Una vacuna sociolaboral ante la crisis

Quince meses de dolor, de muerte, de dramas personales y familiares, de miedos e incertidumbres, pero también de certezas indeseadas en forma de ruinas, cierres de negocios, de desempleo... De desesperación. La pandemia del COVID ha provocado una monumental crisis sanitaria que con su prolongación ha derivado en un devastador tsunami económico y social en el que, como siempre, la peor parte ha desembocado en los más vulnerables, a los que no les ha quedado otra que llamar a la puerta de las entidades del tercer sector, incansables en una labor que ha salvado del abismo a cientos de familias riojanas. Ahí han estado el Banco de Alimentos, Cáritas, Cocina Económica y muchas más en la vanguardia de una batalla en la que ha vuelto a lucir con luz propia la bandera de Cruz Roja.

La entidad que preside Fernando Reinares ha movilizado a cientos de voluntarios que han repartido alimentos, productos de primera necesidad, que han tramitado ayudas económicas para aliviar la pobreza energética y que, pasado lo peor, colaboran hoy en el plan de vacunación regional que ayude a poner fin a la pesadilla.

Pero las ayudas directas solo son la punta del iceberg de la labor de Cruz Roja La Rioja, que ha echado el resto en los últimos meses para tratar de tejer, desde su área de empleo, un manto protector duradero y resistente entre los más vulnerables: jóvenes, mujeres, personas mayores de 45 años e inmigrantes.

«Para hacer frente a esta situación, hemos reforzado la intervención y las respuestas específicas y especializadas para intervenir con las personas más vulnerables, que debido a la crisis se encuentran todavía en una situación de mayor desventaja en su acceso al mercado laboral», explica Diego Alonso, responsable del Área de Empleo de Cruz Roja La Rioja, que aclara que «se trata de una intervención basada en acciones y actividades encaminadas a mejorar la empleabilidad y la inserción laboral de las personas, promoviendo la igualdad de oportunidades en el empleo y contribuyendo a que puedan acceder a un puesto de trabajo».

Los números avalan la estrategia. Durante el pasado año, casi 1.400 personas participaron en el Plan de Empleo de Cruz Roja La Rioja y de ellas, 262 pudieron acceder a un empleo, que en algunos casos se han prolongado en el tiempo hasta la actualidad.

Además, la organización humanitaria desarrolló más de centenar y medio de acciones formativas que sirvieron para reforzar un Plan de Empleo, de cuyos participantes surge un perfil de especial riesgo en la crisis actual: el 67% fueron mujeres, el 35% eran menores de 30 años, el 20% no tenían estudios o no los habían terminado y el 61% estaban desempleadas.

Pero Cruz Roja La Rioja no estuvo sola en una senda trufada de obstáculos. Pese al mazazo económico que ha supuesto la pandemia, 219 empresas riojanas mantuvieron el año pasado su compromiso con el Plan de Empleo de la entidad, un puente que ha permitido «establecer más de medio millar de alianzas que han mejorado la empleabilidad de las personas participantes en las iniciativas de inserción laboral y generado oportunidades de acceso a un empleo», según resalta la organización.

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