Todos hablan de Andreu

Con un margen cada vez más escaso de tiempo, las oportunidades de llegar al electorado se reducen, así que toca vender el mensaje propio y afear el de los rivales. Y, para eso último, hace falta embarrarse y entrar en la pugna dialéctica, como ha ocurrido en el debate de TVR-Diario LA RIOJA.

De eso ha habido mucho, con Ángel Íñiguez (Ciudadanos) como gran dinamizador. Será porque sale con la vitola de desahuciado y solo tiene que ganar, pero se zafó con todos, dando y recibiendo. 'Libérate' es el lema de los naranjas y así ha comparecido, liberado.

Aunque la gran protagonista ha sido, sin duda, Concha Andreu. Ser la presidenta, haber gobernado los cuatro agitados años de la pandemia y optar a la reelección la han convertido en el blanco de todos, especialmente de Íñiguez (dieciséis veces la mencionó directamente y seis más habló de su Gobierno), y de Ángel Alda (Vox), que la mentó en 29 ocasiones. En total, el nombre de la candidata del PSOE (o el Ejecutivo de Andreu) salió a la palestra en 80 ocasiones.

La socialista, sin embargo, prefirió centrarse en su mensaje y olvidarse de sus adversarios. Solo Gonzalo Capellán (16 invocaciones, 10 directas) mereció su tiempo, mientras que Íñiguez Alda y Soriano recibían 'one point' y Henar Moreno y Sáenz se quedaban a cero.

El otro gran aspirante, el popular Gonzalo Capellán, no fue tan prolijo a la hora de citar a sus rivales: a la líder socialista la llamó en diez ocasiones por su apellido y en otras seis apeló a su Ejecutivo. Mientras, pasó por encima de Ángel Íñiguez, Henar Moreno, Inmaculada Sáenz y Ángel Alda (solo una vez se acordó de ellos y, en el caso del aspirante de Vox, de manera impersonal) y 'ninguneó' a Soriano.

Curiosa ha sido la puesta en escena del binomio Andreu-Moreno. La candidata de Podemos-IU, que ha apoyado fielmente al Ejecutivo en el Parlamento, solo ha puesto en una ocasión el nombre de Andreu en su boca durante todo el debate, mientras que dos veces ha hablado del Gobierno. Y para Andreu, Moreno no ha existido: ni una triste mención. Tal vez la primera podría haber sacado más lustre al impulso que su formación ha dado a varias leyes, mientras que el silenciar a su rival, en el caso de Andreu, busca presentarla como 'única' opción de la izquierda.

Vox ha aterrizado con fuerza en el debate. Había dudas sobre cómo reaccionaría su candidato Ángel Alda y, a pesar de que ha comenzado muy nervioso, ha sabido sostenerse y hasta atacar. No ha dicho la palabra 'socialcomunistas' y, es más, solo se ha acordado (y mucho) de la líder del PSOE, mientras que para Henar Moreno ha reservado en tres ocasiones el sustantivo de 'socios' de los socialistas y en solo una ocasión la ha llamado por su nombre. Y si con Andreu ha roto el contador de citas, con Capellán ha sido totalmente discreto: ni una vez ha dicho su nombre y solo cuatro veces ha invocado al PP.

En el caso de Inmaculada Sáenz (PR+E), su comparecencia ha discurrido por otros derroteros: ha llegado al debate a hablar de su proyecto, con innumerables citas a los pequeños pueblos y sin sostener pulsos directos. Tres veces ha hablado de los socialistas y una directamente de Andreu. Poco más.

Por último, la novedad en las siglas era la séptima candidata, Sonsoles Soriano (Por La Rioja), que también ha preferido centrarse en presentar su programa electoral. Nadie la ha citado en el debate (en dos ocasiones se ha mentado vagamente su proyecto) mientras que ella ha invocado seis veces a Andreu y cinco a Capellán.

A pesar de lo encorsetados que resultan estos formatos masivos, el debate ha resultado entretenido y vivo, con mucho rifirrafe, mucha dialéctica y muchas ganas de confrontar, especialmente por los partidos 'minoritarios'. Habrá que ver si eso sirve para cambiar votos o solo para confirmar la voluntad previa.