EE UU pide retrasar la invasión mientras el ejército urge a Netanyahu a entrar ya en Gaza

De hecho, el ala militar de Hamás soltó anoche a Nurit Yitzhak y Yocheved Lifshitz, de 85 años, tras la mediación de Qatar y Egipto. El portavoz de la milicia, Abu Obaida, explicó que el domingo se trató de liberar a las dos mujeres, pero Israel rechazó la operación, una acusación que más tarde fue negada por el Gobierno de Netanyahu.

Abu Obaida precisó que fueron puestas en libertad «por razones humanitarias y médicas». A estas dos ya exrehenes, que se suman a la madre y la hija estadounidenses liberadas la semana pasada, podrían unirse en breve otros cincuenta cautivos con doble nacionalidad. Según el canal israelí, i24News, varios equipos de Cruz Roja viajaban anoche a Khan Yunis, al sur de la Franja, en previsión de que la entrega se consumase esta madrugada pasada.

Por otro lado, por tercer día consecutivo volvió a entrar ayuda humanitaria por Rafah y en las próximas horas este paso con Egipto podría abrirse también para permitir la salida de los extranjeros que quedaron atrapados en la Franja. La llegada de suministros fue la única nota positiva en una Gaza que registró medio millar de muertes en un día por las descargas de la aviación de combate.

Ante las informaciones en la prensa local que apuntan a la falta de sintonía entre políticos y militares en un momento crítico de la historia de Israel, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, el titular de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe del Estado Mayor, Herzl Halevi, emitieron una declaración conjunta para aclarar que trabajan «en estrecha y plena cooperación» y dejar claro que existe «una confianza plena y mutua y una clara unidad de propósito» entre los tres. El comunicado llegó en una jornada marcada por una información de 'The New York Times' que apuntaba a que el Gobierno no daba el paso de invadir Gaza debido al consejo de Washington de retrasar esta nueva fase.

Los militares están dolidos por el colosal error de seguridad que permitió la matanza de Hamás del 7 de octubre y quieren recuperar la confianza de los ciudadanos con una batalla total contra el grupo que se atrinchera en Gaza. Los mandos del ejército consideran que sólo entrando por tierra pueden acabar para siempre con la amenaza que supone un grupo como este.

Sin embargo, el diario estadounidense reveló que Joe Biden habría pedido tiempo a Netanyahu para afrontar la crisis de los rehenes, facilitar la entrada de ayuda humanitaria y la salida de los extranjeros de Gaza, así como para preparar a sus tropas en la región ante eventuales ataques de grupos próximos a Irán.

El secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken, no quiso referirse a la petición de Biden para retrasar la operación por tierra, pero en una entrevista con NBC señaló que cuando este movimiento se produzca, «esperamos una escalada por parte de grupos próximos a Irán contra nuestras fuerzas» y, por ello, «estamos dando pasas para garantizar la seguridad de nuestra gente». Un puntos delicado es Irak, donde el Pentágono cuenta con 2.500 hombres y las milicias chiíes les tienen en su diana.

Mientras los políticos y militares discuten, en la Franja la crisis humanitaria se agrava con el paso de cada minuto y la venganza de Israel se intensifica. Desde la agencia de la ONU para los refugiados palestinos calificaron la situación de «catástrofe» y en los campos para desplazados levantados en puntos como Khan Younis la población recibe unos pedazos de pan y el permiso para llenar cuatro botellas de agua cada tres días. Israel recurre al cerco como arma de guerra y el bloqueo casi total somete a la población al hambre y sed.

El Ministerio de Salud informó de la aparición de numerosos casos de varicela y sarna. La diarrea, especialmente entre los niños, también se está propagando debido a la falta de higiene y al uso de agua no tratada. Las cosas pueden ponerse aún peor porque Israel reitera su llamamiento a evacuar los hospitales de Al Quds y Al Shifa, los centros de referencia en la Ciudad de Gaza. Además de enfermos y heridos, miles de familias viven ahora en los recintos hospitalarios con la esperanza de que sean un lugar seguro.

En el norte la amenaza de Hezbolá volvió a hacerse realidad este lunes con nuevos ataques. Por su parte, el ejército israelí golpeó a dos escuadrones que intentaban lanzar misiles antitanque desde el Líbano e interceptó un dron. Decenas de localidades próximas a la frontera han sido evacuadas y los libaneses también han visto como más de 20.000 vecinos se alejaban en busca de un lugar seguro.

La embajadora estadounidense en Beirut, Dorothy Shea, criticó a Irán, Hizbolá y Hamás por amenazar con «arrastrar al Líbano a una nueva guerra». La última fue en 2006, duró 33 días y acabó con más de mil libaneses muertos.