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Billie Eilish La voz de una generación «Sufrí abusos. Eso te cambia; te sientes culpable. Y lo peor es que le puede pasar a cualquiera»

Es, a sus 20 años, una de las personas más famosas del mundo. Tiene 103 millones de seguidores en Instagram, 44 millones en TikTok, 11 millones de visitas en YouTube... También es una de las más torturadas; padece síndrome de Tourette, dismorfia corporal, trastorno del sueño... De todo ello, y de cómo superarlo, nos habla con una sinceridad demoledora.

Sábado, 09 de Julio 2022

Tiempo de lectura: 9 min

El tiempo se deforma para Billie Eilish. Este año visitará 47 ciudades en seis meses en una gira mundial, pero ella «se siente como si nunca me moviera. En el limbo», dice. La mayor parte de las horas estará en un autobús, durmiendo, mientras conducen durante la noche hacia la siguiente ciudad; o en habitaciones sin ventanas en las entrañas de un estadio; o en el escenario rodeada de cientos de luces estroboscópicas y miles de fans gritando.

Es desorientador. Hace poco no vio la luz del sol durante tres días seguidos. «Es raro», se encoge de hombros.

Billie Eilish es la ganadora más joven del disco del año (y la solista más joven en ganar el álbum del año) en la historia de los Grammy, la artista más joven en alcanzar los mil millones de streams en Spotify y la más joven en escribir un tema de James Bond –y en ganar un Oscar por ello–.

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«A veces no veo la luz durante días». Ser una estrella mundial, dice Eilish, actuar en casi 50 ciudades del planeta en un semestre, arrastra a una persona a dinámicas extrañísimas durmiendo en autobuses mientras conducen por la noche hacia el siguiente destino, o en habitaciones sin ventanas en las entrañas de un estadio «Es una locura que el ser humano haga una gira –dice–. Es como si vivieras cinco vidas a la vez, una locura».Kevin Mazur

Eilish es quien es en gran medida gracias a Internet. Cuando tenía 13 años, grabó Ocean eyes, escrita por su hermano, Finneas, que colgaron en la plataforma musical on-line SoundCloud. La canción se hizo viral. Cuatro años más tarde, Eilish se lanzó al mercado con la canción Bad guy, que grabaron en la habitación de Finneas. Llegó al número uno en más de 15 países y se convirtió en el single más vendido del planeta ese año. Ella tenía 17 años.

Hoy está en su camerino del 3Arena, en Dublín, sentada con las piernas dobladas, inquieta. Juega con las mangas de su camiseta y explica que se siente, por fin, segura de sí misma después haber sufrido tres crisis antes de los 20 años. «Es una locura que el ser humano haga una gira –dice–. Es como si vivieras cinco vidas a la vez, una locura».

«Siento la necesidad de proteger a los jóvenes»

Su música desafía los géneros: una mezcla de pop, rock, electrónica, hip hop y jazz, con letras sobre ansiolíticos, el cambio climático, la autodestrucción y el entierro de sus amigos. Es música para la generación que ha crecido en Internet. Legiones de adolescentes la adoran. Y le pesa la responsabilidad: «Siento una gran necesidad de proteger a los jóvenes. Es muy duro».

«Mi relación con mi cuerpo ha sido realmente horrible desde que tenía 11 años. Ahora considero que mi cuerpo es mi amigo. Mi amigo feo. Es complicado»

Eilish es conocida por su ropa holgada. Empezó así porque no quería que la gente juzgara su cuerpo, que ha «odiado» desde niña. Se autolesionaba «a causa de mi cuerpo», dijo a Vanity Fair, y su cuerpo fue el motivo de su primera depresión a los 12 años. Hoy, su inseguridad se ve agravada por el constante escrutinio de Internet.

«Mi relación con mi cuerpo ha sido algo horrible y terrible desde que tenía 11 años». A esa edad le diagnosticaron el síndrome de Tourette, que en momentos de estrés se manifiesta con movimientos de los ojos y echando la cabeza hacia atrás. «Es agotador», comenta. Y añade: «Mi cuerpo es mi amigo. Mi amigo feo. Es complicado. Pero ¿qué vas a hacer?».

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Una niña temerosa. Billie Eilish era una niña ansiosa, con miedo a la oscuridad y a los monstruos bajo su cama. «No podía dormir sola. Si me despertaba y mis padres no estaban, gritaba. Y no podía bajarme de la cama en la oscuridad porque estaba segura de que había escorpiones en el suelo».

Eilish recorre todas las inseguridades de la juventud ante millones de personas. «A finales de 2019, la covid me hizo volver a caer en la espiral de ¿quién soy?». Su gira se había pospuesto y se fue a su casa en Los Ángeles. «Recuerdo que pensé: necesito averiguar quién soy ahora mismo. Y a mitad de la pandemia sentí que empezaba a tener una identidad de nuevo: vamos a hacer cosas diferentes... Y entonces volvió a ocurrir». De nuevo, una crisis.

Esta vez se sentía atascada en su identidad pública. «Ser conocida por una cosa –lleva ropa holgada y canta así– me estaba volviendo loca», dice. Así que hizo lo más punk que se le ocurrió: se puso un corsé de seda rosa y se tiñó el pelo de rubio, posando para la portada del Vogue británico.

Internet enloqueció. En seis minutos, la foto se convirtió en el post de Instagram que más rápido alcanzó el millón de «me gusta». Pero con los elogios llegaron las críticas. «Hagas lo que hagas, está mal y está bien –cuenta–. Si me pongo ropa holgada, nadie se siente atraído por mí, me siento antipática y poco sexy, y la gente te avergüenza por no ser lo suficientemente femenina. Luego, te pones algo más atractivo y te dicen: eres una puta gorda, una zorra y una vendida como cualquier otra celebridad que vende su cuerpo, y ¡vaya! ¿Qué coño quieres? Es un mundo loco para las mujeres».

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La escuela, en casa... Billie Eilish con su hermano Finneas, componiendo juntos en su habitación. Sus padres trabajaban en el cine y los educaron en casa. Podían acostarse tan tarde como quisieran, siempre que hicieran música. El padre decidió esto tras ver un documental sobre Hanson, una banda de los noventa formada por tres hermanos educados en casa.«Me quedé impresionado —ha explicado—. Lo que había que hacer era dejarles perseguir sus intereses». |Getty Images

Hoy, «mirando atrás, estoy como... ¡Esa no soy yo! No tuve tiempo de pensar. Simplemente me convertí en esa onda. Y no sé si eso era lo que realmente estaba sintiendo. Me aferraba a cualquier cosa».

Hace una pausa. «Honestamente no me siento deseada, nunca. Me preocupa que llegar a sentirme tan indeseable me haya llevado a esforzarme en ser deseable. Me entristece».

«Mi madre nos enseñó todo sobre las canciones»

Billie Eilish Pirate Baird O'Connell nació en 2001 en Los Ángeles. Sus padres eran actores. Ella y su hermano, Finneas, no iban al colegio; estudiaban en casa, en su bungaló de dos habitaciones. Eilish escribió su primera canción a los 12 años: sobre un apocalipsis zombi. «Nuestra madre nos enseñó todo lo que sabemos sobre canciones», comenta. Billie se graduó a los 15 años y tuvo que hacer un examen especial para los niños educados en casa. Era una niña ansiosa, con miedo a la oscuridad y a los monstruos bajo su cama. «Tenía una ansiedad de separación paralizante, no podía estar lejos de mis padres. Me preocupaba lo que les pudiera pasar a ellos, lo que me pudiera pasar a mí, que me olvidaran».

«Claro que me fastidia mi madre, pero es porque es mi madre, y la madre de todo el mundo es 'fastidiosa'. Pero la adoro. Es como un libro, lo sabe todo»

Toda la familia durmió en la misma cama hasta que Finneas cumplió 10 años, y Billie se quedó con sus padres hasta los 11. «No podía dormir sola. Si me despertaba y mis padres no estaban, gritaba. Y no podía bajarme de la cama en la oscuridad porque estaba segura de que había escorpiones en el suelo». El sueño sigue siendo «una grave forma de tortura» para ella. Tiene parálisis del sueño y, durante un periodo en 2018, «cada sueño era una terrible pesadilla».

Ahora, en la casa que se ha comprado en Los Ángeles, los muebles de su dormitorio llegan hasta el suelo para que no haya un espacio oscuro debajo. Aun así, sigue pasando la mayor parte del tiempo en casa de sus padres, el mismo bungaló en el que creció. «Odio estar sola, me aterroriza. Y también tengo algunos problemas de acoso».

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«Esa no soy yo». Con la pandemia, Billie se replanteó su identidad y decidió posar con un look totalmente distinto al habitual (aspecto descuidado, ropa holgada). En la portada de Vogue aparece con corsé y teñida de rubio. No es que se arrepienta del posado, pero ahora tiene claro que «esa no soy yo. No tuve tiempo de pensar. Me aferraba a cualquier cosa». En sus últimas apariciones, ahora morena, intercala el look sexy con sus conocidas sudaderas.

El año pasado obtuvo una orden de alejamiento contra un acosador que acampó frente a su casa y la amenazó de muerte. «Ya no me siento segura al salir de mi casa –dijo en un comunicado–. Cada vez que lo veo, me dan ganas de gritar». El año anterior, un juez dictó una orden de alejamiento contra otro hombre, que fue detenido por allanamiento de morada.

La creatividad de Billie Eilish sigue siendo un asunto familiar. Ella y Finneas escriben todas las canciones, diseñan el material gráfico del álbum, dirigen los vídeos musicales, deciden el merchandising y coreografían los espectáculos. Su padre, Patrick, diseña la escenografía y la iluminación; y su madre, Maggie, gestiona el impacto medioambiental de todo ello.

Toda la familia compartió la cama hasta que Billie tuvo 11 años. Sigue con problemas para dormir. «Me aterroriza estar sola», dice

¿Y qué hay de la independencia adolescente? «Claro que me fastidia mi madre, pero es porque es mi madre, y la madre de todo el mundo es 'fastidiosa'. Pero la adoro, es como un libro, lo sabe todo, y estoy muy agradecida porque yo no sé una mierda de nada. Ella es un verdadero genio sobre el medioambiente. Las marcas no piensan en ello, las empresas no piensan en ello, pero mi madre sí».

Ahora ha encontrado la «confianza» para salir al mundo real. «Este último año me he abierto mucho más. Ya no tengo que convencer a nadie de que soy algo». Cuando está en casa, para desconectar, pasa el rato con Shark, su pitbull, y se levanta temprano para montar a caballo. No bebe alcohol ni se droga –nunca lo ha hecho– y su vida privada es privada: se rumorea que salió con el rapero Brandon Quention Adams y, más recientemente, con el actor Matthew Tyler Vorce, al parecer ya ex.

Escribir su álbum en el encierro con su hermano fue «una experiencia profunda. Muy catártico», dice. Escribió Getting older, el primer tema, como si se lo estuviera contando a su terapeuta. Canta: «Para cualquiera que pregunte, prometo que estaré bien. / He tenido traumas, he hecho cosas que no quería. / Tenía demasiado miedo de contarlo, pero ahora creo que es el momento». Y sigue: «No fue mi decisión ser abusada».

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Una familia muy creativa. Billie y su hermano, Finneas, escriben todas las canciones, diseñan el material gráfico de cada álbum, dirigen los vídeos musicales, deciden el merchandising y coreografían los espectáculos. Su padre, Patrick, diseña la escenografía y la iluminación; y su madre, Maggie, gestiona el impacto medioambiental de todo ello.FOTO: GETTY IMAGES

Tuvo que tomarse un descanso mientras escribían la canción, era demasiado intenso. «Es muy vulnerable exponerse de esa manera –reconoce–. Aquí están todos esos secretos sobre mí y todas esas inseguridades que tengo y todas las cosas que me guardo». No entra en detalles sobre lo que le pasó ni cuándo, solo que fue cuando era más joven.

«El abuso te cambia. Te hace sentir responsabilidad, arrepentimiento y vergüenza. Te sientes culpable. Sientes que es por tu culpa y que tú empezaste esto y lo otro. Y al mismo tiempo piensas: 'Pero, espera, yo no lo hice, yo era solo una niña'. Nos culpamos a nosotros mismos, y la gente que abusa de ti también te culpa. Especialmente cuando eres joven y tu cerebro no está desarrollado y no sabes lo que está bien o mal».

«Lo peor es que le puede pasar a cualquiera. No importa lo vigilantes que estén tus padres, lo inteligente que seas, simplemente te puede pasar. Es una locura. Y muchas veces las personas que tienen esa mala intención parecen encantadoras por fuera, causan una muy buena impresión a tu familia, tus amigos. Y se aprovechan».

«Odio el verano»

Eilish siempre ha querido ser madre, tener hijos –«los necesito»–, pero también le da «pavor». «Cuanto más mayor me hago, pienso: 'Uuggh, qué voy a hacer cuando mi hijo piense que esto es lo correcto y yo, como, ¡no, no lo es!'. Y no me escuche».

En esta gira, dice, está haciendo un esfuerzo especial por salir a la calle, escabullirse cuando puede, conseguir algo de luz natural cada día. Aunque odia el verano. «Odio el calor y odio la luz del sol, la luz brillante del sol. Literalmente, todos los meses de junio de mi vida han sido un asco. Odio junio. ¿Sabes por qué? La temporada de Géminis», echa la cabeza hacia atrás riendo. «Es un periodo maldito. Pero lo estamos reescribiendo. Así que voy a poner atrapasueños y a hacer algunos hechizos porque a la mierda con junio. Y con julio».


© The Sunday Times Magazine


Etiquetas: Cantantes
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