Violación en Logroño

Al menos dos de los menores detenidos niegan haber estado en los trasteros el día de la agresión sexual en la avenida de Navarra

Además, todos ellos se habrían negado en sede judicial a dar voluntariamente muestras de ADN que permitan su cotejo con los restos biológicos hallados en los cubículos en los que tuvo lugar la agresión grupal del ya bautizado como caso de la Manada de Logroño.

Este jueves, la Policía Nacional continuaba practicando diferentes diligencias de investigación para arrojar algo más de luz sobre los hechos pero sin que se esperasen nuevas detenciones, al menos por el momento. Buena parte de las pesquisas estarían encaminadas a identificar a otros jóvenes que podrían haber participado en la agresión ya que, según la versión de las pequeñas, las habrían abordado entre diez y doce chavales.

Tras las declaraciones del pasado miércoles, el juez de Menores dictó una orden de internamiento en régimen cerrado para dos de los chavales, y hacia las 20.00 horas de este jueves, algo más de 24 horas después, la juez de guardia envió al mismo centro, el de internamiento en régimen cerrado de Menores de Valvanera, a otros dos de los chavales sobre los que el día anterior había acordado una medida de prohibición de acercarse y comunicarse con ninguna de las dos pequeñas. Estos dos adolescentres, según informó el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja (TSJR), fueron reconocidos por las víctimas como dos de los jóvenes que participaron en la presunta agresión sexual. Sobre el último detenido se mantiene la prohibición de acercarse y comunicarse con las pequeñas.

Un día antes de prestar declaración en Fiscalía, los cinco presuntos agresores, que tienen edades comprendidas entre los 14 y 17 años, se habían acogido a su derecho a no declarar. Lo hicieron en sede policial a las pocas horas de su detención y antes de pasar su primera y única noche en los calabozos de la Jefatura Superior de Policía de La Rioja hasta ser conducidos a primera hora del miércoles al Palacio de Justicia en Logroño.

Junto a los cinco detenidos, por estos mismos hechos también fueron identificados el pasado martes otros dos menores que tienen menos de 14 años y que por tanto son inimputables.En este caso, los chavales, que no tienen responsabilidad penal pero sí pueden tenerla civil, quedaron bajo la tutela de los padres.

La pesadilla de las dos pequeñas comenzó el pasado domingo sobre las 20.00 horas. Pasaba la media tarde y habían quedado en un primer momento con otros dos menores a quienes habían conocido previamente a través de una red social. El punto de encuentro era una céntrica calle de Logroño y después de dar una vuelta por la ciudad acudieron al número 16 de avenida de Navarra, donde se encontraba el resto de jóvenes que minutos después participaron en la atroz agresión. Una vez allí, introdujeron a cada una de las pequeñas y de forma separada en dos trasteros de la planta baja y allí las habrían abordado sexualmente hasta que pasadas las 21.00 horas pudieron huir.

En un primer momento, las niñas, en un estado de evidente nerviosismo, alteradas y sollozando, solicitaron ayuda a las personas que en esos momentos transitaban por la calle sin que, inicialmente, nadie les hiciera caso. Así hasta que una mujer, alertada por el estado de las pequeñas, avisó de lo que acababa de ocurrir unos minutos antes a una patrulla de la Policía Local que pasaba en esos momentos por el lugar. De inmediato, en la zona se concentraron hasta tres patrullas de la policía municipal que iniciaron las primeras pesquisas y la identificación de varios de los supuestos agresores que todavía permanecían en el interior del edificio.

«La problemática no era esa», aseguraban todavía ayer los vecinos de una zona en la que han puesto el foco los medios de todo el país. El problema, señalan, «son las drogas, una casa que se está cayendo... todos sabemos lo que hay en ese agujero y lo que no». Pero más allá de la «insalubridad brutal», el «circuito diario de ratas entrando y saliendo», «nadie se esperaba lo que ha pasado allí».

Es una situación, la que se vive en el vecindario, «insostenible», aseguran algunos residentes y comerciantes que por temor prefieren no dar su nombre, pero a la que, no se le habría prestado la atención suficiente a pesar de las reiteradas advertencias. Los parroquianos se quejan también de la «pasividad» policial «pese a que –dicen– saben muy bien lo que ocurre en el interior del 16 de avenida de Navarra».