De huella digital a muestra de sangre del cordón umbilical

Que a día de hoy se repitiera un caso de intercambio de bebés nada más nacer es altamente improbable e «impensable», sostienen desde la Consejería de Salud. En 2002, año en el que el error cometido en el entonces Hospital San Millán truncó la vida de dos pequeñas con sus padres biológicos, el sistema de identificación de los recién nacidos consistía en la huella digital del bebé impresa en una ficha de cartón.

Años después, con el fin de extremar las precauciones, se modificó el proceso y de la huella digital se pasó a tomar la huella plantar de los pequeños.

A día de hoy, el sistema es más sofisticado. Se trata de un procedimiento inequívoco madre-bebé que cumple todas las recomendaciones de la sociedad de Neonatología y Pediatría. Además, el proceso que se realiza sigue todas esas recomendaciones y nunca, abundan desde Salud, ha habido ningún problema. Incorpora identificación física (pulseras y pinza para el cordón) y muestras de sangre del cordón umbilical.

¿Qué incluye el kit de identificación? La pinza para el cordón, la pulsera de la madre, la pulsera del bebé, la tarjeta donde se depositan dos gotas de sangre del cordón umbilical y otros dos códigos que se pegan en las historias clínicas del bebé y de la madre.

Y ¿cómo es el proceso de identificación madre-bebé? Todo se codifica en el paritorio por lo que la identificación es total desde el momento del nacimiento. Hoy todo está digitalizado, lo que refuerza la seguridad. Y al mínimo error, saltan las alarmas.

Una vez que el bebé llega a la habitación, los protocolos tampoco se relajan: desde hace años todos los procedimientos se hacen en la habitación delante de los padres y si al bebé hay que hacerle alguna prueba fuera de la habitación va acompañado de un progenitor en todo momento.

En el caso de Neonatología si fuera preciso retirar la pulsera al bebé por cualquier motivo clínico se custodia en la cabecera de la incubadora y en todo caso siempre seguirá identificado a través del código de barras de la pinza del cordón umbilical.

Respecto a las muestras de sangre quedan en la historia clínica en un papel secante que, si dentro de 10 años se quiere comprobar, está en la historia y se puede realizar la prueba de ADN de la madre y del niño y cotejarlo.