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Desayuno de domingo con... Sebastián Castella: "Dejé de torear y no tengo por qué dar más explicaciones. Perdí la ilusión y punto"

Sebastián Castella Béziers, 1983. Soy torero, pero ahora estoy expresándome de un modo artístico diferente: pintando mis capotes. Acabo de realizar mi primera exposición en una galería de Miami.

Viernes, 16 de Julio 2021

Tiempo de lectura: 2 min

XL. ¿Qué hizo que, tras una gira triunfal en América, regresara a España y dijera que había perdido la ilusión y se retiraba?

S.C. Ahora estamos hablando del artista, no del torero. No tengo por qué dar más explicaciones. Perdí la ilusión y punto. Los artistas son así y se mueven por emociones: un día sí, otro no.

XL. ¿La pandemia pesó en su decisión?

S.C. No, no te confundas. Aunque yo tuve COVID en diciembre, ya me había retirado antes. No tuvo nada que ver.

XL. ¿Y cómo lleva este año lejos del ruedo?

S.C. La verdad es que no sabía qué hacer tras dejarlo, pero, gracias a mi amigo Domingo Zapata, encontré otra forma con la que contar mi historia taurina.

XL. ¿Había cogido antes un pincel?

S.C. No; para mí era un mundo nuevo. Empecé a tomar clases de pintura y, a final de año, Domingo me dijo que a un galerista de Miami le gustaba la idea de que pintara mis capotes, y así empezó.

«Por la costumbre de salir a entrenar, desayuno poquito: solo tomo un zumo, generalmente de naranja. Otras veces, de varias frutas con algo de jengibre».

XL. ¿Los diez expuestos están usados?

S.C. Sí; son reliquias que tienen su historia: varetazos, cosidos, sangre… y llevan el nombre de la plaza donde los estrené, aunque luego los usara otra vez.

XL. Pinta toros rodeados de corazones y flores con colorido: la tragedia y la fiesta.

S.C. Sí, mis capotes huelen a muerte, a miedo, a felicidad... Y mis toros son una mezcla del minotauro y del toro de Osborne, pero con unos toques picassianos. Soy un artista expresionista que pinta lo que lleva dentro.

XL. ¿Veremos en España su exposición?

S.C. No, la mayoría de los capotes se vendió en Miami. Domingo me dijo que entré en una liga de artistas con nombre y nivel y que los capotes tienen que revalorizarse como Dios manda. Y así ha sido. Los he vendido a 20.000 dólares cada uno. Si expongo en Madrid, será como torear en San Isidro: un gran respeto y una responsabilidad tremenda.

XL. ¿Abrirá su sexta 'puerta grande' en Las Ventas… pero con los pinceles?

S.C. Las críticas no me hacen ya el mismo efecto. Me da igual lo que digan: mi carrera ya la hice. Que critiquen.

XL. ¿Tiene muchos capotes más que pintar?

S.C. Sí, he toreado 20 años. Y quiero que se revaloricen porque son obras de arte.

XL. Y se ha hecho empresario de la plaza de Béziers.

S.C. Sí, dos socios y yo. Es mi ciudad y no quise que nadie más tuviera esa plaza. Estoy muy feliz y vamos a hacer una gran feria del 12 al 15 de agosto.

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