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l nombre de los monasterios de Suso y Yuso responde a su respectiva ubicación en un recóndito y bellísimo paraje del valle del Cárdenas, arriba y abajo, una humilde acepción engrandecida por su condición de Patrimonio de la Humanidad, de la que hacen gala desde 1997. A lo largo de sus casi 1.500 años de historia, ambos templos han vivido momentos de esplendor espiritual, cultural y económico, custodiando auténticos tesoros en papel (códices) y, con ellos, las primeras palabras en castellano y en euskera.
El origen de los monasterios emilianenses, sin embargo, se excava en la roca, en la cueva donde Millán o Emiliano, pastor nacido en Berceo en el año 473 y discípulo de san Felices, vivió retirado como ermitaño la última etapa de su vida y donde se le enterró tras su muerte, con 101 años. En torno a su aureola mística surge la primitiva comunidad monástica de Suso en el siglo VI, utilizando sus discípulos la cueva del santo como oratorio y la cueva vecina, como pequeña iglesia rupestre. Pero la creciente fama de los milagros realizados por el santo atrajo cada vez a más peregrinos hasta este discreto pero exuberante rincón de la sierra de la Demanda, por lo que el cenobio original se fue ampliando progresivamente hasta el siglo XI, de modo que en Suso conviven los estilos visigótico, mozárabe y románico.
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J Sainz
Pío García
La primera construcción propiamente dicha data del siglo VII. Consistió en un sencillo cenobio visigótico de dos naves abovedadas para la reunión y oración de la comunidad. De este primigenio templo se conservan actualmente los muros y varios de los arcos visigodos.
Su transformación en monasterio mozárabe transcurre durante la primera mitad del siglo X, tras la conquista de Nájera por Sancho Garcés, momento en el que es ocupado por una comunidad dúplice (de monjas y monjes) con regla mozárabe, cuyos rezos acoge esta edificación reorientada hacia Jerusalén. En el año 959, su hijo García Sánchez I será testigo de la consagración del templo, tras incorporar una galería de entrada y la nave principal de la iglesia, construida con bóvedas de estilo califal y arcos de herradura. Su decoración pictórica y los estucos mozárabes desaparecerán unos años después, en 1002, fecha en la que Almanzor arrasa e incendia el templo. Fue su última hazaña guerrera, dado que días después, en el trayecto de regreso a Córdoba, el caudillo musulmán encontró la muerte en Medinaceli.
Posterior a este incendio es el pórtico de los Siete Infantes de Lara, donde según la tradición se depositaron los cuerpos de los siete hijos decapitados del noble Gonzalo Gustioz. La leyenda se confirmó muchos años después, en 1600, cuando el entonces abad del monasterio, fray Plácido de Alegría, ante la enconada puja por estas sepulturas entre San Millán de la Cogolla y San Pedro de Arlanza, procedió a la apertura notarial de los sarcófagos para certificar su autenticidad. Los cadáveres aparecieron descabezados y la contienda viró en favor de la Cogolla.
La canonización de San Millán en el año 1030 y, con ella, el reconocimiento oficial por parte de la Iglesia de su santidad, marca otra fecha clave en Suso. El rey Sancho III el Mayor de Navarra hace entonces la última gran obra en el monasterio, ya de estilo románico. Amplía las naves hacia los pies añadiendo bóvedas de cañón y dos arcos más de medio punto a los existentes de herradura. Posteriormente, en los siglos XI y XII, se completarán con muros y arcos de medio punto las primitivas cuevas del eremitorio.
Los restos del santo Millán reposaron en la cueva central de Suso hasta 1053, año en el que el rey don García, el de Nájera, decidió trasladarlos al monasterio najerino de Santa María La Real, que acababa de fundar. Emprendieron el viaje el 29 de mayo en una carreta tirada por bueyes, para gran descontento de los monjes de Suso, desolados por la pérdida de su patrono. Cuenta la leyenda que al alcanzar el llano, en el margen izquierdo del río Cárdenas, los bueyes se detuvieron y no hubo forma de obligarlos a avanzar. El rey y sus consejeros interpretaron aquello como un milagro, como la voluntad de san Millán de permanecer en su tierra. Fue entonces cuando el rey mandó construir un nuevo monasterio, al que pronto se denominó Yuso o el de abajo. Su hijo, Sancho IV el de Peñalén, lo inaugura en 1067, pero no sería el definitivo, ya que en los albores del siglo XVI se construyó un monasterio completamente nuevo sobre los cimientos del medieval. Las obras comenzaron por la iglesia en 1504, siendo prior fray Miguel de Alzaga, y la última piedra se colocó el 28 de junio de 1540, aunque no sería la última, dado que los problemas que durante las décadas fueron surgiendo obligaron a sucesivas intervenciones, hasta el punto de que la configuración actual del edificio data de mediados del siglo XVIII.
Siglo VI
Los ermitaños y sus cuevas
Cueva de
San Millán
1
Pequeña iglesia
rupestre
1.
Millán se retira como ermitaño en
una cueva del valle del Cárdenas
buscando la soledad, si bien la fama
por sus obras de caridad y milagros
irá creciendo con el tiempo. Allí será
enterrado tras su muerte, en el 574,
a los 101 años. Muy pronto un grupo
de hombres y mujeres se convierten
en sus discípulos y excavan dos
niveles de cuevas para habitarlas.
Empiezan a usar la de Millán como
oratorio y la de al lado, como
pequeña iglesia rupestre.
Siglo VII
Cenobio visigótico
2
2.
Primera construcción. Los ermitaños
se convierten en una comunidad
cenobítica y, aunque viven en sus
cuevas, necesitan un lugar para orar.
Construyen un edificio visigodo
muy sencillo de dos naves
abovedadas.
Año 959
Iglesia mozárabe de García Sánchez I
3
3.
García Sánchez I, rey de Pamplona y
primer rey de Nájera, está presente
en la consagración de la primera
iglesia de estilo mozárabe en el 959.
El edificio se orienta hacia el sol
naciente o Jerusalén y consta de un
atrio con dos módulos con bóvedas
de estilo califal y arcos de herradura.
Ya encontramos una comunidad
dúplice (monjes y monjas) con
regla mozárabe.
Año 1002
El incendio de Almanzor
4
4.
Almanzor arrasa e incendia el
monasterio de Suso en el año 1002,
y entre las llamas desaparece su
decoración pictórica y los estucos
mozárabes. El pórtico conocido
como el de los Siete Infantes de
Lara será construido después
del incendio.
Año 1030
Iglesia románica y canonización
de San Millán
5
5.
La canonización de San Millán en
1030 supone el reconocimiento
oficial por parte de la Iglesia de su
santidad. El rey Sancho el Mayor de
Navarra hace la última gran obra del
monasterio, ampliándose las naves
con dos nuevos tramos de medio
punto cubiertos por bóvedas de
cañón. Posiblemente hay un coro en
el costado occidental. Más adelante,
en los siglos XI y XII, se completan
con muros y arcos de medio punto
las primitivas cuevas del eremitorio.
Cueva de San Millán
Primeras
cuevas
Mozárabe
Románica
Capilla de
Santa Órea
3
1
5
2
Visigótica
Portal
4
Incendio
Fuente: Monasterio de San Millán
Infografía: rafaelnieto.com
(adaptada por M. Romero)
Siglo VI
Los ermitaños y sus cuevas
Cueva de
San Millán
1
Pequeña iglesia
rupestre
1.
Millán se retira como ermitaño en una cueva
del valle del Cárdenas buscando la soledad, si
bien la fama por sus obras de caridad y
milagros irá creciendo con el tiempo. Allí será
enterrado tras su muerte, en el 574, a los 101
años. Muy pronto un grupo de hombres y
mujeres se convierten en sus discípulos
y excavan dos niveles de cuevas para
habitarlas. Empiezan a usar la de Millán como
oratorio y la de al lado, como pequeña
iglesia rupestre.
Siglo VII
Cenobio visigótico
2
2.
Primera construcción. Los ermitaños se convierten en una comunidad cenobítica y, aunque viven en sus cuevas, necesitan un lugar para orar. Construyen un edificio visigodo muy sencillo de dos naves
abovedadas.
Año 959
Iglesia mozárabe de García Sánchez I
3
3.
García Sánchez I, rey de Pamplona y primer rey de Nájera, está presente en la consagración de la primera iglesia de estilo mozárabe en el 959. El edificio se orienta hacia el sol naciente o Jerusalén y consta de un atrio con dos módulos con bóvedas de estilo califal y arcos de herradura. Ya encontramos una comunidad dúplice (monjes y monjas) con regla mozárabe.
Año 1002
El incendio de Almanzor
4
4.
Almanzor arrasa e incendia el monasterio de
Suso en el año 1002, y entre las llamas
desaparece su decoración pictórica y los
estucos mozárabes. El pórtico conocido como
el de los Siete Infantes de Lara será
construido después del incendio.
Año 1030
Iglesia románica y canonización
de San Millán
5
5.
La canonización de San Millán en 1030 supone el reconocimiento oficial por parte de la Iglesia de su santidad. El rey Sancho el Mayor de Navarra hace la última gran obra del monasterio, ampliándose las naves con dos nuevos tramos de medio punto cubiertos por bóvedas de cañón. Posiblemente hay un coro en el costado occidental. Más adelante,
en los siglos XI y XII, se completan con muros y arcos de medio punto las primitivas cuevas del eremitorio.
Cueva de San Millán
Primeras
cuevas
Mozárabe
Románica
Capilla de
Santa Órea
3
1
5
2
Visigótica
Portal
4
Incendio
Fuente: Monasterio de San Millán
Infografía: rafaelnieto.com
(adaptada por M. Romero)
Siglo VI
Los ermitaños y sus cuevas
Cueva de
San Millán
1
1.
Millán se retira como ermitaño en
una cueva del valle del Cárdenas
buscando la soledad, si bien la fama
por sus obras de caridad y milagros
irá creciendo con el tiempo. Allí será
enterrado tras su muerte, en el 574,
a los 101 años. Muy pronto un
grupo de hombres y mujeres
se convierten en sus
discípulos y excavan dos
niveles de cuevas para
habitarlas. Empiezan a
usar la de Millán como
oratorio y la de al lado,
como pequeña iglesia rupestre.
Pequeña iglesia
rupestre
Siglo VII
2
Cenobio visigótico
2.
Primera construcción. Los
ermitaños se convierten en
una comunidad cenobítica y,
aunque viven en sus cuevas,
necesitan un lugar para orar.
Construyen un edificio
visigodo muy sencillo
de dos naves
abovedadas.
Año 959
3
Iglesia mozárabe de García Sánchez I
3.
García Sánchez I, rey de Pamplona
y primer rey de Nájera, está presente
en la consagración de la primera
iglesia de estilo mozárabe en el 959.
El edificio se orienta hacia
el sol naciente o
Jerusalén y consta de
un atrio con dos módulos
con bóvedas de estilo
califal y arcos de
herradura.
Ya encontramos una comunidad
dúplice (monjes y monjas) con regla mozárabe.
4
Año 1002
El incendio de Almanzor
4.
Almanzor arrasa e incendia
el monasterio de Suso en
el año 1002, y entre
las llamas desaparece
su decoración pictórica
y los estucos mozárabes.
El pórtico conocido
como el de los
Siete Infantes de
Lara será construido después del incendio.
5
Año 1030
Iglesia románica
y canonización de San Millán
5.
La canonización de
San Millán en 1030
supone el
reconocimiento oficial
por parte de la Iglesia de su santidad.
El rey Sancho el Mayor de Navarra hace la última gran obra del monasterio, ampliándose las naves con dos nuevos tramos de medio punto cubiertos por bóvedas de cañón. Posiblemente hay un coro en el costado occidental. Más adelante, en los siglos XI y XII, se completan con muros y arcos de medio punto las primitivas cuevas del eremitorio.
Primeras
cuevas
Mozárabe
Románica
Cueva de
San Millán
Capilla de
Santa Órea
3
5
1
2
Visigótica
Portal
4
Fuente: Monasterio de San Millán
Infografía: rafaelnieto.com
(adaptada por M. Romero)
Incendio
Siglo VI
Cueva de
San Millán
1
Los ermitaños y sus cuevas
Pequeña iglesia
rupestre
1.
Millán se retira como ermitaño en
una cueva del valle del Cárdenas
buscando la soledad, si bien la fama
por sus obras de caridad y milagros
irá creciendo con el tiempo. Allí será
enterrado tras su muerte, en el 574,
a los 101 años. Muy pronto un
grupo de hombres y mujeres
se convierten en sus
discípulos y excavan dos
niveles de cuevas para
habitarlas. Empiezan a
usar la de Millán como
oratorio y la de al lado,
como pequeña iglesia rupestre.
2
Siglo VII
Cenobio visigótico
2.
Primera construcción. Los
ermitaños se convierten en
una comunidad cenobítica y,
aunque viven en sus cuevas,
necesitan un lugar para orar.
Construyen un edificio
visigodo muy sencillo
de dos naves
abovedadas.
3
Año 959
Iglesia mozárabe de García Sánchez I
3.
García Sánchez I, rey de Pamplona
y primer rey de Nájera, está presente
en la consagración de la primera
iglesia de estilo mozárabe en el 959.
El edificio se orienta hacia
el sol naciente o
Jerusalén y consta de
un atrio con dos módulos
con bóvedas de estilo
califal y arcos de
herradura.
Ya encontramos una comunidad
dúplice (monjes y monjas)
con regla mozárabe.
Año 1002
4
El incendio de Almanzor
4.
Almanzor arrasa e incendia
el monasterio de Suso en
el año 1002, y entre
las llamas desaparece
su decoración pictórica
y los estucos mozárabes.
El pórtico conocido
como el de los
Siete Infantes de
Lara será construido
después del incendio.
5
Año 1030
Iglesia románica
y canonización de San Millán
5.
La canonización de
San Millán en 1030
supone el reconocimiento oficial
por parte de la Iglesia de su
santidad. El rey Sancho el
Mayor de Navarra hace la
última gran obra del monasterio,
ampliándose las naves con dos
nuevos tramos de medio punto cubiertos
por bóvedas de cañón. Posiblemente hay un coro en el costado occidental. Más adelante, en los siglos XI y XII, se completan con muros y arcos de medio punto las primitivas cuevas del eremitorio.
Primeras
cuevas
Mozárabe
Románica
Cueva de
San Millán
3
Capilla de
Santa Órea
5
1
2
Visigótica
Portal
Fuente: Monasterio de San Millán
Infografía: rafaelnieto.com
(adaptada por M. Romero)
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Incendio
Los monasterios de Suso y Yuso coexistieron hasta al menos el año 1100; el primero, fiel a la regla mozárabe y el segundo, reformado con la regla benedictina.
Tras levantarse la iglesia, las obras en Yuso irían incorporando su claustro gótico, el zaguán y Salón de los Reyes, la sacristía, la Escalera Real y el museo, este último con importantes tesoros como la arqueta 'desnuda' que originariamente contuvo los restos de san Millán, y que los soldados de Napoleón despojaron de sus placas de oro y piedras preciosas. Se conservan, eso sí, parte de sus marfiles románicos originales donde se relata la vida del santo. Y por último, la joya del monasterio, su archivo y biblioteca, entre los mejores del país y con una importante colección de incunables y pergaminos de gran valor para los investigadores.
Los monjes benedictinos fueron única comunidad monástica en San Millán a partir del siglo XII y hasta el XIX, en el que son expulsados en tres ocasiones de Yuso: durante la guerra de la Independencia, el periodo constitucional del reinado de Fernando VII y, la última y definitiva expulsión, la desamortización de Mendizábal. A partir de ahí, Yuso permanecerá abandonado –excepto por un breve periodo de tres años, entre 1866 y 1868, que se establece una casa de misioneros franciscanos de Bermeo–, para en 1878 volver a ser ocupado por los frailes de la Orden de Agustinos Recoletos, sus actuales moradores.
Con ellos, toda La Rioja celebró en 1997 la declaración de los monasterios de Suso y Yuso como Patrimonio de la Humanidad, lo que un año después llevó a crear la Fundación San Millán de la Cogolla para la defensa, salvaguarda y promoción de este patrimonio cultural y natural bendecido por la Unesco. Y al amparo de esta Fundación y para fortalecer su conglomerado cultural, en 2005 verá la luz Cilengua (Centro Internacional de Investigación de la Lengua Española), volcado desde entonces en la indagación y el estudio, con el máximo rigor científico, sobre los orígenes, difusión e historia del idioma que dejó huella de su incipiente uso en las glosas escritas en un códice de Suso.
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