«Le debo todo a Cruz Roja, me salvó en lo laboral, pero también en lo psicológico»

Se enteró del servicio de Empleo de Cruz Roja y se inscribió. «Para mí fue una bendición empezar el curso de Cruz Roja en septiembre, porque me obligaba a salir de casa todos los días, conocí gente y, al final, encontré trabajo. A mí me salvó en lo laboral, pero también en lo psicológico porque me ayudó a salir de la depresión y la tristeza, aunque todavía tengo mis ratos, claro», confiesa.

Tras dos semanas de teoría sobre currículum y entrevistas de trabajo, inició el curso, orientado a la formación para el trabajo en una pescadería, que culminó, en noviembre, con dos semanas de prácticas en uno de los cinco negocios que tiene en la capital riojana la firma Gourmet del Mar. «Se ve que les gustó cómo trabajaba y me hicieron primero un contratito de una semana y a partir de ahí se prolongó y hasta ahora, con la previsión, además, de que siga».

«Ahora estoy encantada, disfruto muchísimo con mi trabajo, con el trato con los clientes, estoy feliz, encantadísima. Eso que yo de esto no tenía ni idea, porque siempre he sido 'carne' de fábrica. Estuve 26 años, desde los 16, en la fábrica de confección de lencería y corsetería Eliane, pero con la crisis económica cerró y me quedé sin trabajo con 41 años y con un currículo que cabía en un post-it», recuerda para insistir en sus alabanzas a Cruz Roja: «Se lo debo todo, no solo el trabajo, sino que me sacase de la situación en la que estaba. Eso se lo agradeceré de por vida».