1000 semillas resucitan tras un siglo de letargo
En 1879, un botánico norteamericano enterró 20 botellas con miles de semillas en su interior. Cada 20 años se desentierra una de ellas para ver si las semillas germinan. Es uno de los experimentos más longevos de la ciencia. Este año tocaba...
En 1879, el botánico de Estados Unidos William James Beal enterró 20 botellas, cada una con unos puñados de arena y 1050 semillas dentro, de 21 especies diferentes. Las puso bocabajo para que no entrara agua y las distribuyó por el campus de la Universidad de Míchigan, en lugares que solo él conocía, para evitar cualquier tipo de vandalismo.
Quería comprobar si eran capaces de germinar después de estar tiempo inactivas. Así que debían permanecer enterradas durante unos años. Él mismo empezó a desenterrar una botella cada 5 años. Después pasó el mapa con la ubicación del enterramiento a sus colegas de la universidad, que han continuado durante 142 años con este experimento científico, uno de los más longevos del mundo.
Con el tiempo se cambió a 20 años la periodicidad del desenterramiento de las botellas, que siempre se hace de noche y de forma secreta. Solo ha dejado de hacerse en 1919 debido a la mal llamada 'gripe española' y en 2020 por la pandemia de la COVID-19. Este año, tocaba desenterrar una nueva botella.
Como siempre, los científicos empuñaron las palas de noche y cavaron iluminados por linternas, en una emocionante búsqueda del tesoro.
Luego han esparcido las semillas de la botella (la número 16) en una bandeja, se analizaron detalladamente en una sala especial, el 'laboratorio de crecimiento' de la Universidad de Míchigan y desde ahí se ha llevado a cabo su trasplante.
¿Los resultados hasta ahora de este experimento?
En los primeros años germinaron bastantes semillas. Pero, con el tiempo, la mayoría dejó de brotar. Algunas, como la Erechtites hieraciifolius nunca germinaron, mientras que una hierba, Verbascum blattaria, brota siempre; sigue 'resucitando' con un verdor alegre tras llevar más de un siglo de letargo.
Ahora se realizan análisis genéticos para ver si es posible programar los cultivos a largo plazo e incluso restaurar ecosistemas dañados. Las pruebas e intentos de reanimación del contenido de cada botella desenterrada son cada vez más sofisticados. A las semillas rescatadas este año las han sometido a un tratamiento de frío: funcionó con la Malva pusilla, que 'despertó' en el lote del año 2000. También van a probar con humo. El experimento finalizará en 2100.
Un botánico innovador y legendario
William James Beal es el creador del jardín botánico más antiguo de Estados Unidos, el de Míchigan, que él diseñó y el cual conserva más de cinco mil especies de plantas. También fue uno de los primeros en trabajar con híbridos vegetales. En 1881 logró un aumento de la producción de entre el 20 y el 50 por ciento en los campos de maíz en los que intervino.
Pero este innovador y audaz científico es una figura legendaria de la botánica porque comenzó un experimento para comprobar la capacidad de germinar de las semillas con el paso del tiempo y que ha venido a convertirse en uno de los más longevos y famosos.
Hasta poco antes de morir, en 1924, Beal anotó en su cuaderno de trabajo todos los pormenores de su experimento. En la actualidad se llevan a cabo con sus semillas estudios genéticos que a Beal –que había nacido en 1833– le resultarían increíbles y que pueden ser determinantes en la conservación de plantas y alimentos.
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