La Fiscalía acusa al marido de Salwa de asesinarla a ella e intentarlo con sus hijos

Por su parte, la acusación particular, que representa a la familia de Salwa, considera que S.M.A. es autor no sólo del delito de asesinato de su mujer con los agravantes de género y parentesco, sino de otro de maltrato habitual sobre su esposa y de hasta tres tentativas de asesinato con la agravante de parentesco, una por cada uno de los hijos que la pareja tenía en común, de 11, 9 y 7 años de edad, y a los que supuestamente habría intentado arrojar al río Ebro después de matar a su mujer.

El abogado de la defensa, Alfredo Arrién Paredes, reclama que se apliquen en este caso las eximentes de confesión y de trastorno psiquiátrico y, por tanto, pide la absolución de su cliente.

Todas las partes lo expusieron así en una comparencia en el Juzgado de Violencia sobre la Mujer de La Rioja celebrada para trasladar oficialmente al acusado, que se acogió a su derecho a no declarar, los delitos por los que se tendrá que enfrentar a un juicio por el procedimiento del jurado, previsiblemente en el primer semestre del próximo año

Las acusaciones, según explicó Arrién Paredes, solicitaron la práctica de más diligencias de investigación, en concreto, que se aporten a la causa las conversaciones entre el acusado y su mujer. La defensa pidió una contrapericial psiquiátrica con el psiquiatra José Cabrera que se realizará en los próximos días. No obstante, el informe elaborado por un forense y que consta en las actuaciones mantiene q no tiene afectadas sus capacidades cognitivas y volitivas.

La historia de Salwa y su marido en La Rioja se remonta a 2016. Ese año llegaron a esta comunidad junto a otros refugiados. Habían salido de los campos de Líbano adonde huyeron después de recibir cartas amenazadoras en su pueblo natal, Rif Damasco. Ella era psicóloga y él, ingeniero industrial y profesor universitario. Ambos querían reiniciar sus vidas en Logroño. Aquí, fueron acogidos por Cruz Roja durante seis meses, tiempo suficiente para que lograran recomponer sus vidas, al menos de puertas para afuera.

El 8 de julio de 2023 todo cambió. Según el relato de los hechos que hacen las acusaciones, sobre las 11.40 horas, S.M.A. llevó a sus hijos a la biblioteca Rafael Azcona y los dejó allí durante poco más de una hora para regresar al domicilio familiar, situado en el número 1 de la plaza Martínez Flamarique, donde sabía que se encontraba su mujer. «Con la voluntad de acabar con su vida, la alcanzó de manera sorpresiva y la persiguió por toda la casa ante los intentos de huida de Salwa». Le «asestó numerosas puñaladas y golpes por todo el cuerpo, le provocó fractura de cráneo y múltiples cortes». La persecución por toda la casa, dejó un reguero «importante» de sangre por todas las estancias hasta que el cuerpo de Salwa acabó tendido en el salón junto a la ventana.

Tras matar a su mujer y cambiarse de ropa, y con el pretexto de que su mujer estaba con una amiga, sobre las 12.50 horas recogió a sus hijos de la biblioteca. «Con total frialdad» cogieron el autobús urbano hasta el camino de La Harinera, junto al Club Deportivo Berceo. Con los pasaportes de toda la familia y el teléfono de la madre, se los llevó a un paraje de difícil acceso. Allí, consciente de que no sabían nadar, les dijo que «quería que muriéramos hoy toda la familia» e intentó arrojarles al Ebro. El menor de los pequeños logró zafarse y salir huyendo, mientras el padre consiguió meter en el agua a la hija mediana. En ese momento, unos adultos que fueron localizados en las inmediaciones por la mayor de los hermanos, rescataron del agua primero a la niña y después al padre.

Una vez que S.M.A. salió del agua reconoció haber matado a su mujer en la vivienda familiar: «mi mujer está en casa, la he matado con un cuchillo», confesó.