Gene Kelly Leyendas del cine El bailarín que revolucionó el musical... a cualquier precio
Su sonrisa franca y seductora y su prodigiosa destreza bailando marcaron una época del cine. Pero quienes trabajaron con él dicen que no era tan encantador como parecía. Repasamos una vida de muchas luces y no pocas sombras...
Aunque solo hubiera bailado Doodle, doo, doo bajo la lluvia, Gene Kelly (1912-1996) ya habría pasado a la historia del cine. Llegó a Hollywood en 1941, con 29 años, tras triunfar en el teatro musical de Broadway y después de graduarse como economista en la universidad. Desde que llegó revolucionó el musical con sus coreografías y con su imagen. Él mismo se llamaba con humor 'el Marlon Brando de la danza'.
De sufrir 'bullying' a ser el ligón de clase
Gene Kelly tuvo una infancia de Billy Elliot... a su pesar. Fue su madre quien se empeñó en que él y sus hermanos se dedicasen al baile (en la foto: Gene con una de sus hermanas). Ella había trabajado como recepcionista en una escuela de danza y pensó que aquel negocio podía sacarles de la precariedad en Pittsburgh. A Gene no le gustaba bailar, sobre todo porque sus amigos se burlaban de él y lo llamaban 'mariquita'. Fue en la adolescencia cuando descubrió la contrapartida: bailar era la mejor forma de conquistar a las chicas.
El lado oculto del genio
En 2017 se publicó una biografía sobre Kelly que, por primera vez, mostraba su cara menos amable. Según las autoras, maltrataba a las bailarinas. Debbie Reynolds y Leslie Caron sufrieron sus malos modos y hasta se lesionaron por su exigencia. A Esther Williams le dañó la espalda, pero porque la obligaba a encogerse para que no se viese que era más alta que él. «Era un imbécil –dijo Williams–, hasta se creía que era alto, pero ¡cómo bailaba!».
Un hombre de familia
Kelly se casó tres veces: con la actriz Betsy Blair, con quien tuvo una hija; con la coreógrafa Jeanne Coyne, madre de sus otros dos hijos (en la foto); y con la escritora Patricia Ward. Fue un padre entregado con una vida personal discreta. Solo un rumor dio para el 'escándalo': en 1942, Judy Garland dio a conocer su enfado porque Kelly pasaba demasiado tiempo con su marido, Vincente Minnelli..., y no por trabajo. Minnelli era bisexual.
Enemigos íntimos
Cuando Kelly llegó a Hollywood, reinaba Fred Astaire. A él lo llamaban 'el nuevo Astaire'. «Me encantaba que me comparasen con Fred –contó Kelly–. Yo envidiaba su estilo distante y aristocrático, pero no era para mí. Fred había nacido para llevar esmoquin; yo habría parecido un chófer». Kelly optó por las camisetas y los mocasines. No hubo rivalidad entre ellos: de hecho, fueron amigos toda la vida.
Lluvia de burbujas
Kelly pasó por España en 1981 para rodar el anuncio navideño de Freixenet. Y nadie quedó contento, como contó el publicista Leopoldo Pomés. Kelly despidió a un pianista y rechazó las partituras de Augusto Algueró para el proyecto. No será posible saber qué opinaría Kelly de que en el cine lo haya interpretarlo Chris Evans, el Capitán América de Marvel, en una película sobre los cincuenta, producida por el propio Evans.
Ganar a toda costa
En 1990, cuando Kelly tenía 77 años, se casó con Patricia Ward, de 30. Seis años después falleció tras sufrir dos ictus que lo postraron el último año en la cama. Kelly era muy culto y aficionado a los juegos de mesa. Pero era tan competitivo que perdía amigos jugando. El coreógrafo Bob Fosse y el músico André Previn dejaron de ir a las veladas en su mansión hartos de que Kelly quisiera ganar siempre.
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