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Un año y un día. No es una condena, aunque lo parece. Es el tiempo transcurrido desde se publicó la Ley de Familias Monoparentales de La Rioja en el BOR y que ha desplegado casi la misma eficacia que antes de su nacimiento, o sea, ninguna. Aprobada por unanimidad en el Parlamento de La Rioja en marzo y en vigor desde el 9 de junio del 2023, la normativa carece de aplicación práctica porque sigue sin redactarse el reglamento que la desarrolle. O lo que es lo mismo, es un marco normativo válido pero vacío de contenido real hasta que los legisladores concreten negro sobre blanco las medidas de la ley. De momento, la tramitación nacional de la Ley de Familias, recién salida del Consejo de Ministros, no hace más que obstaculizar, según declaran desde el Gobierno de La Rioja, el avance de la regional.
Concebida como una norma de protección, la Ley de Monoparentales de La Rioja cumplía uno de los propósitos de la Asociación de Familias Monoparentales de La Rioja (AsFaM), que lleva años batallando por la igualdad de derechos y la no discriminación de esta tipología familiar, cada vez más numerosa y mayoritariamente encabezada por mujeres.
Sacar adelante esta norma supuso para AsFaM un hito que pretendía paliar lo que la asociación considera es una «desigualdad» a la que «están sometidas» estas familias encabezadas por un solo progenitor. Un avance que durante este año se ha ido desdibujando ante la parálisis y el desinterés político, considera AsFaM. En este año La Rioja sólo ha habilitado un Registro Oficial de Familias Monoparentales, gestionado por la Consejería de Servicios Sociales, que ha aprobado 159 solicitudes de acreditación de esta condición y tiene otras 36 en proceso de aprobación.
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Nuria Alonso
Números insignificantes que contrastan con la abultada cifra, más de 13.000 monoparentales, que el Instituto Nacional de Estadística atribuía a La Rioja en 2021. Aun sin una perspectiva más precisa, ya que la estadística contempla a las familias con un solo progenitor a cargo de los hijos, sea cual sea su origen (viudedad, maternidad en solitario, divorciados con patria potestad en exclusiva...), el cálculo no se aleja de los datos nacionales (con cerca de dos millones de monoparentales), en torno al 10% del total de las familias en ambos casos.
Pese a lo que califican de «inoperancia administrativa», las monoparentales riojanas mantienen su agenda reivindicativa, tanto en el ámbito autonómico como en las corporaciones locales, para instar a que la ley recobre impulso y surta efecto, de una vez por todas, como marco de protección y de derechos.
Además de la visibilización y normalización, también se pretende acercar la realidad de estas familias a la sociedad, superando la, en ocasiones, sensación de que sólo buscan ayudas económicas. «No es una cuestión de subvenciones, sino de equidad de derechos», apuntan desde AsFaM. «Nuestros hijos no deberían ser discriminados sólo por formar parte de una familia monoparental», reclaman, apuntando las diferencias en los permisos de maternidad: un hijo de familia monoparental está 20 semanas atendido, mientras que los de las familias con dos progenitores cuentan con el doble de tiempo. Igual ocurre en caso de hospitalización por enfermedad: el hijo de una monoparental sólo podrá estar acompañado un máximo de cinco días; el doble para los de familias biparentales. «Y así, suma y sigue en lo que a desigualdad se refiere. Hasta que la ley cumpla su cometido», afirman desde AsFaM.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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