Bomberos que hallaron a Javier Márquez

«Podía estar en cualquier parte y lo encontramos en una isla»

Aunque puntualmente se ha contado con los Bomberos de Logroño, llama la atención que, disponiendo en La Rioja con dos cuerpos oficiales, el municipal de la capital riojana y el CEIS, dependiente del Gobierno de La Rioja, hayan sido sus miembros, de forma voluntaria y altruista, en su tiempo libre, fuera del horario de trabajo, con sus propios equipos, y algunos cedidos por empresas de rafting, los que acabasen encontrando a Javier.

«Esto surge haciendo una petición oficial al CEIS Rioja. Tras varios días de solicitar oficialmente la actuación, hubo una negativa por parte de la gerencia», cuenta Javier Murillo, el coordinador del grupo, así que, de forma libre, decidió actuar igualmente. «La idea era intentar reunir un pequeño grupo para colaborar en una búsqueda la manera técnica, pero se ha vuelto a ver que ni los políticos ni las gerencias son importantes en las emergencias, lo son los bomberos», advierte Javier Murillo.

Así logró reunir a un grupo de voluntarios y se puso a disposición de Policía Nacional, que organizó las zonas de búsqueda y a diario han estado cuatro y cinco horas dentro del agua. Y, por suerte o por desgracia, el hallazgo del cuerpo se produjo cuando parece inminente una nueva subida del caudal, lo que hubiera impedido buscar de forma tan exhaustiva como hicieron. «Ahora manejamos un caudal de 80 metros cúbicos por segundo y se va a doblar. Podía estar en cualquier parte, pero manejamos el entorno, sabemos las zonas complicadas y lo encontramos en una isla complicada, con corriente, a la que tuvimos que entrar nadando», relata Murillo.

«Es un trabajo de equipo, todos aportábamos en la medida de nuestros conocimientos. Ha habido situaciones complicadas y arriesgadas, manejadas con mucha seguridad, gracias a nuestros conocimientos y capacidad», reconoce Murillo. En ese equipo también estaba Óscar, bombero de Logroño, que aunque no pudo intervenir el miércoles, sí lo hizo días atrás. «Nos coordinábamos, tras la reunión de la mañana hacíamos una lista y acudíamos los que podíamos con nuestro propio material. Cada día iba quien podía», explica Óscar, subrayando que el material utilizado, los neoprenos y los chalecos salvavidas, eran propios o prestados por empresas. «Todo era material privado. A Alguno que no tenía les han dejado alguna empresa de rafting y barranquismo», señala Óscar. «La tarea es complicada porque te tiras toda la mañana en el agua y los márgenes estaban mal», detalla Óscar.

Willy, bombero logroñés que trabaja en Pamplona, también formó parte del grupo, aunque solo pudo participar un día, el pasado martes 12 de marzo, cuando rastrearon una zona cercana a la del hallazgo. «A mí me da igual el reconocimiento, teníamos claro que había que hacer algo. Ha sido crucial y podía no haberlo sido, es un trabajo de todos, no solo nuestro. Entendíamos la situación y no nos gustaría que nos pasara a nosotros», cuenta Willy. Y señala que «hubiera sido más lógico que se nos movilizara oficialmente».