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Finalizadas las fiestas de Alfaro, los agentes de la Policía Local que se plantaron durante las celebraciones se han incorporado con normalidad a su puesto, desde el turno de noche del domingo. «Todo transcurre bien y, ahora, el Ayuntamiento de Alfaro estudiará cómo actuar ... para volver a la normalidad y que todo el mundo preste sus servicios con cordialidad», describe el alcalde alfareño, Julián Jiménez Velilla.
Trece de los diecisiete agentes del cuerpo no se presentaron el 14 de agosto a su puesto de trabajo. Ante esta situación, el Ayuntamiento solicitó y contó con el refuerzo de la Guardia Civil para «garantizar la seguridad a la ciudadanía» durante las fiestas. Y Cruz Roja, Protección Civil y la brigada municipal de obras echaron una mano a los tres agentes que continuaron dando servicio.
Pasadas unas fiestas multitudinarias y sin incidentes, el grupo de gobierno ha puesto la situación vivida en manos de la asesoría jurídica del Ayuntamiento. «Creo que no era el momento para esta reivindicación. Ha habido mucho tiempo antes y aún hay más después para abordar estas negociaciones –expone Jiménez Velilla–. Vamos a estudiar la actitud que han adoptado, que creemos que es abandono de puesto de trabajo. En última instancia, serán los tribunales los que decidan lo que ha ocurrido». Por el momento, el Ayuntamiento no ha recibido ninguna solicitud de información por parte de otras instancias.
Otro punto de inflexión provocado por esta situación es que el grupo de gobierno ha optado por redefinir la negociación de la plantilla. «En lugar de hacerlo a través de cada uno de los colectivos, debemos encauzar la negociación de cualquier modificación del convenio colectivo o de la relación de puestos de trabajo a través de la junta de personal, en la que están representados todos», asiente el alcalde.
Días antes de las fiestas, representantes de los sindicatos policiales en el Ayuntamiento mantuvieron conversaciones con el grupo de gobierno, en las que se alcanzó el acuerdo de pagar 40 horas extras a los agentes por el trabajo en fiestas. «Pero no podíamos pasar porque, además, por día de trabajo pedían día y medio más libre –argumenta Jiménez Velilla–. Si pagas las horas extras, no puedes dar vacaciones. Estarían cobrando la misma situación doblemente y esa reivindicación ya nos parecía una exageración».
Por su parte, los sindicatos atribuían al grupo de gobierno que la plantilla se encuentre «mermada de agentes» siendo «habitual que el servicio se cubra mediante horas extraordinarias», lo que lleva a que los agentes estén «hartos» porque «no pueden conciliar su vida laboral y familiar». En este punto, Velilla compromete el proceso para elegir oficiales, otra de las demandas.
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