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Patrimonio de La Rioja en ruinas ·
Los puentes de Arenzana de Abajo y Mantible son las últimas pérdidas de patrimonio, pero hay muchos más casos en la 'Lista Roja'Secciones
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Patrimonio de La Rioja en ruinas ·
Los puentes de Arenzana de Abajo y Mantible son las últimas pérdidas de patrimonio, pero hay muchos más casos en la 'Lista Roja'Primero fue el casi centenario puente de hierro de Arenzana de Abajo, que sucumbió en octubre al paso de un camión cisterna que repoblaba de truchas el río Najerilla; y el pasado domingo, el romano Mantible de Logroño y Lanciego (Álava), cuyo arco riojano se rindió ante la borrasca Ignacio después de casi dos milenios. Son solo dos ejemplos recientes y significativos de cómo se pierde el patrimonio, una patata caliente que, a menudo, va de gobierno en gobierno sin que nadie le hinque el diente.
Con el paso del tiempo, cada vez son más los elementos patrimoniales que presentan un mal estado, y la preocupación crece porque, al menos, a nivel popular, las construcciones se estiman como algo propio y perderlas supone derruir memoria, cultura e historia. Desde la Dirección General de Cultura del Gobierno de La Rioja advierten de que el responsable de mantener cualquier monumento es su titular, aunque «la voluntad política siempre es la de la subsidiariedad entre administraciones: cuando una no llega recurre a la siguiente». Es habitual que los pequeños ayuntamientos o la propia diócesis no puedan asumir todo el coste que supone rehabilitar los monumentos que poseen y reclaman ayuda a Cultura, que asegura tener un «'control' sobre el patrimonio y su evolución» y estima invertir unos 2 millones de euros al año en su cuidado y recuperación.
«El patrimonio de La Rioja es excepcional, valioso y, a la vez, inmenso. Creemos que, de forma general, se encuentra en buen estado de conservación, aunque es innegable que hay excepciones a esto», reconocen desde la Dirección General de Cultura, para la que, «Mantible aparte», no constan «situaciones de riesgo inminente, aunque esto tampoco quiere decir que no existan. Es imposible tenerlo todo controlado».
Sin embargo, David Antón, de la plataforma Rioxa Nostra, que promueve el conocimiento y la protección del patrimonio, cree que este «ha sufrido un considerable retroceso de conservación en las últimas dos décadas». «Elementos considerados como Bien de Interés Cultural (BIC) no han recibido ningún tipo de tratamiento para protegerlo. El estado de deterioro de algunos es alarmante», opina David Antón, aclarando que «la degradación no entiende ni de propiedad (privada o pública), ámbito (civil o eclesiástico) o localización (cerca o lejos de las urbes)». «En estos últimos años apenas han habido proyectos en La Rioja que pongan en alza y protejan nuestros bienes patrimoniales, con lo que es ahora cuando estamos recibiendo el impacto de esta omisión y dejadez de conservación, con lo que se presupone que la situación vaya a peor», vaticina Antón.
En Alcanadre, existe otro vestigio romano, el acueducto de Puente Moros, que conducía el agua de las montañas de Santa Cruz de Campezo (Álava) hasta Calagurris. Es Monumento Histórico Artístico Nacional y, de los 108 arcos que se estima que tenía originalmente, construido en el siglo II, apenas quedan trece.
Otro puente en mal estado es el casi centenario de San Martín de Ortigosa, que no hace ni un año fue declarado BIC, y cuya rehabilitación persigue el Ayuntamiento camerano. «Nosotros no podemos acometer la obra solos, es imposible, y está cada vez peor», expone Daniel Maza, alcalde de Ortigosa, quien esperaba contar con una subvención estatal para costear el 75% de los 543.336,21 euros de la reforma proyectada, y teme no recibirla al no estar inscrito el puente en el registro civil. «Si no se arregla, habrá que cerrarlo, porque se ven hasta las varillas del hormigón, aunque los técnicos nos dijeron que no se va a caer», advierte Maza.
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No muy lejos de allí, en Pradillo, los célebres catorce bancos con publicidad de 1935 cada vez están más deteriorados y continúan sin ninguna protección autonómica o nacional, solo municipal. A la espera de una intervención que no llega, el Consistorio los ha cubierto este invierno con unas lonas, remedio casero, pero efectivo, que los protege de la nieve, el hielo, la sal y el paso de los vehículos por la N-111 y las piedras que proyectan las ruedas. El alcalde de Pradillo, Juan Carlos Peso, reclama que se estudien casos como este porque «es un patrimonio para Pradillo y La Rioja, y que no se demore mucho para que no pase como con el Mantible». Un accidente de tráfico ya obligó a reconstruir un banco y rehabilitar otro en 2008. Causa mayor. Y es que, estima el alcalde, «hay cosas bien chulas que si no se invierten en ellas, se pierden y luego cuesta el doble rehabilitarlas».
Los bancos de Pradillo han sido el último elemento de La Rioja en engrosar la 'Lista Roja' de la asociación Hispania Nostra, iniciativa cuyo fin es «dar a conocer y proteger aquella parte de nuestro patrimonio que se encuentra en abandono y en peligro». En esta lista se encuentran los castillos de Davalillo y Jubera, las iglesias de San Juan de Letrán en Pedroso, San Miguel en Montalvo, Santa María en Torremuña y la Asunción en Santa María, las ermitas de Orzales en San Vicente de la Sonsierra y Santa María de Yerga en Autol, los palacios de Inestrillas en Aguilar y de los Manso de Zúñiga en Cidamón, así como el monasterio de San Prudencio en Clavijo.
Joaquín Martínez, alcalde de Clavijo, reconoce que San Prudencio, el majestuoso monasterio del siglo X encajado en el monte Laturce, aparece siempre en la lista de monumentos en ruinas, «pero nosotros solos no podemos rehabilitarlo», aunque ya han iniciado los trámites para crear una entidad que promueva su recuperación. No se olvida el alcalde del castillo de Clavijo, emblema de toda La Rioja y para el que ya ha solicitado a Cultura mejorar los accesos y la seguridad.
Los anteriores son solo algunos ejemplos, porque la 'Lista Roja' se podría alargar mucho más. La ermita barroca de Serrias de Treguajantes, con sus imponentes vistas a todo el Camero Viejo a 1.100 metros de altitud, tiene todos los techos y parte de sus muros derruidos. La de Santa María del Buen Suceso de Navarrete ya ni siquiera parece un templo religioso. Y del monasterio de San Julián de Sojuela apenas quedan unas paredes entre viñedos.
La Basílica de Santa María de Rute de Ventas Blancas (Lagunilla del Jubera), visigoda del siglo VI, apenas sostiene ya en pie un arco. A pesar de ser BIC, es una de las grandes desconocidas en La Rioja. Carlos Yécora, alcalde de Lagunilla, advierte de que en el pueblo siempre han conocido esas ruinas en ese estado, aunque es su intención intervenir. «Es de propiedad privada y estoy en contacto con los propietarios para tratar de ver qué se puede hacer», informa el alcalde. Eso sí, Yécora es realista y la pretensión no pasaría de consolidar y señalizar.
Otra cuestión es que «el dinero es limitado y los Ayuntamientos pequeños tenemos que dar muchos servicios, así que necesitaríamos firmar un convenio con el Gobierno regional», reconoce Yécora, al igual que confiesa que «nunca hemos trabajado el turismo o la cultura, pero lo tenemos pensado». Y es que a Lagunilla le viene la inversión de la planta de yeso de Fassa Bortolo y Santa María de Rute está «en el corazón de los vecinos».
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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