«Estos menores no habrían hecho lo que han hecho si vieran a las niñas como iguales»

– ¿Por qué da la sensación de que vamos hacia atrás?

– Sí, parece que hemos conquistado derechos, pero la igualdad está sobre el papel. Cuando bajas al día a día, se ve en los adolescentes que todavía hay desigualdad en el trato con las mujeres. La pornografía está haciendo bastante daño en este sentido. Los últimos estudios apuntan que la edad está descendiendo vertiginosamente, también a raíz del covid, y ahora es de ocho años. Muchos menores acceden, en ocasiones de forma casual, de ahí que nos estamos encontrando con que los menores, incluso antes de relacionarse con sus iguales y de poder desarrollar una relación afectiva, ya son consumidores de porno. En el caso ocurrido en avenida de Navarra se habla también de dos menores de 14 años y nos preguntamos cómo puede ser esto, pero es que es lo que vende el porno. En psicología hablamos de aprendizaje social, muchas de las cosas las hacemos y las aprendemos porque las vemos. A veces, incluso los abusos entre menores se viven como si fueran una especie de juego. Cuando se detecta en los coles, muchas veces es porque dicen: Venga, ven conmigo al baño que vamos a jugar a una cosa. No tienen esa malicia de los adultos, pero es lo que han visto. Nos escandalizamos pero hay que rascar un poco más y ver dónde está el origen de todo esto.

– ¿Y dónde está?

– En los colegios es muy costoso introducir la educación sexual porque hay muchas reticencias por parte de las familias. Cuando se hace es por la voluntad de las Ampas que pagan el servicio, en el caso de La Rioja con Serise (Servicio Riojano dedicado en exclusiva a la atención a la Sexualidad), para que vayan a dar charlas puntuales, pero no deja de ser una intervención puntual. Luego los medios de comunicación instan a tener cuidado con las violaciones, pero ponen el foco en datos como que uno de cada cinco niños a nivel mundial ha sufrido abusos sexuales, mientras que las estadísticas ponen el foco en que lo más probable es que sea alguien de tu familia o tu vecino. Por tanto, hay que poner el foco en que muchas veces el peligro no sólo está fuera, sino en el propio entorno y trabajar la educación sexual desde que nacemos porque somos seres sexuados.

– ¿Cómo?

– Hay una visión muy centrada en la relación sexual de la penetración y de las enfermedades de transmisión sexual, pero es mucho más, nos tienen que enseñar a cómo relacionarnos con nuestros iguales. Tenemos que conocer nuestro cuerpo y cómo relacionarnos con los demás y eso es sexualidad y no podemos comunicarnos con los demás sin ser sexuales, habría que desmitificar las leyendas erróneas e introducir la educación sexual desde la infancia.

– La solución pasa entonces por la educación.

– Sí, es que no hay otra, la educación sexual entendiéndola desde el sentido amplio de la palabra, no estamos hablando de la penetración, sino de relacionarnos con nuestros iguales. Estos menores no habrían hecho lo que han hecho si vieran a esas niñas como sus iguales, como alguien de quien no pueden abusar, no pueden hacer con ellas lo que quieran. Hay falta de empatía.