«Podría ser un simple accidente doméstico», afirma el hijo de la herida por la explosión de Lardero

«Como le puede pasar a cualquier persona, un accidente doméstico le puede suceder también a ella, ¿no?», asegura Dilan Pérez, uno de los tres hijos de la mujer uruguaya de 50 años sobre la que el Juzgado de Instrucción 2 de Logroño decretó prisión sin fianza a petición de la Fiscalía. Dilan Pérez detalla desde el continente americano que «había fugas en la caldera» desde agosto, si bien la compañía de suministro de gas Nedgia aseguró al día siguiente de la explosión que las últimas revisiones obligatorias, realizadas en 2019, fueron correctas.

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No obstante, el hijo centra su queja en que desde que fue detenida, hace ya diez días, «no ha llamado a su familia, cuando su estado de salud es información vital, más para unos hijos a distancia». Relata el hijo que su madre viajó a España hace cuatro años y que su idea antes de la explosión era regresar a Uruguay. Algo sucedió. El día antes de la detonación hubo una llamada al 112 debido, al parecer, a una discusión doméstica en la que tuvo que intervenir la Guardia Civil.

En la explosión su madre fue la herida de mayor gravedad, siendo traslada al hospital de Cruces de Baracaldo por sus quemaduras. «Fue sometida a cirugía plástica porque necesita injertos de piel, con las manos comprometidas y afectándole a la visión. No entendemos cómo se le ha dado el alta médica para enviarla a un centro penitenciario así», se pregunta Dilan. Fue entonces, cuenta el hijo, cuando prestó declaración y fue detenida «por riesgo de fuga al no tener papeles, pero la realidad es que, físicamente, su estado es deplorable y no tiene techo», añade.

La familia desconfía de la hipótesis del suicidio y califica la teoría de «película». «Podría ser un simple accidente doméstico, como creemos la familia», insiste Dilan, quien, no obstante, agradece la ayuda del Consulado uruguayo y del presidente de Uruguay, quien afirma que les ha llamado preocupándose por el caso. Durante su ingreso hospitalario su madre estuvo atendida por una asistente social y actualmente está representada por un letrado de oficio del Ilustre Colegio de Abogados de La Rioja.