«Las víctimas no olvidan algo así»

Ese es el reto, según Rada, y para alcanzarlo hay que empezar por algo fundamental. «Hablamos de situaciones muy traumáticas y lo primero que hay que hacer es eliminar cualquier atisbo de culpabilidad, huir de momentos en los que la mente pueda jugar una mala pasada», apunta el experto en menores. Para ello, el psicólogo ve necesario incidir en aspectos como la autoestima, el trabajo con el entorno y en las perspectivas de futuro. «No es fácil porque estamos hablando de edades muy tempranas, pero con un apoyo adecuado es posible», relata Rada.

Ese acompañamiento, además, no debe esperar. «Hay que empezarlo cuanto antes, y no solo con las víctimas, sino también con la gente que las rodea para saber cómo no revictimizarlas», señala el experto. «Si dejamos que el suceso se digiera solo, como si no hubiera pasado nada, se convierte en un elefante en una habitación y esta, cuando somos jóvenes, es muy pequeña», resalta.

De cualquier forma, el psicólogo considera que si el acompañamiento es el adecuado, las consecuencias pueden ser positivas. «Muy probablemente se pueda alcanzar un bienestar psicológico bastante aceptable, en ocasiones dentro de lo que solemos llamar 'normalidad'», remacha.

En el otro lado están los agresores. ¿Qué puede pasar por la cabeza de chicos tan jóvenes para hacer lo que hicieron? Rada reconoce que no hay una razón única para explicar este tipo de comportamientos. «Sí que observamos que tienen una mala gestión de sus conductas:tienen normalizado cometer una agresión de este tipo y hay una intencionalidad», expone. «Pero esto va más allá, sucesos como este tienen que hacernos ver cómo se está viviendo en la sociedad la sexualidad y cómo le está llegando la información a los menores», añade. «Cada vez que sucede algo así tenemos que aprender, hemos de recoger la mayor información posible para tratar de evitar situaciones similares y para que, de alguna manera, estos chicos puedan reincorporarse a la sociedad, que es lo que se busca con estas medidas», finaliza su reflexión.

Sin embargo, para llegar a este punto Juan Cruz Rada ve un aspecto como fundamental. «Tienen que ser conscientes de lo que han hecho, reconocer el daño y tomar conciencia de que sucesos como este no pueden volver a darse», señala el psicólogo educativo. «De nada nos sirve que participen en un programa de reinserción si no son conscientes de que tienen que cambiar sus relaciones con los demás y, en especial, con las mujeres», concluye.