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Crimen machista en Logroño

«Mi hija Salwa sufría palizas, hambre y amenazas de muerte desde 2013»

Rabia Talab, la madre de la mujer asesinada el sábado pasado en Logroño, ruega que se entierre cuanto antes a la víctima y que le den la custodia de sus tres nietos

Miércoles, 12 de julio 2023, 02:00

Un infierno en vida durante una década eterna. Salwa Z., la mujer presuntamente asesinada el sábado 8 de julio por su marido, S. A., en Logroño soportó «golpes, palizas, hambre y amenazas de muerte». Siempre en silencio, un secreto blindado por el terror y por el amor de una madre que no quiso arriesgarse a perder a sus hijos. Nadie de los que conocía a la familia sospechó jamás lo que se vivía en el hogar de esta pareja siria, siempre de la mano por la calle, y acompañados de sus dos hijas, de 11 y 9 años, y de su pequeño varón, de 7. Pero la bestia despertó ese día y cumplió, al menos en parte, una amenaza repetida durante años: «Si me dejas, te mato, mato a nuestros hijos y me quito la vida yo».

Salwa calló, disimuló ante amigos, vecinos y conocidos, pero no ocultó su drama a su madre, hoy destrozada en su domicilio berlinés, cuyo único deseo ahora es que se entierre cuanto antes a su hija, que le entreguen a sus nietos y que el culpable sea castigado. Rabia Talab, de 61 años, rota, impedida por una fractura de cadera y otras de brazo e incapaz de contener las lágrimas, quiso explicar ayer a Diario LA RIOJA, en una conversación telefónica desde Alemania, lo que su hija silenció y, sobre todo, para lanzar un ruego a las autoridades españolas y que le permitan tener cuanto antes con ella a sus pequeños.

«Siempre la ha amenazado de muerte, le pegaba, la maltrataba... Ella me lo contaba y yo le decía que fuese a denunciarle, pero Salwa nunca ha querido por miedo a que le quitaran a los niños o la encontrara luego por la calle», explica Rabia Talab, quien asegura que «los malos tratos empezaron en 2013, menos de tres años después del matrimonio, en 2010».

016 Telefóno de atención a las víctimas

mail 016-online@igualdad.gob.es y whatsapp 600 000 016

Rabia Talab | Madre de Salwa Z.

«Él siempre la amenazaba con que si se divorciaba la mataba, mataba a los niños y se mataba también él. Siempre, siempre»

UN INFIERNO

«Todos los días hablo con mis nietos. Están bien, están relajados, pero están esperando a que vayamos a recogerlos»

LOS TRES PEQUEÑOS

«Lo más importante es enterrar a mi hija, adoptar a los niños y también que a él le castigue el juez con la máxima pena posible»

SUS PRIORIDADES

Niega que Salwa quisiera irse a Alemania con la familia materna. «Tenía miedo a perder a los niños y, además, había sido muy bien acogida en La Rioja, en España, y había podido estudiar y todo. Nunca pensó en divorciarse y venir a Alemania porque no quería arriesgarse a perder a sus hijos». Asevera que «él siempre la amenazaba con que si se divorciaba la mataba, mataba a los niños y se mataba también él. Siempre, siempre».

Las conversaciones con su hija eran habituales, casi a diario, y los sábados, poco después del mediodía, la costumbre familiar había establecido la realización de una videollamada para hablar y compartir un café. «Ese sábado recibí unas llamadas y se cortaban, llamaban y se cortaban. Esperaba, esperaba y que, como siempre, llamara y se uniera al café, pero nada. A las cinco de la tarde o así me llamaron de los Servicios Sociales o de la Policía, no sé bien quién, y me dijeron que estuviera tranquila y tuviera mucha paciencia porque el marido de mi hija la había matado».

Relajados, pero ansiosos

Algo de lo publicado y las conversaciones con su nieta mayor le han permitido averiguar parte del drama. Esa tarde, el presunto asesino dejó a sus tres hijos en la biblioteca, fue a casa, mató con un cuchillo a su esposa y se cambió de ropa para ocultar algunas manchas de sangre que su primogénita sí apreció y a la que mintió asegurándole que se había caído, para, a continuación, decirles que se iban los cuatro al río.

«Dios me da mucha fuerza, pero Salwa era mi única hija hembra», asegura mientras rompe en un llanto inconsolable

DESTROZADA

«Que no nos lo compliquen con la documentación para poder tener cuanto antes a los niños con nosotros porque es lo mejor para ellos»

RUEGO

Los niños siguen en un piso de acogida bajo tutela de los Servicios Sociales, que han facilitado la comunicación con la familia materna. «Todos los días hablo con mis nietos. Están bien, están relajados, pero están esperando a que vayamos a recogerlos. Yo no puedo ir porque me he roto la cadera, pero van a ir mi marido y dos de mis cuatro hijos varones a La Rioja y, si Dios quiere y todo va bien, llegarán hoy (por ayer) o mañana (por este miércoles)», avanza Rabia, ansiosa por tener entre sus brazos a sus pequeños.

Sus niños y que su hija sea sepultada son sus dos prioridades. «Lo más importante es enterrar a mi hija, adoptar a los niños y también que a él le castigue el juez con la máxima pena posible. Primero es enterrar a mi hija, luego tratar de que nos den a nuestros nietos y luego veremos qué dice la ley española y si podemos contratar a un abogado para saber si tenemos derecho o no a denunciarle por maltratar a mi hija, por matarla de hambre, por asesinarla y por tratar de matar a mis nietos en el río», recita con firmeza.

Aguanta el tipo, pero se hunde a menudo. «Dios me da mucha fuerza, pero Salwa era mi única hija hembra», asegura mientras rompe en un llanto inconsolable, del que trata de recuperarse para lanzar un ruego a la sociedad riojana, a los jueces o a las autoridades competentes para que ayuden a la familia a poder recoger cuanto antes a los niños, en un llamamiento en el que pide que «por favor se aplace la vista prevista para este miércoles en la que la Justicia quiere escuchar la versión de los niños. Si se puede, por favor, nos gustaría aplazarla. ¿Qué hay que hacer para retrasarla dos días hasta que llegue la familia? No se puede meter ahí a los niños sin su familia, no es lógico. Por favor, publicad esto, que el presidente de la Comunidad o quien sea que nos ayude, que no nos lo compliquen con la documentación para tener cuanto antes a los niños con nosotros porque es lo mejor para ellos y para mí», se despide entre lágrimas.

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