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Jay Shetty El “guía” de Jennifer López, Will Smith, Gwyneth Paltrow... El monje reconvertido en millonario gurú de las estrellas

Este antiguo monje británico, estudioso de Krishna, ha seducido a numerosos famosos predicando sobre los secretos de un matrimonio feliz. Y se ha hecho millonario... Esta es su historia.

Jueves, 16 de Febrero 2023

Tiempo de lectura: 5 min

Se codea con Will Smith, ofició la boda (la segunda) entre Jennifer López y Ben Affleck y entre sus acólitos figuran Novak Djokovic, Gwyneth Paltrow, Oprah, Jennifer Aniston, Ellen DeGeneres, Selena Gomez, Eva Longoria, Shawn Mendes, varios Kardashian-Jenners o Arianna Huffington, invitados casi todos a participar en On Purpose, su célebre podcast motivacional.

Sí, Jay Shetty es, sin duda, el gurú del momento en Hollywood. Allí vive, de hecho, en una mansión de 8,4 millones de dólares que perteneció al actor Balthazar Getty, bisnieto del magnate petrolero Jean Paul Getty. Y ahora, empujado por su nuevo libro: 8 reglas del amor: cómo encontrarlo, conservarlo y dejarlo ir –¿alguien se lo puede regalar a Shakira y Piqué?– se ha lanzado a una gira mundial que promete ampliar su influencia de forma exponencial.

En ella ofrece alicientes como cenar con él. El ágape sale por casi 1200 euros del ala e incluye la posibilidad de hacerse selfis y meditar juntos, además de recibir un ejemplar autografiado de su nueva obra, una bolsa con productos promocionales o una cinta conmemorativa de la ocasión.

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Amigos de alma. Will Smith y Shetty hacen ejercicio juntos en el «gimnasio del alma», en palabras del gurú, que ha ayudado al actor a naturalizar sus problemas relacionados con la salud mental. «Will es uno de los seres humanos más dulces, amables y generosos», asegura sobre el hombre que abofeteó a Chris Rock en plena gala de los Oscar de 2022.

Así se las gasta Shetty, un londinense encantador de 35 años, con resplandeciente carisma, penetrantes ojos verdes y una vaga y moderna cualificación espiritual, que estudiaba empresariales cuando asistió a una iluminadora charla de un monje krishnaísta hindú llamado Gauranga Das.

Después de graduarse, hizo voto de castidad, se afeitó la cabeza, renunció a sus posesiones y se mudó a un ashram (monasterio hindú) en la India. Durmió allí en el suelo, contrajo unas cuantas enfermedades, sufrió desnutrición y agotamiento, pero por el camino consiguió alcanzar el mismo nivel de sabiduría que su maestro. Tres años después regresó a casa con un nuevo propósito en el zurrón: «Hacer que la sabiduría se vuelva viral».

Fue entonces cuando se enamoró de Radhi, una amiga de su hermana que trabajaba como dietista en un hospital. Ansioso por iniciar una nueva vida, llegó a desesperarse al recibir una negativa detrás de otra. Más de 40, llegó a contar, entre empresas, fundaciones y ONG. Le penalizaba aquel hueco de tres años en el currículo difícil de explicar.

Acudió en su ayuda la repentina fiebre por el mindfulness que recorrió Occidente a mediados de la década pasada. Una puerta se abrió así en Accenture, una empresa de servicios profesionales, donde comenzó a organizar clases de meditación para los empleados ganando paulatina notoriedad sobre el escenario en los eventos de la compañía. Sobre todo, gracias al uso de los nuevos medios digitales para producir primigenios contenidos motivacionales.

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Una boda consciente. Jennifer Lopez y Ben Affleck le pidieron que oficiara su boda el pasado verano en Georgia.  En la ceremonia, Shetty recurrió al mindfulness y la meditación, para buscar «la atención plena de todos los asistentes para aportar cada uno su mejor energía y celebrar el amor», según su propio relato.

Apareció en su vida Arianna Huffington, cofundadora del Huffington Post, y lo fichó para su empresa. Corría el año 2016 y se mudó a Nueva York para desarrollar allí su perfil de ‘filósofo motivacional’ con presencia digital hasta que, un buen día, percibió que todo aquello podía hacerlo él solo perfectamente. Y así es como, se puede decir, empezó todo.

Ahora, predica, quiere ayudarnos a todos a responder a cuatro preguntas capitales: ¿Cómo me siento conmigo mismo?, ¿a quién le doy mi amor y cómo lo recibo?,  ¿qué hago por dinero? y ¿cómo dejo huella en el mundo? Y así, a golpe de vídeos motivacionales, actividad en redes sociales, podcast, libros, charlas, consejos, meditaciones grabadas, cursos en línea y entrenamiento, Shetty se convirtió en vecino, y algo más, de las estrellas.

Quiere ayudarnos a todos a responder a 4 preguntas capitales: ¿Cómo me siento conmigo mismo?, ¿a quién le doy mi amor y cómo lo recibo?, ¿qué hago por dinero? y ¿cómo dejo huella en el mundo?

Más de algunas que de otras, claro. Realizando, incluso, algunos sueños de adolescencia. Caso de su amistad con Will Smith, de quien era fan absoluto, obsesionado como el joven Shetty estaba con el rap y el cine. Ahora, él y su esposa, la nutricionista e influencer Radhi Devlukia, celebran junto a los Smith fechas tan significativas para los norteamericanos como el Día de Acción de Gracias.

Intimidad que también comparte con otra célebre pareja. Jennifer Lopez y Ben Affleck le pidieron que oficiara su boda el pasado agosto, 20 años después de que cancelaran otra a pocos días de celebrarla. El enlace tuvo lugar en Georgia, un mes después, en realidad, de que se casaran de verdad en Las Vegas.

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Esposa, socia... y critica. Su esposa Radhi es nutricionista e influencer. Llevan siete años casados y en Instagram se burla con frecuencia de la vanidad y el materialismo de su marido, además de revelarnos que ella es una de las personas que menos necesita al Jay Shetty motivacional.

Fue una ceremonia en la que el mindfulness y la meditación jugaron en papel central. El objetivo: «buscar la atención plena de todos los asistentes, ayudarlos a estar realmente presentes en el momento y aportar cada uno su mejor energía para celebrar el amor», según descripción del propio Shetty.

Observando su ascendente trayectoria es evidente que su formación empresarial ha jugado un papel tan importante en su ascenso como su capacidad de seducción y su propio mensaje. No solo por su éxito, compañías como Google, el banco HSBC, Facebook, Accenture o National Geographic han trabajado con él y su rostro ha ocupado páginas en los diarios y revistas más prestigiosos del mundo anglosajón.

Tras graduarse, se mudó a un ashram en la India, donde durmió en el suelo y sufrió desnutrición. Tres años después halló su propósito vital: Hacer que la sabiduría se vuelva viral

Centrado en su gira actual, Shetty está hoy enfocado en el amor, eje central de este su tercer libro –Piensa como un monje y Frases para cambiar tu vida son los otros dos–, en el que defiende la necesidad de que hablemos más del amor como aprendizaje. «Se esperara que sepamos cómo amar a otra personas, pero en realidad es algo que hay que aprender –explica–. Por eso sentí que el tema exigía mi atención».

Él mismo lleva casado siete años, desde antes de hacerse mundialmente famoso, así que es de imaginar que sus predicaciones partan de la experiencia. La pareja expone de forma abierta su relación en Instagram. Sabemos así que él siempre se despierta alrededor de las cinco de la madrugada, que medita durante un par de horas, que hace otra hora de ejercicio y que de ahí se encierra en su despacho y el estudio de grabación para preparar materiales susceptibles de ser añadidos a su amplio catálogo de productos de autoayuda. Ah, y si Radhi no está en casa suele olvidársele la hora de comer.

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Compartir espiritualidad. Eva Longoria participó en varias sesiones de On Purpose with Jay Shetty, el popular podcast del gurú británico. Su propósito común para la ocasión: «desenterrar nuestra conexión con la espiritualidad».

Gracias a las redes sociales también observamos como Radhi se burla con frecuencia de la vanidad y el materialismo de su marido, además de revelarnos que ella es una de las personas que menos necesita a Jay Shetty. Es decir, al Jay Shetty que sí que necesitan –o creen necesitar– todos los que han sido seducidos por el magnético monje británico.

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