La anécdota de la boda de José Ramón e Ismael tuvo que ver con la climatología. Llovió a mares y pospusieron el reportaje fotográfico hasta su regreso de la luna de miel, lo que propició que en el recuerdo quedara constancia para siempre del moreno ... que trajeron de Méjico.
– Se dice que novios mojados afortunados... ¿ha sido así?
– Tengo que decir que sí. Lo compartimos todo y nos hemos peleado dos veces en nuestra vida. La clave está en la compenetración y en cuánto amas a tu pareja.
– ¿Les han rechazado por su condición homosexual alguna vez?
– Tenemos mucha suerte porque nunca hemos sentido rechazo ni en nuestro ámbito familiar ni entre amigos ni tampoco en el trabajo. Pero sí queda mucho por hacer. No soy reivindicativo porque no lo llevo dentro, pero creo que ambos somos necesarios: quienes luchan para que las cosas cambien y que logran que cuestiones como el matrimonio igualitario sean legales y quienes mostramos con normalidad lo que somos. No voy dando explicaciones pero siempre muestro quién soy con naturalidad; vivirlo con normalidad contribuye a que se reconozca como tal.
– ¿Qué piensa cuando se juzga la homosexualidad?
– Es muy triste que ocurra. La ley del matrimonio homosexual fue un gran logro, pero quedan muchas cosas por hacer aún, 15 años después.
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