El «salto cualitativo» de los delitos agilizó la investigación y se estrechó el cerco sobre los sospechosos

Los primeros perjudicados por la quema de coches tenían un nexo de unión, ha detallado este agente, o bien eran exnovios de T.G. o conocidos de esta y de D.L. Todos señalaban a las mismas personas, ha explicado. Pero «los incendios fueron subiendo su intensidad» y el 20 de julio, cuando los principales acusados fueron detenidos por los daños en marquesinas, se les incautaron los móviles. El contenido de sus teléfonos confirmó las sospechas.

En varios mensajes, ha relatado, T.G. se jactaba «de lo que había hecho el día anterior y en otros comentaba lo que iba a hacer». Además, había imágenes de esta acusada y de su entonces novio, el también procesado D.L. junto a vehículos quemados en el paraje de La Rad, en Logroño, con los pulgares levantados.

Este mismo policía tomó declaración a T.G., D.L. y I.A. y en ningún momento, ha señalado, T.G dijo que actuaba obligada por su pareja. Su «apariencia», ha dicho, es que era colaboradora, pero «también intentando minimizar su responsabilidad». «Siempre decía que lo hacían I.A. y D.L.». En cuanto a la implicación de N.M. en los hechos, ha asegurado que fue la propia acusada T.G. quien la señaló en su declaración.

Otro de los policías llamados a declarar como testigo este miércoles ha explicado, sin embargo, que T.G., según contaba su padre, «había ido a acompañar a D.L. pero no había participado». «Se sobreentendía que participó coaccionada, pero nunca dijo que su novio le cogiera el teléfono».

En cualquier caso, los jóvenes siempre estuvieron en el punto de mira de la Policía Nacional que desplegó un dispositivo, especialmente tras la madrugada del 20 de julio, cuando D.L. y T.G. circulaban en el turismo Seat León propiedad del acusado destrozando las lunes de marquesinas. Esa noche, después de cruzarse con una patrulla en la calle Madre de Dios, cerca de una marquesina con los cristales rotos, fueron localizados en la gasolinera de Las Gaunas. Ahí fueron identificados, detenidos y puestos en libertad.

En el coche, según han relatado hoy varios agentes, llevaban un tirachinas, canicas, una garrafa de gasolina y un bate pequeño que, según dijo entonces D.L., habían empleado para arreglar un coche en un pueblo del que venían.

Los cuatro jóvenes (que se hacían llamar en redes sociales 'los payasos justicieros') están acusados de provocar numerosos incendios de vehículos en Logroño en el verano del 2018. Entre ellos, los de tres garajes comunitarios que pusieron en serio riesgo la vida de los vecinos que vivían sobre los mismos.

Los cuatro procesados, dos hombres y dos mujeres, todos menores de 25 años, se sientan en el banquillo de los acusados y se enfrentan a 14 delitos por los que el Ministerio Fiscal solicita penas de hasta 75 años y medio de prisión, en donde han permanecido desde su detención hasta hace unos meses.