Los dos últimos menores enviados a internamiento se encubren entre ellos

Todo ello mientras continúan abiertas las diligencias de investigación de la Policía Nacional, sobre todo de recogida de muestras en el lugar en el que ocurrieron los hechos, unos cochambrosos trasteros situados en la planta baja del número 16 de la avenida de Navarra, de Logroño, que años atrás se utilizaban como carboneras. Unos espacios a los que se accede a través de una puerta desvencijada y angosta que hay que atravesar agachado y que está situada nada más cruzar el umbral del portal.

Allí, en el interior de los cubíbulos es donde las víctimas, dos niñas de 12 y 13 años, fueron introducidas y agredidas sexualmente por varios menores. Hechos que habrían ocurrido en completa oscuridad. Además, todo apunta, por los restos hallados en los trasteros, a que ese espacio podría haber sido utilizado con anterioridad como 'picadero' de los jóvenes.

Pasadas las 21 horas del pasado domingo y una vez consumada la agresión, las pequeñas lograron salir y pedir ayuda, aunque, en un primer momento, pese a su estado de evidente nerviosismo, nadie les hizo caso. Fue una mujer la que finalmente se percató del estado de las niñas y alertó de lo ocurrido a una patrulla de la Policía Local.