Excelente cosecha de riojanos gran reserva

De los 319.892 habitantes de la comunidad, según el último dato del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondiente a 2022, solo el 13,90% eran menores de 24 años, 44.503 entre niños, adolescentes y jóvenes. Mientras, la cifra de riojanos que han cumplido los 65 o más ascendía hasta los 68.851, el 21,51% del total y 7,61 puntos por encima del colectivo más joven.

Pero es que, además, la cumbre del boceto demográfico ganará todavía más volumen en el futuro inmediato, ya que a día de hoy residen en la región otros 21.911 habitantes que tienen ya en el horizonte próximo la edad de jubilación porque se ubican en el grupo etario de las personas con entre 60 y 64 años.

Olvidado ya su paso a la reserva viven en la región 13.161 personas que han superado los 85 años, más de 5.000 de ellos con más de 90 velas sopladas, entre los que resalta un colectivo que ha dejado de ser solo un puñado de elegidos del milagro biológico. Se trata de los centenarios, las personas que viven en La Rioja y que en su documentación figura un siglo o más de existencia, un grupo que en las dos últimas décadas, al ritmo de los avances sanitarios, nutricionales y de calidad de vida, no ha dejado de crecer hasta llegar a sextuplicarse, tras pasar de los 22 que constaban en el año 2000 hasta los actuales 143, el dato que contabilizaba el INE a 1 de enero de 2022.

Con un registro de 56 en el año 2010, el gran impulso se produjo en 2012, al elevarse a 86, para superar el centenar a partir del siguiente ejercicio, un peldaño del que no ha descendido desde entonces, con incrementos continuos en una tendencia al alza que ni siquiera la pandemia de del SARS-CoV-2 parece haber interrumpido: los 105 de 2019 se elevaron hasta 133 en 2020 y, tras un leve retroceso al año siguiente, 129, volvió a incrementarse al inicio del pasado año hasta los mencionados 143.

Lo que tampoco ha variado a lo largo del siglo XXI es el equilibrio de fuerzas en ese grupo de elegidos, en los que el perfil es, como en casi todos los grupos etarios superiores, absolutamente femenino: de los 143 centenarios censados, solo 31 son hombres y el resto, 112, cuatro veces más, mujeres.

El porcentaje se ha mantenido sin apenas variaciones desde el nacimiento de las estadísticas demográficas y los augurios no anticipan grandes novedades futuras en ese sentido. Así lo anticipan, en concreto, los indicadores que miden la esperanza de vida al nacimiento, unas tablas que auguran para la comunidad cada vez más población centenaria y con predominio del cromosoma XX.

La tendencia es muy evidente también. De hecho, los riojanos han ganado de media más de una década en esperanza de vida desde el año 1975, ya que aquellos 73,11 años –70,59 en los hombres y 75,64 en las mujeres– han escalado hasta los vigentes 83,25 –con 80,46 en el caso de ellos y 86,11 en el de ellas–.

Y la senda se mantiene en la era reciente, con un incremento de casi cuatro años en lo que llevamos de siglo XXI. La Rioja despidió el XX con una media de esperanza de vida al nacer de 79,45 años, una tasa que dos décadas después ha crecido en 3,8 años, hasta los vigentes 83,25, ligeramente por encima de la media nacional, 83,06.

Desde el Colegio de Médicos de La Rioja, Fernando Martín, geriatra en Viamed-Los Manzanos, resalta que «la gente está llegando a los cien años por los avances médicos y las mejoras nutricionales o alimenticias, además de por los avances arquitectónicos y de bienestar en los domicilios. Todo eso ha provocado, como era de esperar, que la calidad y la cantidad de vida haya mejorado un montón y por eso es más habitual que haya una mayor cifra de personas centenarias».

Además, el especialista recuerda que «los estudios dicen que el cuerpo podría aguantar, más o menos, hasta los 150 años de edad, con lo que lo que nos queda es la parte cerebral, ya que a día de hoy todavía lo más normal es que entre el 80 y el 90% de las personas de más de 100 años presenten un deterioro cognitivo. Podemos arreglar la vista, el corazón, las articulaciones, pero por el cerebro poco podemos hacer de momento».

De hecho, la demencia sigue siendo el gran problema en la sociedad actual: «A los treinta años el cerebro de una persona pesa kilo y medio y al cumplir los 70-80 años se ha reducido ya en unos doscientos gramos, que son las neuronas que se han ido muriendo», explica didácticamente el doctor Martín.

No hay tratamientos mágicos ni aún se han descubierto las soñadas pócimas de la inmortalidad, pero sí es sabido que funcionan algunas estrategias por todos conocidas y, además, muy sencillas de incorporar al día a día. «Hay que moverse, hacer ejercicio físico y mental, salir a la calle, socializar y hablar con la gente», aconseja el especialista en Geriatría, que asegura que «haciendo eso seguro que vives más y mejor».

Junto a la visión médica, al censo poblacional también miran con interés científico los expertos en sociología y demografía. «Hay un proceso de envejecimiento de la población que, lo primero que hay que aclarar, es que no tiene que ser considerado como algo absolutamente negativo, ya que vivir más tiempo y mejor, dentro de la situación de diversidades que se dan, es bueno y refleja la mejora de nuestra sociedad», aclara Sergio Andrés Cabello, doctor en Sociología y profesor en la Universidad de La Rioja (UR), quien añade, no obstante, que «esto presenta también otra cara, ya que al no ir acompañado de un equilibrio en la natalidad plantea un desafío complejo con los evidentes retos demográficos, pero también sociales, económicos y, en definitiva, para el Estado del Bienestar, ya que al haber más población envejecida más personas necesitarán apoyos, servicios, atenciones y cuidados».