Julia Navarro Escritora "Yo no quiero escribir historias de amor"
Tras el éxito de la adaptación a la pantalla de su novela Dime quién soy, Julia Navarro vuelve con nueva ficción. Esta vez son dos hombres los que buscan su identidad, con el terrorismo islámico como telón de fondo. Hablamos con una de las autoras más leídas en castellano, que durante años fue periodista parlamentaria y siempre soñó con ser bailarina
La identidad y el desarraigo enredan las vidas cruzadas de un judío de origen francés residente en Tel Aviv y un libanés emigrado a París. Son los mimbres de la nueva novela de Julia Navarro, De ninguna parte (editorial Plaza & Janés), ambientada en el siglo XX y con conexiones periodísticas y políticas, dos asuntos que la escritora dice haber dejado atrás, pero que se cuelan en sus libros y en su vida. Nos habla de literatura, de su familia... y, sí, también de periodismo y política.
XLSEMANAL. Dejó el periodismo, pero sigue opinando.
JULIA NAVARRO. Opinar no es hacer periodismo. Periodismo es hacer entrevistas, contar lo que pasa en el Parlamento, viajar a una cumbre de la Unión Europea… Yo ya no hago periodismo. Hago varios artículos, tampoco es que esté opinando todos los días.
XL. Su padre era periodista; su marido, Fermín Bocos, también.
J.N. Pero no somos una saga ni nada parecido y mi padre no tuvo ninguna influencia en mi vocación.
XL. Sí fue decisiva una profesora de Literatura.
J.N. Sí. Yo lo que quería ser era bailarina de ballet. Hice ballet hasta que terminé el bachillerato. Me habría gustado irme fuera de España a formarme como bailarina, pero me dijeron que no era posible. Mi segunda opción era la física: me encantaba, pero la aprobaba con enormes dificultades. Mi profesora de Literatura, a final de curso, me dijo: «A ti lo que de verdad se te da bien son las letras», y tenía razón.
XL. También habría influencia familiar.
J.N. Aprendí a leer con mi abuela en casa antes de ir al colegio. Ella leía muchísimo. He visto leer en casa y para mí leer es una pasión. Yo no veo series: prefiero estar con un libro.
XL. Pero en De ninguna parte menciona la serie Homeland.
J.N. Sí, porque cuando estaba intentando buscar una salida para un personaje un amigo me dio una idea que salió en Homeland y entonces vi la serie, pero de televisión solo veo informativos.
"Me parece de una soberbia insoportable pensar que la inmensa mayoría es imbécil y que si a mucha gente le gusta un libro es que ese libro no tiene calidad"
XL. Ha dicho que dejó el periodismo porque «acabas defendiendo cosas en las que no crees».
J.N. Lo que dije es que, de las tertulias, me horroriza eso de unos contra otros. Como no es un debate realmente sereno, al final terminas diciendo cosas en las que no crees. En las tertulias, no me sentía con la libertad suficiente. Enseguida te encasillan y yo tengo un pensamiento propio que no es el de las consignas de los partidos. Pero no dejé el periodismo por eso, lo dejé porque he tenido suerte en el mundo de los libros y eran cosas muy complicadas de compaginar.
XL. ¿Se exige ahora más militancia a los periodistas?
J.N. Yo creo que ahora se ha agudizado porque hay más medios, más exposición de los periodistas. Estoy contenta de haberlo dejado. No me gustaba el periodismo que se estaba haciendo. Ahora hago lo que quiero y, cuando escribo un artículo de opinión, tengo el tiempo para la reflexión y no me tengo que estar peleando con el de enfrente, porque yo no estoy para pelearme con un colega.
XL. Los periodistas parlamentarios de la Transición se hicieron amigos de los políticos. Usted es buena amiga de Felipe González.
J.N. Sí, yo tengo un enorme afecto y admiración por el expresidente del Gobierno. Pero no tengo muchas ganas de hablar de política porque ahora me dedico a escribir libros.
XL. ¿Por qué gustan tanto sus libros?
J.N. No lo sé, pero me siento una privilegiada por haber contado con el favor de los lectores desde el primer momento. Lo veo como una suerte y soy muy consciente de que estas cosas lo mismo que empiezan acaban. Llegará un momento en el que a lo mejor mis libros no gusten a los lectores. Hay que estar preparada para eso.
XL. ¿Estuvo en Israel como periodista?
J.N. He estado con distintos medios y en varias ocasiones. Mis dos grandes pasiones son la lectura y los viajes; y Oriente Medio es un lugar apasionante. Pero esta novela no va de Oriente Medio. Es un intento de bucear en los límites y los porqués de la conciencia de los personajes. El escenario es Europa, pero podría ser otro. El tiempo histórico es otro escenario nada más, lo que me interesa es contar qué les pasa a los personajes.
XL. El conflicto de Israel...
J.N. Es que yo no he escrito sobre el conflicto de Israel. El motivo del libro es el desarraigo, el problema de la inmigración, el cómo recibimos en Europa a los emigrantes, el mal comportamiento que tienen los países europeos con la gente que viene de otras partes, la soledad espantosa que sufren las personas que vienen de fuera porque no solamente hay que salvar a la gente cuando se está hundiendo su patera, sino que después hay que ayudarla a que ese viaje haya merecido la pena.
XL. La identidad es un tema habitual en sus libros.
J.N. Hay siempre una constante en mis libros: el problema de la identidad, la conciencia y la mochila que son las circunstancias que tiene cada uno en la vida. A mí no me importa nada el escenario, es solo un atrezo.
XL. Transcurren siempre en el siglo XX. Podría escribir de su experiencia en el 23-F.
J.N. No quiero escribir de nada que tenga que ver con mis experiencias personales. No tengo ningún interés en eso. Lo que pasó el 23-F ya lo conté como periodista. Tampoco me interesa novelar la Transición. Me interesan los seres humanos y sus porqués. Por eso no quiero hacer una novela histórica ni una novela con trasfondo político.
"Ya no sigo tanto las noticias. He descubierto que se puede vivir sin estar pendiente del parlamento"
XL. ¿Se ha sentido bien recibida en el mundo de los libros por los colegas y los críticos?
J.N. En líneas generales, todo el mundo ha sido muy generoso y cariñoso conmigo. Y para mí es muy importante la opinión de los lectores porque son ellos los que me han acompañado hasta ahora.
XL. Los libros muy vendidos a veces están denostados.
J.N. En España, porque en el resto del mundo no es así. Aquí existe una especie de prejuicio, una soberbia intelectual que me parece que es pura pose. Me parece absolutamente elitista pensar que la inmensa mayoría es imbécil y que si a mucha gente le gusta un libro es que ese libro no tiene calidad y que si un libro, sin embargo, solo llega a una minoría es porque esa es la minoría exquisita capaz de comprenderlo. Me parece un planteamiento de una soberbia insoportable y, además, que se contradice con la realidad porque hay libros que se han vendido por millones y tienen una enorme calidad literaria. Establecer esa línea o ese prejuicio de sospechar del libro que se vende mucho me parece un acto de soberbia y una solemne estupidez.
XL. Ahora hay muchas escritoras en las listas de los libros más vendidos.
J.N. Empieza a cambiar la mirada. Antes había un prejuicio con la literatura escrita por mujeres, como si solo pudiéramos escribir de pájaros, flores e historias tontorronas de amor. Creo que se han abierto los ojos de las editoriales. Nos han ido teniendo en cuenta poco a poco y con gran esfuerzo, porque había una mirada noña y despreciativa hacia lo que podían escribir las mujeres y solo a algunas se les daba el rango de escritora. Las editoriales han descubierto que hay muchos lectores a los que les gusta lo que escribimos.
XL. En este libro, no hay ni una historia de amor ni sexo.
J.N. Es que en mis libros nunca hay sexo y hay más bien historias de desamor porque yo no quiero escribir historias de amor.
XL. En la vida hay amor.
J.N. Bueno en Dime quién soy había una historia de continuo desamor, es que me salen así los libros.
XL. ¿Por qué no quiere escribir escenas de sexo?
J.N. Creo que para escribir ese tipo de escenas hay que tener talento para saber hacerlo, yo no me lo planteo. Yo dejo a mis personajes en el momento en el que se cierra la puerta de la habitación y cada uno que le eche la imaginación que quiera, yo no siento la necesidad de ser explícita, no es lo que me interesa.
XL. Camina una media de catorce kilómetros diarios, dejó de fumar, es vegetariana... Se cuida.
J.N. Soy vegetariana desde hace más de 30 años por respeto a los animales, por convicción. Todavía no soy vegana, no he dado ese salto, pero puede que lo termine dando. Cada vez me acerco más a ello. Si a mí ahora me dieran un filete, sería como una tortura para mí. No es ningún sacrificio ser vegetariana, voy andando a todas partes y dejé de fumar hace mucho.
XL. ¿La política le sigue interesando?
J.N. No, no, yo cierro puertas con personas y con etapas de mi vida y ahora estoy en lo que estoy. Ya no sigo tanto las noticias. He descubierto que se puede vivir sin estar pendiente del Parlamento.
"En la monarquía de Don Juan Carlos ha habido grandes aciertos y errores. Y esos errores los están utilizando para atacar lo que ha sido el mejor periodo de la historia reciente de España"
XL. ¿Cómo ve la situación política actual?
J.N. Con lejanía. Hace poco grabé un podcast con Felipe (González) y lo dedicamos a la cultura, no a la política. Le dije que la cultura nunca ha estado en la agenda política y él se defendió. Para los políticos, apoyar la cultura es ir a la gala de los Goya; ese no es el apoyo. ¿Cuántos políticos van al cine o al teatro de forma anónima? Porque el Rey sí lo hace.
XL. Le habrán sorprendido las noticias sobre el Rey emérito.
J.N. La vida de una persona no se puede juzgar por un instante. Su vida está llena de luces y de sombras, como la de cualquier ser humano. Ha cometido errores, eso es indudable, pero también ha tenido aciertos. Yo no voy a juzgar a nadie por un instante.
XL. ¿Un instante?
J.N. Bueno, pues por una etapa. En la monarquía de don Juan Carlos ha habido grandes aciertos y errores, y los errores no te pueden llevar a no reconocer los aciertos. Habrá que poner cada cosa en su sitio. Esos errores los están utilizando varios grupos para intentar atacar lo que llaman 'el régimen del 78', que ha sido el mejor periodo de la historia reciente de España. Nos ha permitido vivir en democracia y en libertad. Hay gente que está disparando todo el día hacia lo que significó la Transición y a esa obra que se hizo de forma colectiva. Claro que hay que criticar a don Juan Carlos y decir lo que ha hecho mal, pero habrá que reconocer que ha habido un periodo de su reinado que fue positivo para la consolidación de la democracia y las libertades de este país.
"Soy vegetariana desde hace 30 años, por convicción. No es un sacrificio. Y, sí, voy andando a todas partes"
XL. Dos curiosidades, la primera, confiese el secreto de estar 40 años felizmente casada.
J.N. [Ríe]. Creo que es el diálogo permanente. No hay un solo día en el que no haya un intercambio de pareceres entre nosotros. Siempre tenemos algo que contarnos. Una de las mejores cosas que he hecho ha sido casarme con Fermín.
XL. La otra curiosidad: ¿sigue bailando?
J.N. No. Yo, cuando cierro puertas, las cierro para siempre.
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