Secciones
Servicios
Destacamos
Muchas de las revoluciones sociales de mayor trascendencia fueron posibles gracias a pequeños cambios. Para constatarlo, basta con echar la vista atrás. El matrimonio igualitario es un ejemplo inequívoco. Para implementarlo en España requirió la reforma de 16 artículos del Código Civil. Se amplió el número 44 al añadir que «tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo» y hubo que sustituir los términos 'marido' y 'mujer' por el de 'cónyuges' y la palabra 'progenitor' pasó a ocupar el lugar en el que aparecían reflejadas las de 'padre' y 'madre'. Unas exiguas correcciones si se comparan con su trascendencia que, en la práctica, supusieron dar un paso de gigante en la igualdad de derechos sociales en España. Aquella reforma del Código Civil se redactó el 1 de julio de 2005 y la norma entró en vigor, con su aprobación en el BOE, dos días después.
Se acaban de cumplir por tanto 15 años desde se aprobó en España el matrimonio en plenitud de igualdad entre personas del mismo sexo. Nuestro país se convirtió así en el cuarto del mundo en legalizar las bodas homosexuales. Sólo Holanda, Bélgica y Canadá las habían autorizado antes. «Al final, con una cosa tan sencilla como cambiar unas palabras del código Civil, se consiguió un logro para todos y todas las ciudadanas de este país; que desde entonces todos tengamos el derecho de contraer matrimonio, independientemente de a quien se ame», valora José Sáenz, presidente de Gylda. Desde la asociación histórica del colectivo LGTBI en La Rioja dimensionan que «es un éxito para toda la sociedad, no sólo para nuestros, dado que no podemos olvidar que hasta ese momento a las parejas de igual sexo no sólo se las impedía casarse, sino que tampoco podían heredar ni acceder a una pensión de viudedad ni acompañar al otro durante una enfermedad o incluso llegada la muerte».
Más
José confiesa que 15 años son muchos y pocos al mismo tiempo: «Parece que fue ayer pero soy más consciente de cuánto ha transcurrido cuando hablo con los jóvenes porque a ellos les parece que es un derecho que ha existido de siempre y, sin embargo, no debemos olvidar que costó mucho alcanzarlo». «Hay que reivindicarlo como lo que supuso porque es un logro para todo el país» defiende de manera categórica, aunque reconozca al mismo tiempo que «aún queda mucho por hacer por la igualdad efectiva y real».
Ocurrió durante el primer Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, no con pocas trabajas. El Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley del matrimonio homosexual el 1 de octubre del 2004 y fue remitido al Congreso el último día de ese año donde salió adelante el 21 de abril, gracias a la mayoría de la que gozaba el PSOE.
Pero la votación posterior en el Senado, entonces dominado por el PP, provocó que el texto se estrellara. Una semana después, el proyecto retornó a la Cámara Baja que levantó el veto. Fue aprobado el 30 de junio con 187 votos a favor, 147 en contra y 4 abstenciones. De todos modos, le quedaría aún un escollo más. Alentado por la Conferencia Episcopal y el 'Foro de la Familia', entre otros colectivos, el PP presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional que, finalmente, se pronunció a favor de su constitucionalidad en el año 2012.
Desde que el matrimonio igualitario se convirtió en un derecho, en España se han celebrado casi 50.000 bodas entre personas del mismo sexo; más de 200 de ellas en La Rioja. Acudir a las cifras actualizadas con exactitud resulta imposible dado que los datos absolutos sólo pueden encontrarse en el INE y su última referencia data del año 2018, fecha en la que se contabilizaban 193 casamientos gays en nuestra región.
El primer año de entrada en vigor de la norma, se oficiaron cinco matrimonios homosexuales. En el último del que se tiene constancia oficial, se registró el récord de la serie histórica con 24 celebraciones. Montse y Marta fueron las pioneras al contraer matrimonio el 10 de septiembre de 2005 en Rincón de Soto. Habían pasado apenas dos meses desde la entrada en vigor de la ley. El alcalde popular José Luis Arpón, presidió la ceremonia en el Ayuntamiento de la localidad riojabajeña.
-50.000. Cifra que están a punto de alcanzar los matrimonios igualitarios celebrados en España.
-200. En La Rioja se han oficiado más de dos centenares de bodas entre personas de igual sexo.
En lo que va de año, y a pesar incluso de la pandemia del COVID, el Ayuntamiento de Logroño ha oficiado dos bodas entre personas del mismo sexo y en agosto hay previstas al menos dos más.
El consistorio de la capital acoge anualmente un nutrido número de este tipo de celebraciones que «no guardan diferencia alguna con las de personas de distinto sexo», destaca Francisco José Pérez, presidente del Pleno y delegado en Diversidad Afectiva-sexual.
Más
Explica que la ceremonia en sí es la misma porque lo que marca la ley es idéntico en caso de que la pareja sea homosexual o heterosexual, no en vano «los artículos que hay que leer son iguales y la parte que le corresponde aceptar a las parejas también». «Sí que es cierto que yo trato de personalizar cada boda escribiendo unas palabras que luego dirijo a las parejas concretas, pero lo hago igual, con el mismo sentimiento, independientemente de quienes se trate», relata el edil, que añade: «En la parte emocional, contrayentes, familiares y amigos sienten también con la misma emoción cada enlace, lógicamente». «A mí también me ocurre porque, aunque sobre el papel sea un acto administrativo, es algo que va más allá porque también se trata, en definitiva, de solemnizar la unión sentimental de dos personas», confiesa Francisco José.
Si bien el matrimonio igualitario es una realidad consolidada, en la práctica, queda por hacer para que la igualdad formal llegue a ser real. Desde Gylda, personas como Beatriz González recuerdan en este sentido que «si un hombre y una mujer tienen un hijo, automáticamente, es de los dos pero si eso ocurre en el caso de dos mujeres y no están casadas, a la que no haya gestado al niño no se la reconoce como progenitora».
Detalla así mismo que hay juzgados que para registrar a los hijos exigen requisitos que no se solicitan para un hombre y una mujer y cita varios ejemplos: «Te requieren que justifiques el método de gestación o la presencia de las dos madres, cuando ante un matrimonio heterosexual basta con que acuda el padre». La integrante del colectivo LGTBI admite que «hay un amplio consenso en torno al matrimonio igualitario» pero recuerda también «que los derechos ganados no son vitalicios». «Hay que tenerlo aún más presente en el contexto actual de polarización política y social para no dar ni un paso atrás».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.