos, secretario del Consejo de Estado de Carlos V, aunque realmente era el actor local Martín Nalda, acabó de recitar los numerosos títulos del emperador, este hizo su entrada en la plaza. Consiguió la colaboración vecinal el presentador y cada vez que gritaba '¡Viva el Rey!' lograba un coro que lo secundara. Lo que ya no fue posible, y esto habla bien de los vecinos, es que le siguieran cuando le tocaba pronunciar '¡Muerte al francés!', algo que sucedió un par de veces, dado que Carlos V, en aquellas fechas, dos años después del Asedio de Logroño, aún andaba en cuitas con Francisco I.
Tras la presentación de las numerosas autoridades de la villa, por aquel entonces con 4.000 almas, mencionó 'De los Cobos', se leyeron los privilegios a los que iba a acceder Logroño y, entre ellos, las flores de lis que el emperador simulado colocó en el escudo de la bandera, que terminó ondeando en forma de banderazos. Los primeros, de manos de uno de los Héroes del Revellín, promotores del evento. Y, al final, terminó haciendo ondear la bandera el mismo concejal de Festejos, Kilian Cruz-Dunne, antes de que se iniciara el reparto de vino especiado que se había preparado para la concurrencia.
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Por cierto, que las tres flores de lis se usan a estas alturas sin más problema, pero en aquel momento ya se dejó previsto que debía ser así so pena de 50.000 maravedíes, según se recordó. ¿Al cambio? Unos 5.000 euros, solo por la curiosidad. Después, buena parte de los voluntarios se reunieron en una comida en la plaza del Ayuntamiento y ya estarán recogiendo sus ropajes y sus complementos para tenerlos en plenas condiciones el próximo año, cuando vuelvan los franceses y haya que volver a defender la ciudad del asedio.
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