La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, no solo tiene que hacer encaje de bolillos para atraer a la patronal en su intención de reducir la jornada laboral, sino que, al mismo tiempo, debe cuadrar el sudoku parlamentario para que el Congreso ... avale su reforma. Y las negociaciones con los grupos políticos no están siendo nada sencillas para acometer este proyecto. PNV y Junts son los dos apoyos clave que necesitará el Gobierno, más allá de los votos de la coalición (PSOE y Sumar), así como del resto de minoritarios, entre los que se encuentra Podemos.
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Las miradas del Ejecutivo se centran fundamentalmente en los dos partidos nacionalistas, por su proximidad al empresariado vasco y catalán, respectivamente, y las reticencias que los empresarios han mostrado a esta reforma de la jornada laboral desde el primer momento. En el caso del PNV, con el que los socialistas gobiernan en el País Vasco, los últimos contactos de Trabajo se llevaron a cabo a finales de la semana pasada. «Pinta bien», apuntan fuentes de la negociación, aunque son conscientes de que aún no está cerrado el acuerdo político.
El otro gran escollo del Ejecutivo vuelve a ser Puigdemont. Los siete votos del grupo parlamentario de Junts son esenciales para sacar adelante esta reducción de la jornada laboral, también criticada por el empresariado catalán. Puede haber avances, apuntan esas fuentes consultadas por este diario, aunque admiten que todo dependerá «del momento en que se vote». Casi del día en que los diputados independentistas tengan que apretar el botón en la Cámara baja. Y ahí las miradas estarán fijadas en lo que ocurra en Cataluña con la investidura del líder del PSC, Salvador Illa, al frente de la Generalitat y los pactos pendientes con ERC.
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Más allá de los dos históricos del nacionalismo, el Gobierno también tendría que amarrar el resto de votos necesarios, como los de los republicanos catalanes, con quienes ahora negocia en su intención de acceder a la presidencia de la Generalitat catalana, en torno al debate sobre la financiación «singular» de Cataluña y el nuevo modelo territorial, que está por definir.
Además, serán necesarios los votos de Unidas Podemos. El partido liderado por Ione Belarra siempre ha insistido en ir más allá de la pretensión inicial de Yolanda Díaz (38,5 horas este año y 37,5 horas a partir del 1 de enero de 2025), con una propuesta que aboga por reducir la jornada laboral hasta las 34 horas semanales, tal y como indica su programa electoral.
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