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La política exterior era su punto fuerte de cara a la presidencia, gracias a sus 35 años en el comité de Política Exterior del Senado. Con todo, tras la desastrosa salida de Afganistán, que no lamenta, su fracaso en evitar la invasión de Ucrania y ... su incapacidad para detener la masacre en Palestina, el presidente Joe Biden se vio obligado este lunes a defender su legado en ese campo, en el que dice haber dejado a su sucesor, Donald Trump, un país «más capaz, mejor preparado y con más aliados que nunca en su historia».
En su último discurso sobre política exterior, para el que reunió a todo su gabinete en el Departamento de Estado, celebró haber liderado al mundo «con el poder de nuestras alianzas». Como prueba, recordó que una veintena de países, bajo liderazgo estadounidense, frenaron los ataques hutíes en el Mar Rojo. El orgullo de haber fortalecido a la Alianza Atlántica durante sus cuatro años de mandato se lo debe a la invasión de Ucrania, que se ha vuelto más fuerte y relevante con la incorporación de Finlandia y Suecia. Ucrania también es la prueba de que sus adversarios son ahora más débiles que hace cuatro años, aseguró. «Putin esperaba tomar Kiev en cuestión de días, pero el único que se alzó en el centro de Kiev fui yo, no él», se jactó.
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La guerra de Ucrania ocupó un lugar central en su discurso, tras haber dejado a este país equipado esta misma semana con un último envío de armas por 500 millones de dólares, lo que eleva el total de la ayuda militar de Estados Unidos a 65.000 millones. Su sucesor ha prometido resolver el conflicto «en las primeras 24 horas». Biden solo le pidió que logre «una paz justa y duradera». El presidente ruso sabe que se pondrá del lado bueno de Trump si le facilita un acuerdo.
Eso es también lo que la prensa israelí dice que hará el primer ministro hebreo, Benjamín Netanyahu, en el tema de Gaza. El paso inicial incluiría la liberación de rehenes israelíes y civiles palestinos detenidos, con Hamás anunciando este lunes, casi simultáneamente al discurso de Biden, que está listo para liberar a 33 rehenes. El secretario de Estado, Anthony Blinken, aseguró en entrevista con MSNBC que su Gobierno ha trabajado de forma incansable para alcanzar el alto el fuego permanente y deja sobre la mesa un acuerdo deletreado que solo depende de Hamás. El apoyo a Israel ha podido costarle al partido de Biden las elecciones, al menos en Estados como Michigan, donde el número de votantes musulmanes duplica los 80.000 votos por los que perdió Kamala Harris.
Biden no solo no demostró arrepentimiento por la salida de Afganistán, sino que insistió en el argumento de que, desde su punto de vista, «era hora de traer a los soldados a casa» y lo hizo. «La alternativa era más sacrificios en la guerra más larga de la historia de EE UU».
La otra área del mundo en la que su Administración se ha enfocado es en China, donde dijo poder reportar que Estados Unidos está «en mejor posición estratégica que hace cuatro años». «Nunca -aseguró- nos sobrepasarán. Punto».
Su postura más aguerrida fue para defender la transición energética, ya que considera el cambio climático como «la única amenaza existencial para la humanidad». La que fue una de sus primeras decisiones, reincorporar a EE UU a los acuerdos de París, probablemente vuelva a ser de las primeras de Trump en sentido contrario. El presidente electo ha convertido el fin de la transición energética en elemento central de su campaña. Aunque Biden dice dejarle una muy buena mano para jugar, Trump no lo ve de esa manera y, sin duda, recuperará el tono de las amenazas para mejorar su fuerza.
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