Aislante, superconductor, flexible, transparente, inagotable... Es el material del futuro y estamos, con Estados Unidos, China, Corea del Sur y Reino Unido, en el “top” 5 de la producción mundial. Una proeza que se ha logrado gracias al empuje de un puñado de empresas visionarias.
Viernes, 17 de Diciembre 2021
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Todo empezó con un 'experimento loco'. Los rusos André Geim y Konstantin Novoselov, de la Universidad de Mánchester, se dedicaban los viernes por la noche a probar ocurrencias en el laboratorio. De hecho, Geim ya había ganado el Ig Nobel (una parodia de los
Todo empezó con un 'experimento loco'. Los rusos André Geim y Konstantin Novoselov, de la Universidad de Mánchester, se dedicaban los viernes por la noche a probar ocurrencias en el laboratorio. De hecho, Geim ya había ganado el Ig Nobel (una parodia de los Nobel) por hacer levitar a una rana en un campo magnético. A lo largo de 2004 decidieron pulir piedras de grafito. El sobrante acababa en la papelera hasta que un día se les ocurrió mirar al microscopio lo que quedaba allí pegado. Y descubrieron una estructura de carbono de forma hexagonal, similar a un panal, tan liviana (una lámina de grafeno es un millón de veces más delgada que un folio) que bien podía considerarse bidimensional. Acababan de fabricar un material nunca visto en la naturaleza: el grafeno.
Tres start-ups españolas han tenido el punto de osadía necesario para aprovechar la oportunidad y han abierto el camino para que nuestro país se coloque en vanguardia. Que España compita con Estados Unidos, China, Corea del Sur y Reino Unido en el top 5 de la producción mundial se debe, en buena medida, a la excelencia alcanzada en tiempo récord por Graphenea, con sede en San Sebastián; Avanzare, en Navarrete (La Rioja); o Graphene Tech (Zaragoza), entre una docena de empresas. También los investigadores españoles se han destacado.
El grafeno tiene propiedades sorprendentes. Conduce la electricidad como el cobre, pero puede convertirse en aislante o transformarse en superconductor –transmite la electricidad sin pérdida de energía– con un ahorro energético de hasta el 30 por ciento, como comprobó el físico valenciano Pablo Jarillo-Herrero, ganador de los premios Oliver Buckley y Wolf en 2020.
Estas y otras cualidades lumínicas, físicas, ópticas y térmicas, que están siendo investigadas, lo convierten en un material llamado a revolucionar la industria. Es 200 veces más resistente que el acero, flexible, impermeable, transparente... Y, por si fuera poco, inagotable. En resumen: bueno, bonito y barato, aunque tan novedoso que todavía no se sabe muy bien para qué puede servir.
Tres 'start-ups' españolas han abierto el camino para que nuestro país se coloque en vanguardia
«Eso es lo interesante, está casi todo por descubrir», celebra Jesús de la Fuente. El grafeno cautivó inmediatamente a este ingeniero informático santanderino que trabajaba como consultor. Con el pálpito de que había una oportunidad de negocio, fundó Graphenea con la colaboración de nanoGUNE (Centro de Investigación en Nanociencia del País Vasco) en 2010, el año en que los científicos rusos que descubrieron el grafeno fueron galardonados con el Nobel.
Una década más tarde, Graphenea lidera la producción de grafeno de alta pureza. Produce mil kilos anuales. Y en 2020 fue reconocida como la mejor fabricante del mundo en la Feria de Shanghái (China). Esta compañía guipuzcoana suma el 15 por ciento de la fabricación mundial de grafeno y el 42 por ciento del grafeno dedicado a la electrónica.
Sus usos son todavía reducidos. «Pero, una vez que baja la marea y se supera una cierta desilusión por las expectativas que se generaron al principio, sale a la luz lo valioso», explica De la Fuente. Ahí están, por ejemplo, sus cualidades como detector de sustancias a nivel molecular. «Es capaz de detectar si en una piscina olímpica echamos una cucharadita de azúcar». Esto abre un abanico de posibilidades en la medición de glucosa en sangre, por ejemplo, o en biosensores para la detección precoz de enfermedades. Puede contribuir también a mitigar el cambio climático, con membranas que reducen las emisiones de dióxido de carbono en la industria. Aumenta la velocidad de la fibra óptica. Y, mezclado con asfalto y hormigón, mejora sus prestaciones en la construcción.
El grafeno conduce la electricidad como el cobre, pero puede transformarse en superconductor, transmitirla sin pérdida de energía, con un ahorro energético de hasta el 30 por ciento
Graphenea es proveedor de IBM, Intel, Toshiba, Philips, Nokia... Y desde 2013 cuenta con Repsol entre sus accionistas. «Lo más interesante del grafeno es su potencial como elemento de disrupción y es un tren que España no debe perder. Además, tenemos científicos muy brillantes. Hacemos muy buena ciencia, pero nos falta mayor conexión con el mercado», señala De la Fuente.
El grafeno será fundamental en el despliegue de las redes 5G y 6G; en el aumento de la capacidad de almacenamiento en la nube. Y puede desempeñar un papel fundamental en el suministro de componentes a la industria del automóvil y electrónica. «En la actualidad hay fábricas de coches paradas por la escasez de semiconductores. El grafeno puede aportar una alternativa al silicio. No es que lo vaya a sustituir, pues el silicio lleva 70 años, pero abre una ventana para evitar la excesiva dependencia de los productores asiáticos».
Será fundamental en el despliegue de las redes 5G y 6G y en la capacidad de almacenamiento en la nube. Es un material que va a revolucionar la industria
Estos son solo algunos de los usos de este material que se irán generalizando a lo largo de los próximos años: pantallas táctiles, baterías solares, escáneres médicos, radares de aviación, elaboración de fármacos... Y en los que también trabaja la aragonesa Graphene Tech, que se formó gracias a la colaboración del Instituto de Nanociencia de Aragón con el CSIC. Empezó fabricando unos pocos gramos al día. Y ha escalado hasta superar la tonelada. Como anécdota, desarrollaron una cera para lubricar esquíes que probó la selección española, pero se deslizaban tan endiabladamente rápido por la pista que hubo que bajar la proporción de grafeno que llevaba la mezcla.
Avanzare es la firma riojana que completa el trío nacional y se ha especializado en el mercado aeronáutico, el transporte, los aerogeneradores y la industria química. «Y lo hace desde un pueblo de tres mil habitantes, Navarrete, que compite con Boston y Mánchester. A nadie se le hubiera ocurrido, pero nosotros nos lanzamos. Y llevamos 16 años», afirma Julio Gómez, su director, orgulloso de dar trabajo a 50 personas. Son empleos de alta cualificación en un pueblo que no tenía acceso a la fibra óptica hasta hace dos años, uno de los grandes inconvenientes de la España rural para atraer este tipo de inversiones.
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