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El juzgado de Menores de Logroño ha condenado a tres años de internamiento en régimen cerrado, seguido de dos años de libertad vigilada, a cuatro de los cinco imputados por la violación grupal de avenida de Navarra ocurrida el 9 de abril de ... 2023. El juez absuelve al quinto implicado y al resto les impone además el pago de una indemnización conjunta de 60.000 euros, 30.000 para cada una de las pequeñas víctimas de la bautizada como manada de Logroño.
A los cuatro condenados, que en el momento de los hechos tenían entre 14 y 17 años, el juez les considera autores de dos delitos de amenazas condicionales, uno de agresión sexual con acceso carnal a menor de 16 años, y en concepto de cooperador necesario, de cinco de agresión sexual con acceso carnal también a menor de 16 años. Además, según la sentencia a la que ha tenido acceso Diario LA RIOJA, los menores tendrán que participar en un programa de educación afectivo-sexual y establecimiento de relaciones sanas e igualitarias y en otro de habilidades sociales, y no podrán aproximarse a sus víctimas en cinco años. Unas penas que la defensa de una de las menores considera insuficientes y que ya ha avanzado que recurrirá. Sólo a uno de los menores juzgados, el juez le considera además autor de un delito de robo con violencia.
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Los hechos probados se remontan al 9 de abril del pasado año. Ese día, dos de los menores que inicialmente fueron detenidos por estos hechos, pero más tarde fueron entregados a sus padres por tener menos de 14 años y por tanto inimputables, quedaron con las dos pequeñas, que entonces tenían 13 años, por la zona del Ayuntamiento de Logroño. Poco después les animaron a ir juntos al local–chamizo que tenía un grupo de amigos en el número 16 de avenida de Navarra. Mientras tanto, el resto de los ahora condenados esperaban en el interior del citado local a que ellas llegaran. Una vez ahí, alrededor de las 19.15 horas, las pequeñas «desconfiaron de la verdadera intención de estos menores, cambiaron de opinión y les dijeron de forma rotunda que no iban a entrar». Sin embargo, después de un tiempo de insistencia, uno de los inimputables empujó a las víctimas, mientras que otros tiraron de ellas y las obligaron a entrar en el habitáculo.
Una vez dentro, ellas descubrieron que el resto de sus agresores estaban escondidos y «todos ellos, haciendo uso de su superioridad física y numérica, trasladaron mediante empujones a las dos menores hacia adentro del local–chamizo, situado en la planta semisótano del edificio de viviendas de avenida de Navarra 16. Una vez en el interior, los implicados consiguieron separar a las dos niñas en dos habitaciones diferentes. En una de ellas se encontraron múltiples objetos viejos, una almohada y un colchón encima del somier de un 'chaise longue'. En el segundo trastero, el único que tiene luz al disponer de una bombilla que iluminaba la estancia, había un banco de madera y un sofá biplaza enfrentado a él; al fondo, un sofá cama con varios cojines, una manta y otros objetos.
Una de las pequeñas quedó encerrada en el primer trastero y una vez allí colocaron un tablón que impedía que saliera. Mientras tanto, escuchaba a su amiga gritar su nombre pidiéndole ayuda desde el otro cubículo en el que había sido introducida y a sus agresores decirle: «cállate puta, que os calléis, que os van a escuchar».
La sentencia detalla de forma desgarradora los abusos a los que fueron sometidas las dos pequeñas que, en cualquier caso, fueron víctimas de un «número indeterminado de forzamientos sexuales» y una vez que «saciaron su apetito sexual», lo que ocurrió entre las 19.30 y 19.50 horas, los implicados, «con ánimo de amedrentarlas», les dijeron en numerosas ocasiones que si decían algo a alguien «les cortarían el cuello a ellas y a su familia».
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Poco después, tras ser apremiadas por uno de los menores de 14 años para que se vistieran y se marcharan, las dos víctimas salieron del portal por avenida de Navarra. A su vez, otro de los ahora condenados, al único al que el juez considera autor, además, de un delito de robo con violencia, se apropió de una sudadera que tenía en su interior un inhalador y 5 euros.
Como consecuencia de las agresiones, las pequeñas han sufrido diversos cambios a nivel personal, psicológico y social.
Inicialmente, la Fiscalía reclamaba entre 6 y 10 años de internamiento en régimen cerrado, el máximo que permite la ley reguladora de la responsabilidad penal de los menores.
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