Natalia Rodríguez Directora de Saturno Labs "Hay que controlar los algoritmos. Van a tomar decisiones muy importantes, por ejemplo, si te dan un crédito"
Natalia Rodríguez dirige Saturno Labs, una compañía de aplicaciones de inteligencia artificial para sanidad, banca... Amazon la ha seleccionado como socio en Europa. Rodríguez es ingeniera en Telecomunicaciones.
Viernes, 29 de Octubre 2021
Tiempo de lectura: 5 min
Natalia Rodríguez —madrileña de 31 años— es ingeniera de Telecomunicaciones y fue jugadora internacional de baloncesto. Ahora dirige Saturno Labs, una compañía de aplicaciones de inteligencia artificial para sanidad, banca y otros importantes sectores sociales. Su startup es la segunda europea y la primera de habla latina que colabora en inteligencia artificial con Amazon.
XL SEMANAL. ¿Qué le motiva?
Natalia Rodríguez. Desde niña me gusta descubrir cómo funciona cualquier aparato. El móvil me parecía brujería. Por eso estudié 'teleco'.
XL. En la universidad creó una aplicación para mujeres que corren...
N.R. Fui jugadora profesional de baloncesto. Llegué a la selección. Pero me lesioné y, además, me era muy difícil compaginar el deporte con la ingeniería. Monté una app para que cualquier chica pudiera geolocalizar a otra y correr juntas. En algunos países es muy peligroso salir sola. También empecé a ir a 'hakathones' (concursos de programación). Gané varios y acabé dirigiendo proyectos para multinacionales.
"Se habla mucho de inteligencia artificial, pero también hay mucha estupidez artificial. Todos nos hemos desesperado alguna vez con un asistente de voz que no nos entiende. Hay máquinas que son muy tontas"
XL. ¿Por qué decide crear su propia empresa?
N.R. Un familiar cayó enfermo y lo acompañé durante bastante tiempo en el hospital. Creé un prototipo para mejorar el día a día en la habitación. Y sentí que necesitaba desarrollar tecnología que ayude a los demás.
XL. ¿Y por qué inteligencia artificial?
N.T. En Saturno Labs nos centramos en aplicaciones comerciales de tecnologías muy punteras. Son investigaciones que suelen quedarse en publicaciones de universidad. Nuestro reto es llevarlas al mundo real. Probar cosas que no se han hecho nunca en salud, psicología, urbanismo...
XL. Demis Hassabis (experto en inteligencia artificial) dice que si eres capaz de resolver un gran problema, los resuelves todos.
N.R. Es así. Conforme vas resolviendo unos problemas, ves que puedes abordar otros en cascada. Acabamos de sacar un programa de seguimiento emocional de pacientes con cáncer. Pero eso surge porque antes fuimos capaces de crear un chatbot (aplicación de conversación) y analizar los datos que recogíamos. Eso nos permite ser transversales y resolver problemas de casi cualquier sector.
XL. Deepmind, por cierto, acaba de anunciar que ha ganado dinero por primera vez después de diez años...
N.R. En España se ha criticado al capital riesgo por ser 'amarrategui' y no asumir riesgos, pero sí que hay inversores, pocos, que confían en empresas que trabajaban en aspectos muy profundos de la tecnología y que puede que nunca sean capaces de comercializarlos.
"Nos vienen unos años de debate sobre ética y tecnología. Me preocupa. Nuestro 'chatbot' recibe muchos insultos de los usuarios y hemos tenido que hacer un protocolo sobre cómo gestionar estas conversaciones"
XL. Ustedes colaboran con Amazon...
N.R. Sí, Saturno Labs está en una de las competiciones mundiales de inteligencia artificial más importantes: Alexa Prize. El reto es crear un chatbot que hable de cualquier tema abierto durante veinte minutos. Nos estamos codeando con las universidades de Stanford, Berkeley... Somos los segundos europeos de la historia y los primeros de habla hispana. Además, Amazon nos ha seleccionado como una de las diez startups europeas con las que colabora. Nos ha abierto las tripas de Alexa.
XL. Muchos niños que hablan con los asistentes de voz se vuelven despóticos. ¿Vamos a tener que aprender a hablar con las máquinas?
N.R. Nos vienen unos años de debate sobre ética y tecnología. Es un tema que me preocupa mucho. Por eso estoy en We the humans, un grupo que aborda estas cuestiones. Y hemos colaborado con un filósofo. Nuestro chatbot recibe muchos insultos de los usuarios y hemos tenido que hacer un protocolo sobre cómo gestionar estas conversaciones y responder de una manera respetuosa sin que la máquina entre en provocaciones.
"Tenemos un proyecto para cuidar el estado de salud y emocional de personas mayores. Lo de «pulse 1 si desea hablar con...» pasará a la historia. Un robot conversará contigo y no sabrás que lo es"
XL. Me cuesta imaginar a un algoritmo contando hasta diez para no enzarzarse...
N.R. Los algoritmos tomarán decisiones importantes en el futuro. Y siempre tienen sesgos, porque los crean humanos. Habrá que controlarlos o que sean públicos, porque igual no se le concede un crédito a alguien porque un algoritmo lo dice. La tecnología va más rápido que la legislación.
XL. Me inquieta pensar que, en el futuro, al otro lado de una línea telefónica de ayuda, esté una máquina.
N.R. No me extraña. Nosotros tenemos un proyecto para cuidar de personas mayores que permite monitorizar su estado de salud y emocional. Siempre teniendo claro que la máquina no evita que haya un doctor detrás. Pero lo de «pulse 1 si desea hablar con...» pasará a la historia. Un robot conversará contigo y no sabrás que lo es.
XL. La tecnología de lenguaje GPT-3 es tan avanzada que permite incluso 'resucitar' a una persona fallecida y hablar con ella... ¿Se nos está yendo de las manos?
N.R. En Japón ya pasa lo de tener una novia o un amigo on-line que son máquinas. A la larga puede haber un daño emocional. No es cierto que seamos nativos digitales, porque no es lo mismo trastear un móvil desde pequeño que entender lo que sucede cuando pasas pantallas con el dedo. Con este tipo de aplicaciones nos falta la letra pequeña. Hay algoritmos que detectan si estás triste y te recomiendan contenidos depresivos para que estés más tiempo enganchado. Puede ser peligroso.
"Hay algoritmos que detectan si estás triste y te recomiendan contenidos depresivos para que estés más tiempo enganchado. Puede ser peligroso"
XL. En veinte años hemos pasado de cuidar Tamagotchis a alquilar propiedades digitales en el metaverso...
N.R. Yo también tenía un Tamagotchi [ríe]. Se habla mucho de inteligencia artificial, pero también hay mucha estupidez artificial. Todos nos hemos desesperado alguna vez con un asistente de voz que no nos entiende. Hay máquinas que son muy tontas.
XL. Pero aprenden rápido...
N.R. Las personas nos equivocamos, y las máquinas, también. Porque las personas creamos los algoritmos e introducimos los datos. Además, el aprendizaje automático está basado en la estadística. Hay un margen de error. No debemos dar por válido cualquier resultado porque lo diga el sistema.
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