Secciones
Servicios
Destacamos
No hubo ni una sola mención ni por su nombre de pila ni por su cargo al Sánchez con el que compartió la singular complicidad que labran los retos políticos al límite. Ni Pedro ni compañero presidente. José Luis Ábalos escenificó este martes ante ... un atril del Congreso –traje azul bien planchado, semblante de indignada zozobra y notas por escrito– su inimaginable y descarnado divorcio con su partido de toda la vida doliéndose genéricamente del abandono de «la dirección» del PSOE y de lo que le habría gustado «tener el beneficio del compañerismo» para afrontar el 'caso Koldo'. No hubo señalamiento personal, pero los 25 minutos de monólogo sin posibilidad de preguntas –«Yo también tengo muchas respuestas», ironizó ante el enjambre de periodistas– sonaron a un calculado ajuste de cuentas con ese Sánchez al que ayudó a triunfar cuando el repudiado era él y que ahora, en el trance «más difícil», le ha empujado hacia la puerta para borrar su rastro de esta legislatura infernal.
Le habrán querido hacer desaparecer políticamente, sí, por la nociva contaminación que el 'caso Koldo' cierne sobre el partido, pero Ábalos dejó claro que sabe «lo que es ser un apestado político» y que no piensa permitir que le coloquen la letra escarlata del oprobio porque eso sería tanto como reconocerse culpable. «No puedo rendirme, tengo que defenderme a todos los niveles», proclamó, en aviso a navegantes por lo que pueda venir. De hecho, nada pareció quedar al azar en una intervención en la que Ábalos se recreó en las palabras para construir frases redondas a modo de latigazos contra el presidente y los que hoy le rodean; o lo que es lo mismo, un puñado de suculentos titulares de prensa que describen la rebelión de aquel que lo fue todo a la sombra de Sánchez contra el líder al que hoy apenas le tosen –y sin mella aparente en su ánimo– Emiliano García-Page, Felipe González y pocos más.
Como si quisiera exhibir distancia con la tosquedad presuntamente corrupta de Koldo García –su hombre para todo al que tampoco mencionó ayer, como si lo suyo fuera un mero roce laboral–, el exministro mimó su defensa convertida en ataque frente a quienes pretenden desprenderse de él como un político «contingente y fungible». Ese socialista que –le vino a recordar a Sánchez– contribuyó decisivamente como secretario de Organización a «la cohesión» de la militancia «en el momento muy complicado» que siguió a las convulsas primarias de 2017.
En un día «durísimo» para la familia socialista –«Esto no trae nada bueno. Y él, como hombre de partido, tenía que saberlo», se lamentaba tras escucharle una dirigente territorial–, Ábalos se proyectó como ariete contra todos los que, propios y ajenos, zahieren su «humanidad» y como víctima de un señalamiento «injusto» cuando no está imputado y cuando, según su combativa versión, hizo todo lo posible para conseguir mascarillas rápido y al mejor precio en lo peor de la pandemia. 'Y así me lo pagáis', casi podía escucharse el runrún bajo sus palabras.
Noticias relacionadas
Miguel Ángel Alfonso
Mateo Balín
Se queda en su escaño, enfatizó, porque necesita esa «tribuna pública» para defender su «honra personal» y su «reputación como diputado». No –esto también sonó a réplica a los que creen lo contrario en el partido– porque pretenda protegerse bajo su fuero parlamentario ni porque sus exigencias familiares, con tres exmujeres y cinco hijos, le obliguen a conservar su sueldo. Ábalos contrapuso esas «miserias» a su compromiso y, al borde del llanto al elogiar a sus compañeros de grupo parlamentario, se declaró como un mero «peón» con «todos en contra». «Vengo solo en mi coche, no tengo secretaria, no tengo a nadie detrás», se definió, como aquel Sánchez que se echó a la carretera para recuperar la secretaría general tras ser defenestrado. A él y a los que le circundan hoy, Ábalos los espera en la esquina cuando la pesadilla termine y «tengan que mirarme a la cara».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.