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La gastronomía riojana engrandeció este martes un poco más su palmarés con la consecución de una octava Estrella que llega de la mano de Venta Moncalvillo.
Los hermanos Echapresto –Ignacio al mando de los fogones y Carlos al gobierno de la sala– han conseguido que ... otra Estrella más haga que Daroca de Rioja (un pueblo casi con los mismos habitantes censados que trabajadores tiene el restaurante) se equipare a muchas grandes urbes peninsulares.
Venta Moncalvillo ha ido creciendo en el ámbito gastronómico lentamente, pero siempre sobre sólidos pilares. Nació hace ya más de 25 años como una humilde casa de comidas que abría los fines de semana para atender a ciclistas, seteros y montañeros que acudía a Moncalvillo los festivos. Se les ofrecía almuerzo o comida.
La encargada de elaborar las viandas era 'La Rosi', la madre de los Echapresto que trataba de sacar partido a lo que obtenían en el campo (su ocupación de lunes a viernes) en una cocina que trataba bien al producto, pero sabía también lo que era el aprovechamiento porque su origen –una familia de siete hermanos– había hecho que lo aprendiera desde la infancia. Luego, sirviendo en una casa de familia acomodada en Logroño ya se había familiarizado con los productos de calidad y sabía cómo tratarlos.
Después aquella casa de comidas pasó a restaurante y, entre otros, alimentó durante muchos meses a los trabajadores que levantaron la urbanización de Sojuela como complemento al campo de golf.
Poco a poco, Venta Moncalvillo fue ganándose un reconocimiento entre los vecinos, y también entre el resto de riojanos. Y a finales de noviembre de 2010, llegó el primer gran reconocimiento. La Guía Michelin les premió con una Estrella.
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Guillermo Elejabeitia
Daroca de Rioja saltó a los medios de comunicación como la localidad más pequeña en presumir de una Estrella Michelin. Los hermanos Echapresto siempre habían dicho que ellos no querían salir de su pueblo, y consiguieron el éxito en la pequeña localidad riojana.
El año pasado, Michelin volvió a poner sus ojos en la falda de Moncalvillo y premió con una Estrella Verde el proyecto sostenible con el que los hermanos Echapresto han transformado su restaurante. Un espacio donde la huerta que provee de productos frescos a la cocina ocupa un lugar prioritario y mantiene el arraigo de la cocina con la tierra y el territorio, como siempre han deseado.
Este martes, en la gala celebrada en Barcelona, los inspectores de la Guía gastronómica más prestigiosa del mundo otorgaron a Venta Moncalvillo la segunda Estrella Michelin, equiparándola así a El Portal de Echaurren, de su amigo Francis Paniego, y colocándola al lado de los grandes de la cocina española.
Con esa nueva distinción, la cocina riojana sigue ampliando su halo (ese que lleva ampliando en los últimos años), y ya son ocho las Estrellas que brillan en La Rioja: Cuatro se las reparten a partes iguales Venta Moncalvillo (Daroca) y El Portal de Echaurren (Ezcaray) y una más suman Kiro Sushi, Íkaro y Ajonegro (Logroño) y Nublo en Haro. Ninguno de los restaurantes que contaban con ellas se verán desposeídas en la edición 2024 de la Guía que este martes se presentó.
Además, tampoco los perdió Francis Paniego las dos que tiene con proyectos personales fuera de La Rioja: Marqués de Riscal en Elciego (Álava) e Ibaia en Andorra.
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