Cataluña, cada vez más cerca de la repetición electoral. Salvo que el PSC y ERC se pongan de acuerdo y consigan encontrar una fórmula de financiación para la comunidad catalana que sea la cuadratura del círculo: satisfaga por igual a las autonomías del régimen común ... y a las bases de Esquerra.
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Sobre el papel, Salvador Illa tiene dos meses para convencer a ERC. Los republicanos necesitan tiempo para negociar pero no quieren unas conversaciones al límite del 26 de agosto, que les dejen sin margen para consultar a sus militantes. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, fijó este sábado en el consejo nacional del partido algunas de las premisas de esta negociación, tanto desde el punto de vista de la metodología como del contenido.
De entrada, la cuestión temporal. Rovira instó a cerrar un preacuerdo para finales de julio, con el objetivo de que la formación republicana tenga tiempo necesario para debatir internamente ese eventual pacto y pueda consultar a su militancia. La premura es tanto para el PSC como Junts, las dos fuerzas con las que se va a sentar ERC y que han mostrado su intención de optar a la investidura. Aunque Puigdemont tiene escasas posibilidades y la negociación de verdad de los republicanos sea con los socialistas y en concreto con el Gobierno, que es quien puede poner propuestas sobre la mesa.
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«No queremos una negociación al límite», «no queremos llegar al último minuto», aseguró la secretaria general republicana. El Parlament tiene de plazo hasta el 26 de agosto para investir al presidente de la Generalitat. Si no, las elecciones se convocarán de forma automática para el 13 de octubre. La delicada situación de la formación republicana, dividida tras las últimas debacles electorales, determina su posición en las conversaciones para la investidura. La pugna que libran Oriol Junqueras y Marta Rovira por el control del partido lo complicado todo aún más. Rovira advirtió al PSC de que si para finales de julio no ha sido capaz de cerrar un preacuerdo con los republicanos, deberá explorar otras posibilidades. «No asumiremos la responsabilidad» de que haya nuevas elecciones», avisó.
ERC mete presión a Sánchez y a Illa para que pongan ya propuestas sobre la mesa. La cuestión «prioritaria» de la negociación para los republicanos es la financiación de Cataluña. Rovira fue explícita. Si no hay una oferta formal de concierto económico en la línea con el modelo vasco, si no se avanza en una financiación singular que contemple la salida de Cataluña del régimen común, habrá nuevas elecciones. «O avanzamos y hay frutos», o repetición electoral, dijo. El Gobierno y el PSC se han movido en este terreno. Nunca hasta ahora habían hablado de la singularidad de Cataluña, pero insisten en que la comunidad catalana no puede salir del régimen común. Este es el escollo. Las bases de ERC, con ganas de tumbar los acuerdos a los que llegue la dirección, difícilmente aceptará un modelo que renueve el 'café para todos'.
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ERC, en cualquier caso, no limita a la financiación su listado de reclamaciones. La líder del partido instó a los socialistas a «avanzar en la resolución del conflicto». Los republicanos valoran la posición de la Fiscalía en relación a la aplicación de la amnistía y también el acuerdo alcanzado con el PSC para la reforma del reglamento del Parlament, que permitirá votar de forma telemática a los diputados huidos en el extranjero. Pero el trofeo en esta partida es el concierto económico. Todo dependerá además de cómo se resuelva la amnistía de Puigdemont.
El líder del PSC, Salvador Illa, insistió en que solo hay «una posibilidad» de investidura, la suya, con el apoyo de ERC y los comunes. Hay otras mayorías posibles aritméticamente, como la elección de Puigdemont, pero Illa avisó que no son «viables». «O pacto de progreso (con ERC y comunes) o elecciones», afirmó en el congreso de su partido del Maresme. Illa se mostró «optimista», aseguró que busca «horizontes de estabilidad» y se mostró dispuesto a «moverse» y «encontrar puntos de encuentro».
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Junts también reunió a su consejo nacional, en el que el secretario general juntero, Jordi Turull, corroboró la intención de Carles Puigdemont de regresar a Cataluña y presentarse candidato a la investidura, aunque tiene escasas opciones de ganar la votación, ya que necesita el apoyo de ERC y la abstención de los socialistas, que se niegan en rotundo. Turull criticó que se ponga la financiación de Cataluña como moneda de cambio de la investidura de Illa, como «un chantaje y un mercadeo del poder por el poder». «La financiación propia de Cataluña debe ir vinculada a quien quiera ser y seguir siendo presidente del Gobierno o quiera tener Presupuestos, no como moneda de cambio para tener cualquier presidencia de la Generalitat», afirmó ante la plana mayor de su partido. «Que Pedro Sánchez intente vender ahora ese tipo de dos por uno, su Presidencia y la de Salvador Illa, por la financiación es inadmisible», remató.
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