Adrián Lapeña: en busca de su reencuentro

«La eliminatoria está al cincuenta por ciento», admite el jugador, que tiene muy claro que en este tipo de enfrentamientos «no hay favoritos».

Lapeña conoce a la UD Logroñés, porque en los últimos años se ha medido a ella tanto en Las Gaunas como en Zubieta. En las categorías inferiores del conjunto 'txuri urdin' se vive bien. Buenos entrenadores, buenas instalaciones y la presión justa en una época de formación, Allí llegó tras vestir las camisetas del Balsamaiso y Valvanera, los dos clubes por excelencia de Pradoviejo, pero no del actual, sino de aquel otro de dos campos de tierra en los que nadie quería jugar.

Lapeña, central de envergadura, fue escalando categorías en la Real Sociedad hasta que con 19 años debutó en Segunda B. Temporada 2015/16. El mismo ejercicio en el que la UD Logroñés jugaba su segundo 'play off' de ascenso. Eliminó al Villarreal B, que ha peleado hasta el último minuto por estar en Marbella, pero cayó ante el Sevilla Atlético. Desde aquel primer partido, el defensa riojano ha sumado 113 con los cuatro que ha disputado en Castellón. Además, en uno de ellos y contra el Nástic, marcó el gol de la victoria en el tiempo añadido y después de un encuentro loco y de alternativas (3-2).

«Me llamaron del Castellón. No dudé en ningún momento. Yo necesitaba jugar y, además, me pareció un proyecto muy bueno. Cogí el coche y me vine desde Bélgica a pesar de la distancia porque quería estar cuanto antes en el club, conocer a mis compañeros, al entrenador y entrar en la dinámica del equipo y de la competición», explicaba el jugador a través de su club cuando llegó a Castellón.

Y es que hace doce meses tomó una decisión importante. Con 23 años recién cumplidos decidió volar en solitario y dejar el confortable nido que es un filial. En Bélgica estaba Beñat San José, entrenador donostiarra que le conocía de las categorías inferiores y que dirigía al Kas Eupen. Allí coincidió también con Jon Bautista, delantero del filial al que en alguna ocasión ha sufrido la UDL y que llegó a debutar en el primer equipo de la Real Sociedad. Sin embargo, su aventura en la Jupiter Proleague concluyó demasiado pronto. No jugaba y un futbolista de su edad lo que necesita es sumar minutos. Y de la misma forma que llegó a Bélgica con la maleta cargada de ilusiones se presentó en Castellón. Firmó hasta el 2021.

«Se reían de nosotros por los fichajes que estábamos haciendo», admitía Óscar Cano, entrenador del Castellón, hace unos días en estas mismas páginas cuando recordaba cómo confeccionó la actual plantilla. Se refería a los fichajes de verano. «Nosotros, sin embargo, confiábamos en los jugadores que estábamos firmando y sabíamos que podían dar un buen rendimiento», añadía. Y así ha sido. Incluido Adrián Lapeña, porque el riojano llegó a Castalia al límite del cierre del mercado de invierno. Y desde su fichaje hasta que se suspendió la temporada, el 8 de marzo, participó en cuatro partidos. Cano vio en él a un jugador interesante, joven y que podía dar el rendimiento que no ofreció en el Kas belga. Parece que acertó, Y si en Bélgica se reencontró con Bautista, en Castellón le esperaban Muguruza y Kako, que también jugaron en Zubieta. El primero es un lateral derecho muy ofensivo que suma varios goles esta temporada y el segundo suele formar en el medio centro junto al exblanquirrojo Carles Salvador.

Adrián Lapeña fichó por el Castellón con el sueño de ascender. Mañana tendrá la primera oportunidad en este intento doble. En teoría, porque del Castellón apenas se saben cuatro apuntes, comenzará el partido en el banquillo, porque Satrústegui y Gálvez están llamado a ser los centrales titulares. Si asciende, habrá que darle la enhorabuena; y si asciende la UD Logroñés seguro que entre la tristeza de la derrota aflorará tímidamente algo de alegría por el equipo de su ciudad.