La 'trinchera' del escritor ‘Alatriste’, ‘El club Dumas’, ‘Falcó’, ‘Línea de fuego’... Aquí crea Arturo Pérez-Reverte sus novelas
Arturo Pérez-Reverte abre por primera vez a un medio las puertas de su guarida, el espacio en que concibe, trabaja y pule hasta la excelencia sus más celebrados personajes, las tramas más brillantes de sus novelas, sus siempre afilados artículos. Estos son algunos de los detalles de su intimidad cotidiana.
Domingo, 08 de Septiembre 2019
Tiempo de lectura: 2 min
Arturo Pérez-Reverte enseña a XLSemanal el rincón de su casa donde escribe. Ocupa un espacio de su biblioteca y recuerda a un blocao de infantería, solo que no está fortificado con sacos terreros, sino con libros. Hay 30.000. «Aquí no entra nadie cuando trabajo, excepto mis perros, Sherlock y Rumba, que a veces bajan a saludarme».
Familia y diccionarios
Una foto de sus padres en la misma balda que ocupan diccionarios y obras de referencia. Y cuando el escritor necesita echar mano del saber enciclopédico: la Espasa, la Summa Artis, la Britannica... Nunca la Wikipedia. «Aquí no tengo conexión a Internet, ni teléfono. No quiero distracciones».
La taza 'tintinesca'
Hay pocas concesiones personales en el entorno de trabajo. Un casco y un Kaláshnikov de la guerra de Bosnia y la taza con la efigie del Capitán Haddock. «Si hubiera un incendio y tuviera que salvar algo, salvaría los tebeos de Tintín, comprados en la librería Escarabajal, que ya no existe...».
La silla incómoda
«Yo trabajo por la mañana, desde las ocho hasta mediodía sin parar. En una buena mañana escribo tres folios. No me canso. Es mi trabajo, me gusta. Lo que sí fatiga es la corrección de las galeradas». Utiliza una espartana silla de oficina que le obliga a mantenerse erguido. «Si estoy demasiado cómodo, no trabajo bien».
Del ordenador al papel y viceversa
El teclado del ordenador imita el de una máquina de escribir. Las teclas suenan igual. «Pero siempre hago copia en papel, por seguridad. Si el ordenador se rompe no me quedo sin novela. Escribo, imprimo, corrijo sobre el papel y lo vuelvo a pasar al ordenador. Voy dándole pasadas».
Escribir es navegar
Reproducción de los azulejos que, en Cartagena, conmemoran los versos de Cervantes que empiezan: «Con esto, poco a poco, llegué al puerto...». También evocan su método de escritura. «Tengo un plan de trabajo y sé a dónde quiero llegar, cómo termina la novela. Escribir es como navegar, me fijo un punto y voy avanzando hacia él día a día».
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