«Cuando nos casamos sentimos que dejamos de ser ciudadanas de segunda»

– ¿Qué significado tuvo dar el paso de certificar así su unión?

– La verdad es que cuando nos casamos sentimos que dejamos de ser ciudadanas de segunda y además sabíamos que, de no hacerlo, íbamos a tener problemas cuando deseáramos ser madres.

–¿Han sentido rechazo en alguna ocasión?

– Lo cierto es que no. Ni en su día sorprendió que anunciásemos que nos casábamos ni después nos ha ocurrido. Sí que es cierto que antes de decir 'mi mujer', preferimos conocer a las personas para evitar prejuicios.

– Cuando nacieron las niñas, ¿esto cambió?

– No. Todo el mundo nos ha visto desde que tenemos a nuestras mellizas como una familia, que es lo que somos, sin más añadidos. De hecho, en el entorno escolar de nuestras hijas lo viven con naturalidad, niños y padres, y ellas mismas nunca nos han preguntado porqué no tienen un papá. De todos modos, hay que reconocer que hace falta una educación en igualdad generalizada porque así alcanzaremos la verdadera normalidad.