El último 'party' de un festival...

No era el único que destacaba el 'buen rollo' que, en líneas generales, se ha vivido durante los tres días del evento. Marina, llegada desde Madrid, lo corroboraba entre el numeroso público que a las seis de la tarde esperaba la salida al escenario de los raperos Ocer y Rade: «Los conciertos han estado muy bien y el ambiente ha sido genial. Sobre todo, porque no ha habido ni 'movidas' ni peleas». Todo un punto a favor para los 'holikers' instalados en Calahorra, que han sabido cumplir con esa buena onda que busca ante todo Holika.

-¿Repetiréis el próximo año en el festival Holika? «Volveremos sin duda y además, al camping», respondía sin pensárselo Valeria Aréjula, junto a su grupo de amigas, quienes se han desplazado a Calahorra los tres días del festival desde Tudela. «Además de los conciertos, la gente ha sido lo mejor. Sonaba una canción y todo el mundo se ponía a bailar», opinaba.

También desde Tudela llegaba Andrea Filí. «Los tres días han estado muy bien, aunque la entrada del primer día fue horrible», señalaba esta tudelana, que destaca sobre todo la «buenísima» actuación de Juan Magán y la sesión del viernes por la noche de José de las Heras.

El domingo toca desmontar tiendas y hacer maletas en la zona de la acampada. Allí se han alojado estos días Erika Martínez y su amiga Marta. Los conciertos del sábado eran los más esperados para ellas, porque «nos gustan todos los grupos». Además, la actuación de Emilia Mernes, la sorpresa que se guardaba la organización para el última día, ya la conocían desde el día anterior. «Lo sabíamos porque alguien nos lo había dicho», decían sobre la artista, que había dado a conocer su viaje a Calahorra a través de las redes sociales.

Pero Erika, sobre todo, quería disfrutar del rap de Ocer y Rade, a punto de salir al escenario en ese momento. «Yo estoy en el concierto por ella», matizaba su amiga Marta, quien le acompañaba además para ayudarle a moverse por el festival ya que Erika utiliza una silla de ruedas. De hecho, en el recinto había un espacio habilitado para personas con dificultades de movilidad. «Más o menos está bien adaptado», apuntaba Erika.

Este domingo, una vez se cierre el camping del festival Holika y se de paso a la retirada de los escenarios, será el momento de hacer balance para afianzar los 'pros' del festival y tomar nota de los aspectos a mejorar para próximas ediciones. El 'party' se acabó, aunque todavía hay mucho verano por delante.