Las siete cartas de la tragedia

En el caso de Ugueto, según informó este martes Antena 3, dos son los destinatarios. Por un lado una amiga, a la que le pide que no se sienta mal: «Esto es una carrera de fondo y mi meta llegó ya. Ha sido larga y con mucha resistencia […] Necesito descansar de todo esto». Por otro, a su padre (divorciado de su madre), al que pide perdón y le dedica un enigmático «te queremos», en plural. «Hace tiempo que había escrito esto. Lo siento mucho, pero ahora que tengo a Carolina a mi lado, en este instante, veo que hago lo correcto. Ella hoy decía: 'Mami no quiero volver, solo estar contigo'». Además, en otro de los fragmentos desvelados, traza una suerte de testamento repartiendo sus bienes entre sus hermanos.

En el caso de la abuela de la menor, Olga Febles, en las cartas escritas a su hijo Ramón reveladas por ABC viene a justificar su decisión de quitarse la vida. «Esto es muy difícil para mí, el dejarte me resulta insoportable pero no tengo otra salida. Te amo con todo mi corazón», confiesa. «Adri [la madre de Carolina, en prisión desde el pasado jueves] se viene conmigo porque tu padre tiene razón en que ella así como está no puede ofrecerle nada a la niña y no quiere verla sufrir, ya sufrió bastante desde pequeña y sabemos que por unos drogadictos y eso es el futuro que le espera», apunta en su escrito.

La abuela comienza la carta de despedida pidiendo perdón a su hijo, que fue quien, tras ser requerido por la Guardia Civil, puso a disposición de los agentes las misivas. «Esto no lo he hecho ni por Adri ni por Carol. Sé que me equivoqué, metí la pata hasta el fondo, he intentado arreglarlo por todos mis medios pero no lo he podido hacer», dice antes de apuntar las causas que le han llevado a suicidarse.

Como informó en su edición del lunes Diario LA RIOJA, la abuela de Carolina habría sido víctima de una estafa: se había enamorado de un hombre al que conoció en Madrid y que le había dicho que trabajaba para la ONU, que tenía a sus hijos enfermos y que necesitaba dinero. Ante esas peticiones, Olga Febles envió a Turquía e Indonesia, presuntamente, unos 100.000 euros. «Le ayudé pero me engañó. No me justifico porque no tengo justificación. Solo te pido que algún día me puedas perdonar. Llevo seis meses luchando y sufriendo con esto y no puedo más. Mi vida es un infierno».

A lo largo de su relato, la madre detalla a su hijo todo lo que ha vivido y deja claro que se va a quitar la vida. «Juro por Dios que no tengo otra salida y por eso me quiero ir. No te voy a hacer pasar por más vergüenza», dice. Pero, como explica ABC, curiosamente no hay más que dos referencias a su hija Adriana y a su nieta Carolina, ambas muy vagas. Insiste en que no quiere que sufran más. A su hijo le dice una y otra vez cuánto le quiere y el orgullo que siente por él.

Ahora los investigadores tratan de averiguar si la abuela participó en el crimen de Carolina o si pudo, incluso, ser la autora material, para lo que resultará esencial concretar el momento de la muerte de la menor.