El exprofesor de Gaztelueta, a su llegada a los juzgados durante una sesión del juicio. J. ALEMANY

El Supremo rebaja de 11 a 2 años de prisión la pena del profesor de Gaztelueta por abusos sexuales al hijo de Juan Cuatrecasas

El exdocente también tiene prohibido acercarse a la víctima durante 4 años

LA RIOJA

Lunes, 28 de septiembre 2020, 15:02

El Tribunal Supremo ha rebajado de 11 a 2 años de cárcel a J.M.S, ex exprofesor del colegio Gaztelueta de Leioa, que fue condenado por un delito continuado de abusos sexuales a un alumno menor de edad entre 2009 y 2011, hijo ... del diputado Juan Cuatrecasas. El exdocente también ha sido condenado a la pena de prohibición de acercarse a la víctima durante 4 años y a inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, según recoge El Correo.

Publicidad

La Audiencia Provincial de Vizcaya había condenado al docente a once años de prisión por un delito continuado de abusos sexuales por cinco episodios fácticos de abusos sexuales cometidos por el acusado en su despacho. La Audiencia dio credibilidad a la víctima, basándose en el testimonio aportado por los peritos de la acusación.

Por su parte, la Sala estima de forma parcial el recurso del profesor -vulneración del derecho a la presunción de inocencia-- y excluye de los hechos probados dos de los cinco episodios que condicionaron la gravedad de la pena --haber instado al alumno a masturbarse en su presencia y a introducirse un bolígrafo en el ano--, al apreciar «una insuficiencia probatoria y un discurso valorativo» que no puede avalar.

El tribunal, integrado por el presidente de la Sala Segunda, Manuel Marchena, que es el ponente de la sentencia, y por los magistrados Juan Ramón Berdugo, Andrés Palomo, Ana Ferrer y Susana Polo, explica que la víctima describió los tres primeros episodios, consistentes en tocamientos, desde el momento en que decidió contar lo sucedido a sus padres.

«Vejaciones, abusos sexuales, humillaciones y agresiones»

El diputado por La rioja en el Congreso Juan Cuatrecasas, padre del niño que entonces tenía 13 años, relató a Diario LA RIOJA, el calvario que había vivido la familia, tras descubrir lo ocurrido. La situación de la familia cambió y tras comprobar la falta de apoyos y recibir amenazas, según contaba entonces Cuatrecasas, decidieron cambiar su residencia a Haro, donde el padre de familia había veraneado desde siempre.

Entre los cursos del 2008 al 2010, el chico «sufrió vejaciones, abusos sexuales, humillaciones y agresiones». Los padres se dieron cuenta de que algo pasaba al año siguiente, cuando vieron el rechazo por parte de los compañeros que habían sido sus amigos y se encendió la luz de alarma. El hijo de Cuatrecasas comenzó a hablar y descubrieron los presuntos abusos por parte del preceptor.

Sin embargo, los dos hechos citados no se los contó ni a ellos ni a los diferentes profesionales que le trataron a partir de mayo de 2011, ni a la Fiscalía de Menores en el año en que se siguieron diligencias por acoso escolar, ni ante el Fiscal Superior del País Vasco en 2013, haciéndolo en fecha próxima al 2015 a un psiquiatra, y a partir de ahí los narró en su totalidad en la querella y posterior declaración judicial.

Publicidad

En su sentencia, dictada por unanimidad, la Sala añade que «no se trata de un hecho inicial que luego va siendo objeto de matizaciones, incluso retractaciones, por parte de quien lo narra».

«Estamos en presencia de un menor de edad que sufre abusos sexuales de su preceptor, que narra su realidad y existencia a sus padres y a los profesionales que le asisten cuando ya ha cumplido 15 años y que, finalmente, cuando ya ha alcanzado los 19 años de edad, enriquece su relato con dos hechos de una gran trascendencia penológica, silenciados hasta entonces y que tienen una presencia sobrevenida en la querella criminal que interpone en el año 2015», añade la resolución.

La Sala afirma que la razón de la omisión inicial y la falta de continuidad en el relato de la víctima la obtiene la Audiencia de Bizkaia de las declaraciones del menor, que explicó «la vergüenza y la culpa» que sintió por lo ocurrido, y en el dictamen de los peritos que atribuyen «el silencio a esos mismos sentimientos».

Publicidad

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad