La portavoz de Junts Míriam Noguera tras intervenir en el pleno del Congreso que aprueba definitivamente la ley de amnistía, promovida por el Gobierno con el apoyo de sus socios, tras seis meses de tramitación en las Cortes EFE/ JJ Guillen

Sánchez saca adelante la amnistía que le ata al independentismo a la espera del Supremo

El Congreso aprueba partido en dos la norma que borra los delitos del 'procés' en un debate tenso sin el presidente

Jueves, 30 de mayo 2024, 11:50

La tormentosa tramitación parlamentaria de la ley de amnistía pactada por Pedro Sánchez con el independentismo catalán el pasado noviembre a cambio de su investidura ha concluido. A las puertas de las elecciones europeas de 9 de junio, el Congreso levantó esta mañana, en un pleno cargado de tensión ... , el veto que había logrado imponer el PP con su mayoría absoluta en el Senado. La norma, que borra todos los delitos cometidos en relación con el amago de secesión impulsado por las autoridades catalanas en 2017, entrará en vigor, previsiblemente la próxima semana, tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado, aunque ahora queda por delante un periplo judicial que tampoco se vislumbra pacífico.

Publicidad

El Gobierno, que evitó intervenir durante el debate hasta el punto de que Sánchez ni siquiera estuvo presente en el hemiciclo hasta poco antes de que la votación, presume de haber logrado ya la «normalización, institucional, política y social de Cataluña» y blande los resultados del PSC en los comicios del día 12 como prueba de su éxito. Lo hizo el ministro de Justicia, Félix Bolaños, en una comparecencia posterior al pleno en el que la voz de su partido estuvo representada por el diputado Artemi Rallo. Un perfil bajo para una intervención de alto voltaje contra PP y Vox.

Los socialistas son conscientes, sin embargo, de que el secesionismo, del que dependen para llevar adelante la legislatura, no ve en la amnistía un punto de llegada sino todo lo contrario. Y, por si querían obviarlo, Junts y ERC se lo recordaron ayer dejando a un lado por un día sus rencillas con una complicidad no vista desde aquel turbulento 2017.

«Nos dicen que nunca habrá independencia y hoy tenemos más claro que nunca que es de ustedes de quien menos depende, depende del pueblo de Cataluña», se vanaglorió la portavoz posconvergente, Míriam Nogueras, tras hacer recuento de las cesiones arrancadas al PSOE por su grupo, con solo siete diputados y a pesar de haber sido quinta fuerza en Cataluña en las últimas generales. «Después de hoy la lucha continúa y estamos más preparados», añadió.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, definió la amnistía como «la primera derrota del régimen del 78» y, tras agradecer por su nombre a los protagonistas de la intentona independentista de hace siete años –algunos como el líder de su partido, Oriol Junqueras, o el secretario general de Junts, Jordi Turull, presentes en la tribuna de invitados–, advirtió de que la «siguiente parada» es el referéndum. «Y quien ría, quien lo menosprecie –dijo–, que piense lo que decían aquí de la amnistía según qué personas hace tres, cuatro o un año y lo que estamos votando ahora».

Publicidad

Rufián también resaltó que la decisión del Congreso puede tener ahora un escollo en los jueces que caso a caso deben aplicar la ley o, eventualmente, elevar consultas sobre su compatibilidad con la Constitución o el Derecho europeo que pueden tener efectos suspensivos. Y en una alusión indirecta a las denuncias realizadas por el propio presidente del Gobierno en relación a la investigación abierta en torno a su mujer, advirtió: «El partido judicial español votará y todo el mundo sabe lo que votará. Y desde aquí llamo a los demócratas a que no lo permitan porque el 'a por ellos' era    en realidad un 'a por todos'».

«Traidores»y «neofascistas»

En un pleno que evidenció una vez más la polarización política, con Vox acompañando con un «¡traidor!» cada voto de un miembro del Gobierno, el socialista Rallo tildando de «filonazis» a los de Abascal y advirtiendo al PP de que acabará «devorado por la bestia neofascista» o el diputado de Sumar Gerardo Pisarello acusando de «golpismo» a la derecha, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, lanzó una sentencia lapidaria: «Hoy –dijo, no sin antes llamar «cobarde» a Sánchez por no defender en persona la amnistía– hemos asistido al acta de defunción del PSOE».

Publicidad

El líder de la oposición insistió en acusar al presidente de «corrupción política» además de económica, como también hizo Santiago Abascal, que acabó su intervención entrando en derivadas más allá de la amnistía y encontrando vínculos entre los socialistas y Hamás, los talibanes o Irán. «No se atrevan a llamarlo convivencia, no se rían de gente. No pretendan lavarles el cerebro», reprochó Feijóo a un Ejecutivo que cree haber logrado diluir las dudas de buena parte de su propio electorado hacia la medida que el mismo PSOE tildaba de inconstitucional antes de perder las generales. «Es un intercambio de poder a cambio de poder, a cambio de impunidad: 'Yo te otorgo un privilegio personal y tú me das la presidencia».

«La legislatura empieza y puede acabar aquí. No hubo nada antes y no habrá nada ahora (...) Y si finalmente no se aplica, no se lo van a perdonar», pronosticó además. Frente a esos malos augurios, y con la batalla por la presidencia de la Generalitat de Cataluña aún por dilucidar, Pisarello, de En Comú, llamó a la «unidad» de las fuerzas de la investidura. «Nos querrían aislados y sometidos. Lo sabíamos el 23-J y lo seguimos sabiendo ahora», dijo. Jon Iñarritu, de Bildu, llamó a aprovechar la «oportunidad» que se abre para abordar el «conflicto político que sigue encima de la mesa»    en un «clima diferente» y, desde el PNV, Mikel Legarda, pidió «menos sal gruesa» a todos los partidos para «allanar el camino» que permita «recoger frutos» en el futuro.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

¡Oferta 136 Aniversario!

Publicidad